Bienvenidos al ranking GOAT franquicia a franquicia. Hoy, con el equipo angelino, hay debate: de LeBron a Kobe, en un recorrido que busca definiciones.
Bienvenidos al ranking GOAT franquicia a franquicia de la NBA. Antes de empezar, es importante definir el criterio de evaluación: no se trata de los mejores jugadores sino de los que más impacto han tenido para el equipo en su historia. Ponemos, en situación, trayectoria, campeonatos ganados, fidelidad y, por supuesto, calidad.
Este comité integrado por una sola persona ha decidido sumergirse en aguas pantanosas para traer definiciones. Seremos inflexibles. Seremos dogmáticos. Y traeremos respuestas.
Hechas las respectivas aclaraciones, nos metemos en el Top 10 de Los Angeles Lakers.
Ajusten sus cinturones. Es tiempo de despegar.
10. LeBron James (2018-presente)
Si este ranking fuese de mejores jugadores, LeBron estaría mucho más arriba en la lista. Pero es solo de los Lakers, y ahí tiene un lugar recién en el Top 10. Campeón en la burbuja de Orlando en 2020, siendo MVP de las Finales, y de la NBA Cup en 2023 (sí, tenemos que contarlo), LeBron no es un Laker original. De hecho, nació en Cleveland Cavaliers, mudó sus talentos a South Beach para jugar en Miami Heat y tras un regreso a Cleveland llegó a L.A. Siete veces All-Star con el equipo púrpura y oro, James se encargó de devolverle el brillo a la franquicia tras los mágicos años de Kobe Bryant, Pau Gasol, Phil Jackson y compañía.
26.6 puntos, 8.1 asistencias y 7.9 rebotes en 419 partidos en los Lakers. Se convirtió aquí, también, en el máximo anotador de la historia de la NBA superando a otra leyenda angelina: Kareem Abdul-Jabbar. Una superestrella, pero en los Lakers, hubo genios más relevantes.
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9. Elgin Baylor (1958-1971)
Elegido en el primer puesto del Draft de 1958, Baylor fue Novato del Año. Fue el precursor de Julius Erving y Michael Jordan. Un artista de los cielos. Fue, para la época, un revolucionario. Disrupción y vanguardia en 14 años vistiendo el uniforme de los Lakers. Nunca ganó un campeonato, pero fue tan grande la huella que dejó, tan importante el legado para futuras generaciones, que la franquicia lo honró con un anillo de campeón, el de 1972, pese a que se retiró antes.
Jugó ocho finales en la era de dominio de Boston Celtics. Promedió 27.4 puntos, 13.5 rebotes y 4.3 asistencias en 846 partidos en Hollywood. Diez veces All-Star, fue también MVP del All-Star Game de 1959.
8. Wilt Chamberlain (1968-73)
Se parece mucho al paso de LeBron en Los Ángeles. No es un Laker original, pero la diferencia con James es que Wilt, con el equipo púrpura y oro, jugó cuatro Finales NBA, algo que James no pudo. Solo jugó una. Chamberlain logró el título de 1972, en un combo perfecto con Jerry West, el hombre logo. Cuando llegó a la franquicia ya no estaba su prime, pero igual se las rebuscó para promediar 17.7 puntos, 19.2 rebotes y 4.3 asistencias por juego, en un lustro de trayectoria.
Chamberlain, el hombre de los 100 puntos vistiendo el uniforme de Philadelphia Warriors en 1972, la némesis de Bill Russell, murió en 1999 a los 63 años. Se fue muy temprano, pero dejó el recuerdo de ser un hombre de acero, físico imposible para su época. La leyenda infinita del hombre récord.
7. George Mikan (1947-1956)
Quizás el talento más infravalorado de la historia de los Lakers. Mikan fue un verdadero centro de atención, pero cometió un único pecado: dominar en la época equivocada. O mejor dicho, cuando aún no existía el video como fuente primaria de análisis y seguimiento. Dicho esto, ganó cinco campeonatos con los Lakers, pero cuando aún estaban en Minneapolis. Fue un genio de transición, porque su primer título se dio cuando la Liga era la BAA, luego pasó a ser la NBL y finalmente la NBA.
Tres de sus campeonatos (1952 a 1954) fueron consecutivos. Fue el primer centro dominante de la historia: promedió 23.1 puntos y 13.4 rebotes. Jugó solo siete temporadas, fue cuatro veces All-Star y tres veces máximo anotador de la liga. Fue tan grande su presencia debajo de los tableros que obligó a cambiar las reglas.
Lograr algo así es cosa de pocos. Y sí: fue asunto de Mikan.
6. James Worthy (1982-1994)
Sus gafas fueron marca registrada. Elegido con el pick 1 en el Draft de 1982, jugó doce temporadas con los Lakers. Fue pieza clave del equipo del Showtime, la creación de Jack McKinney que continuaron Paul Westhead y Pat Riley, con Magic Johnson como motor de creación y Kareem Abdul-Jabbar como cirujano de la zona pintada. Pocos recuerdan que fue MVP de las Finales de 1988, además de ganar tres títulos con la franquicia púrpura y oro.
Apodado Big Game James por su contribución letal en el 'clutch', Worthy, pegamento en cada equipo de los Lakers que integró, promedió 17.6 puntos por juego en su paso por la franquicia. Tan silencioso como inolvidable.
5. Shaquille O'Neal (1996-2004)
Eche un vistazo al tiempo de Shaquille O'Neal en Los Ángeles, que incluyó tres campeonatos y una intensa rivalidad con su compañero de equipo Kobe Bryant.
Shaq fue una fuerza de la naturaleza. Como Mikan en su época, O'Neal fue un centro de dominación por excelencia. Y también provocó cambios de reglas. Es cierto, ganó junto a Kobe Bryant en el three-peat de 2000 a 2002, pero en esos años, el referente primario fue siempre el ex Orlando Magic.
Fue MVP de las tres Finales que jugaron los Lakers, en lo que fue una mini-dinastía con Phil Jackson como Maestro Zen para regular egos. O'Neal, el rompe-tableros, tuvo una etapa en la que básicamente fue imposible de defender. Su única kryptonita fueron los tiros libres: promedió 27 puntos y 11.8 rebotes por encuentro. No está más arriba en el ranking por su falta de fidelidad: no solo 'nació' en la NBA en Orlando, sino que tuvo pasos por el Heat, los Suns, los Cavaliers y también... los Celtics.
Hay cosas que duelen y cuesta perdonar.
4. Jerry West (1960-1974)
Quizás no sea el jugador número uno de la historia de los Lakers, pero sí es el hombre más importante de la historia de la franquicia. Sin ninguna duda. West, el hombre logo, jugó 14 años en el equipo y llevó a los suyos a disputar nueve Finales de la NBA. 12 veces All-NBA, su poderío anotador fue incomparable, con 27 puntos de promedio por encuentro.
Decimos que fue un hombre extraordinario para los Lakers, porque no solo ganó un campeonato (1972) como jugador, sino que fue quien diseñó el Showtime desde las oficinas como ejecutivo y el tricampeonato de 2002, siendo el responsable del cambio con Charlotte Hornets por Kobe Bryant en la noche de Draft de 1996.
3. Kareem Abdul-Jabbar (1975-1989)
El Sky-Hook infinito. El movimiento imposible que definió el básquetbol en los años '80. Es cierto, fue campeón primero con Milwaukee Bucks, pero cuando pisó los Lakers, cambió la historia de la franquicia. De hecho, ganó cinco campeonatos en Los Ángeles, incluyendo tres de sus seis MVP.
Fue una máquina de hacer puntos. Promedió, con la franquicia púrpura y oro, 22.1 unidades, 9.4 rebotes y 3.3 asistencias por juego. Jugó en gran parte de su carrera sin línea de tres puntos y aún así se convirtió en el máximo anotador de todos los tiempos en 1984. El récord se mantuvo por 39 años hasta que lo destronó LeBron James en febrero de 2023.
Kareem, conocido en primera instancia como Lew Alcindor, fue además un defensor acérrimo de las minorías fuera de la cancha. Excéntrico, apático pero también de valores inquebrantables, fue ícono de los maravillosos años '80 en el Forum.
2. Magic Johnson (1979-1991, 1996)
Repasamos algunas de las mejores imágenes que nos dejó la ilustre carrera de la estrella de los Lakers.
La sonrisa del básquetbol. La alegría del juego. Decir Magic Johnson es decir Los Angeles Lakers. Es la pieza más icónica de la franquicia y su rivalidad con Larry Bird como emblema de Boston Celtics, en los años '80, nunca pudo ser igualada. Con 2.06 metros, fue el primer híbrido del básquetbol. Dribbling alto, ojos abiertos, ritmo, explosión y éxtasis.
Ganó cinco campeonatos en los Lakers, incluyendo el de 1980, con Kareem lesionado, en el que fue MVP de las Finales jugando de centro y como novato. Inolvidable. No fue solo un jugador de básquetbol: fue un sello. Una marca. Una Belle Époque. Todos querían a Magic. Todos querían ser como Magic.
19.5 puntos, 11.2 asistencias y 7.2 rebotes por juego. 13 temporadas. Fue sustantivo, pero también verbo. Acción. El no-look pass. El compañero abierto. Y la máxima que lo definió siempre: "Una anotación hace feliz a una persona. Una asistencia, a dos".
1. Kobe Bryant (1996-2016)
La leyenda de los Lakers jugó su último partido en NBA el 13 de abril de 2016 y lució frente al Utah Jazz.
Espíritu ganador. Contracción al trabajo. La definición perfecta del competidor extremo. Tuvo chances de abandonar la franquicia, pero nunca lo hizo. Ganó cinco campeonatos en los Lakers, pero fue un mantra para quienes lo acompañaron. Para quienes lo sucedieron. Black Mamba: mentalidad extrema. Siempre aparecer una hora antes. Siempre quedarse una hora después: no importa lo que hagas en la vida, sino cómo lo haces. Su determinación fue en sí mismo un mensaje. Con Phil Jackson como padre deportivo, ganó en dos equipos distintos, con Shaq como ladero y también con Pau Gasol.
Jugó 20 temporadas, fue 18 veces All-Star, estuvo en 15 equipos All-NBA, 12 equipos defensivos, fue dos veces máximo anotador de la NBA, ganó el MVP en 2008, cuatro MVP de All-Star Game y está cuarto entre los máximos anotadores de todos los tiempos. Ah, lidera a la franquicia en partidos, minutos, puntos, triples, tiros de campo convertidos y robos. Un resumen absurdo para un jugador inolvidable.
Heredero principal de Michael Jordan, un copycat perfecto, Kobe tiene infinitas hazañas que sirven de inspiración para los talentos actuales y también para los que vendrán.
