La carrera de un profesional siempre tiene más sinsabores que alegrías. Uno elige con qué quedarse y Juan Martín Del Potro habló de esas derrotas en Grand Slam que tanto lo marcaron en su vida tenística. Sea contra Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Djokovic, ese destino pudo cambiar en cuestión de segundos: "Lo que tenía era que si ganaba ese partido podía ganar el torneo pero el siguiente rival era peor todavía. Eso me pasó durante toda la carrera".
Pero paso a paso. El primer recuerdo data de Paris, en 2009: "La semifinal con Roger en Roland Garros me dolió más que la derrota en Australia porque sentíamos que el ganaba ese partido salía campeón. Lo sentí muy cerca de verdad, porque Rafa había quedado en el camino, que era algo ilógico. Era la oportunidad de los dos de ganar Roland Garros por primera vez. Lo tuve muy cerquita, termino perdiendo en el quinto set. Yo creo que no estaba preparado para ganar un Grand Slam. Por eso me pasó de perder un partido que podría haber ganado contra Roger. Pero tal vez eso, ver tan cerca la posibilidad de ganar un Grand Slam y no estar en condiciones, fue lo que me frenó".
El segundo viene de la mano y se convierte en un triunfo. Quizás el más importante de su carrera y el de su único título de Grand Slam: "Pero eso después me termina sirviendo para en toda la gira previa al US Open prepararme no solo física y tenísticamente sino mentalmente. De estar muy triste en mayo/junio, que es en Roland Garros, a conseguir mi primer Grand Slam en agosto/septiembre".
Tanto tiempo después, en 2018, hubo un renacer. Dejando atrás parates interminables se regaló un período de excepción pero no pudo coronar en La Catedral: "También en Wimbledon me pasó. Pierdo un partidazo contra Rafa en cuartos de final, en cinco sets. Sentía que estaba para pelear el torneo".
Y la última, probablemente la más alejada de la realidad y a la vez más épica, lo tuvo de protagonista nuevamente en Nueva York: "En la final del 2018 que pierdo contra Novak también sentí que podría haber ganado. Jugué un torneo espectacular".
Así fue a lo largo de toda su vida. Bodeando la gloria. Desde el otro lado del mundo. Contra todo y contra todos. Con el recuerdo de lo que pudo ser y ya no es. Pero qué lindo hubiera sido...
