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Estados Unidos pulverizó a Cuba para avanzar a final del Clásico Mundial

Gene Wang/Getty Images

MIAMI, Florida -- Estados Unidos aplastó a Cuba en el primer encuentro de las dos grandes potencias deportivas en el Clásico Mundial de Béisbol para avanzar a su segunda final consecutiva y defender su condición de campeón.

El torpedero Trea Turner bateó dos cuadrangulares y empujó cuatro carreras, el inicialista Paul Goldschmidt consiguió un jonrón y cuatro impulsadas y el jardinero Mookie Betts tuvo tres hits y dos anotadas para liderar el triunfo 14-2 de la selección de las barras y las estrellas, ante 35,779 aficionados, el domingo en el loan Depot Park de Miami.

En una noche tensa y vibrante por la primera visita de la selección cubana a la capital del exilio cubano, la artillería estadounidense anotó en cada una de las las primeras seis entradas y terminó el choque con 14 hits (incluyendo cuatro jonrones, tres dobles y un triple) y la victoria más holgada de su historia en el Clásico Mundial.

Estados Unidos, que ahora encabeza el Clásico Mundial con 49 carreras anotadas, marcó la mayor cantidad de anotaciones de una semifinal o final del evento.

Estados Unidos, que venció a Puerto Rico en la final del 2017, enfrentará el martes al ganador del lunes entre Japón y México, en el choque por el campeonato. En ese cotejo buscará igualar a Japón, el único con títulos mundiales seguidos (2006 y 2009).

Los primeros tres bateadores cubanos del juego (CF Roel Santos, 3B Yoan Moncada y CF Luis Robert) pegaron hits al cuadro contra el derecho Adam Wainwright, quien caminó al bateador designado Alfredo Despaigne para mandar a Santos al plato con la primera carrera del juego.

Pero Wainwright, un ganador de 195 partidos en 17 años en la Grandes Ligas, dominó al SS Erisbel Arruebarruena, al 2B Andy Ibáñez y al receptor Ariel Martínez sin permitir más anotaciones para limitar el daño de los antillanos.

El derecho de 41 años laboró cuatro innings de cinco hits y una carrera, exactamente la misma actuación que tuvo contra Gran Bretaña en su debut internacional el pasado 11 de marzo, para terminar con promedio de carreras limpias de 2.25 en el torneo.

En el cierre de la primera entrada, Betts bateó doble y Goldschmidt disparó cuadrangular para que Estados Unidos tomara el comando 2-1 frente al zurdo Roenis Elías. Un liderato que no estuvo en peligro el resto del encuentro.

Turner, quien bateó jonrón con las bases llenas en la octava entrada para decidir el juego del sábado contra Venezuela, conectó jonrón solitario en el segundo inning del domingo. Fue el tercer cuadrangular de Turner en el Clásico Mundial 2023 y el segundo en swings consecutivos.

Turner es el segundo bateador del equipo USA que batea jonrones en turnos seguidos. El primero fue Ken Griffey Jr. en el clásico inaugural, en el 2006. El campocorto de $300 millones de dólares de los Philadelphia Phillies agregó otro jonrón en el sexto para unirse a Griffey Jr. como los únicos norteamericanos con dos en un juego del WBC.

Por Cuba, Moncada, Robert y Arruebarruena, tres jugadores con experiencia en las Grandes Ligas, batearon dos imparables cada uno.

El derecho Miles Mikolas, compañero de Wainwright con los Cardinals, lanzó cuatro innings de seis hits y una carrera en rol de relevo, dando al bullpen del manager Mark De Rosa el descanso que necesitaba en juegos seguidos. Aaron Loup retiró la novena entrada.

Por segunda noche consecutiva en la casa de los Miami Marlins, una estrella abandonó el partido tras recibir un pelotazo en la mano derecha. El sábado, Daniel Bard, de Estados Unidos, golpeó al venezolano Jose Altuve, quien necesita una operación del pulgar y se perderá un tiempo indeterminado con los Houston Astros. El domingo, el cubano Elián Leyva golpeó al antesalista Nolan Arenado, quien fue sacado del juego.

Afortunadamente, para Estados Unidos y los Cardinals, la prueba de rayos X que hicieron a Arenado arrojó negativo a fractura. Arenado bateó de 3-2 con un triple y dos anotadas.

Decenas de aficionados protestaron pacíficamente fuera del estadio, no tanto contra el equipo, sino contra la Federación Cubana de Béisbol, un órgano apéndice del gobierno comunista de la isla. Tres aficionados se lanzaron al campo después de la sexta entrada y muchos gritaron "libertad, libertad" y "patria y vida" a lo largo del partido.