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Cómo el baloncesto unió a Aaliyah Chavez y su padre

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Cómo Aaliyah Chavez y su padre se conectaron a través del baloncesto (4:42)

El descubrimiento del baloncesto por parte de Aaliyah Chavez, firmante de Oklahoma, transformó su relación con su padre, Sonny. (4:42)

La mexicoestadounidense Aaliyah Chavez reconoce que se convirtió en la recluta No. 1 del baloncesto de la prepa gracias a su padre.


Aaliyah Chavez es un talento único en el baloncesto. La jugadora de 1.80 m (5 pies 11 pulgadas), procedente de Lubbock, Texas y quien firmó con Oklahoma, posee una gran determinación y creatividad como base que complementa su versatilidad, una combinación que la convirtió en la prospecto número uno de los Estados Unidos esta primavera.

Nada de esto sería posible, dijo ella, sin los años, semanas, días y largas horas que la Jugadora Nacional Gatorade del Año pasó entrenando en un gimnasio de media cancha en un centro comercial que abrió su padre, quien ha sido el maestro, preparador físico y entrenador de Aaliyah a pesar de no tener experiencia previa en baloncesto.

"Me sentí bendecida de poder hacer algo con mi papá todos los días sin cansarme", dijo Aaliyah, de 18 años, a ESPN. "Él entró en mi vida cuando lo necesitaba, y eso nos conectó".

En los días previos al Día del Padre, Sonny y Aaliyah Chavez reflexionaron sobre su singular relación, forjada a través de rigurosas sesiones en el gimnasio, un vínculo que tal vez nunca habría existido de no ser por el baloncesto. No solo convirtió a Aaliyah en una campeona, sino que también le dio una en Sonny.

"Hablamos de que ella me necesitaba y yo la necesitaba a ella", dijo Sonny, cuyo trabajo en su taller de chapa y pintura solía mantenerlo alejado de su familia. "Entraba y salía de su vida. Así que creo que siempre que encontraba algo que podíamos hacer y ser constantes, se enganchaba. Y esa fue la diferencia".


¡Vamos, mamita! ¡Empuja, empuja! ¡Mantén los pies ligeros ... empuja! El cansancio no es real, mamita. ¡Termina con fuerza!

La trayectoria de Aaliyah en el baloncesto hasta aquí llegó a su punto álgido en marzo, cuando la Preparatoria Monterey de Lubbock ganó el campeonato estatal femenino de la División II de la Clase 5A de Texas. Chávez lideró a todas las jugadoras con 19 puntos y seis asistencias, además de siete rebotes. Terminó su carrera en la preparatoria con 4,796 puntos, 1,279 rebotes y 771 asistencias. Además, fue nombrada All American de McDonald's y Jugadora del Año de la Preparatoria Naismith, junto con su premio Gatorade.

Si bien su pasión es innata, sus habilidades son fruto de los seis o siete días a la semana, hasta cuatro horas diarias, que pasa entrenando con su padre, una rutina que, según Sonny, se convirtió en un estilo de vida. Ese estilo de vida era más que acondicionamiento físico y selección de tiros, más que renunciar a las alegrías de la adolescencia para centrarse en los fundamentos.

Sonny, ahora de 42 años, trabajaba largas horas en su taller y a menudo volvía al trabajo después de cenar, lo que le impedía pasar tiempo con su familia. Cuando empezó a pasar tiempo con Aaliyah, se inspiró en sus experiencias jugando fútbol americano en la preparatoria, a una hora de distancia, en Muleshoe, donde el actual entrenador de USC, Lincoln Riley, fue compañero de equipo. Con el tiempo, su capacidad para motivarla y verla florecer cambió sus prioridades. Fue el primero en darse cuenta de que algún día podría tener una beca en el futuro.

No se hace ilusiones sobre lo que pensará la gente cuando vea a un "hispano de 136 kilos (300 libras)", como se describe a sí mismo, y a su hija entrenando en un gimnasio: "'No hay manera de que este tipo la lleve a la cima'".

"Y es la número uno del país", dijo Sonny. "La gente nunca nos reconocerá el mérito. Pero logramos que otros entrenadores sintieran que es posible. Logramos que otras niñas sintieran que es posible. Es una bendición saber que lo logramos desde el oeste de Texas".

La rutina hacia la cima comenzó cuando Aaliyah, de 7 años, quiso levantarse del sofá y practicar un deporte en una época en la que competía por la atención con la pasión de su padre por los carros. Sonny dudaba de su interés por el baloncesto y quería poner a prueba su nivel de compromiso. En busca de inspiración, se fijó en una herramienta tradicional para moler, usada frecuentemente en las cocinas donde predomina la cultura mexicana.

"Creo que mucho de eso fue ver a mi mamá cocinar, ¿verdad?", dijo Sonny. "Ella toma ese molcajete. Ella tritura las cosas".

"Simplemente trabajamos de manera diferente, ¿entiendes a qué me refiero?"

Pero moler en un molcajete no se trata solo de pulverizar algo orgánico. También se trata de combinar diferentes esencias, ya que cada elemento influye y mejora al otro, combinándose para crear algo espectacular y fresco.

"Nuestra relación es única", dijo Sonny. "Ser padre es más importante para mí que cualquier otra cosa".

Los entrenamientos fueron duros, pero Aaliyah estaba decidida a demostrarle a su padre que no iba a rendirse. No lo hizo, así que Sonny dejó de lado sus responsabilidades laborales para centrarse en ella; ahora él mismo estaba motivado a ayudarla a alcanzar la grandeza.

"Creo que la verdadera pasión de él siempre fueron los carros", dijo Aaliyah. "Pero una vez que descubrí el baloncesto, creo que cambió a entrenar a niñas".


"No me importa cómo te sientas, tienes que encontrarlo. ¡Saca fuerzas! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Todo el tiempo! ¡Ahí está! ¡Ahí está!"

Cualquiera que observara los entrenamientos padre-hija de hoy vería a Aaliyah encestar un tiro en suspensión tras otro, tiros tan perfectos que la mayoría ni siquiera tocan el aro al bajar. Todo a la velocidad de un partido importante, mientras Sonny da instrucciones con la constancia de un sargento instructor.

Si falla uno, sigue adelante. Si falla dos seguidos, sale de la pista y del gimnasio, corriendo hasta el otro extremo del centro comercial y de regreso bajo el sol texano de finales de mayo antes de volver a empezar el ejercicio. Cinco, 10, 15 seguidos. Como siempre para ellos dos.

La siguiente parada es Oklahoma, donde Aaliyah entrará en el foco de atención universitario habiendo recibido ya alrededor de 1 millón de dólares en dinero de nombre, imagen y semejanza (NIL, por sus siglas en inglés), según Sonny.

"Gran parte de ello se trata de comprender el recorrido y adónde queremos llegar", dijo Sonny. "La gente lo olvida cuando llegan el dinero y las becas. Sigo intentando animarla a ser la mejor de la historia".

El viaje unió a padre e hija, creando nuevos sueños y realidades: una jugadora con un futuro sin límites y un padre orgulloso de estar a la altura del título. Ha sido un largo camino para llegar allí, uno que vale la pena celebrar.

"Mucha gente dice que le encanta nuestra relación, simplemente porque nunca lo ven sin mí", dijo Aaliyah. "Me siento bendecida de que la gente diga eso de nosotros. Renunciaría a todos mis premios solo por tener esa relación con mi padre".