Los Mariners siguen batallando en el oeste de la Liga Americana, pero enviar a uno de sus principales bateadores en una pobre alineación ofensiva pudiese ser un golpe importante.
Todas las señales apuntan a que Julio Rodríguez esquivó una lesión de importancia durante el juego del pasado domingo 21 de julio, cuando el dominicano, persiguiendo una pelota, chocó fuerte contra la pared del jardín central, por lo que tuvo que ser removido del juego. Seattle Mariners ha informado que, según los estudios médicos iniciales, no parece haber fractura, pero una resonancia magnética determinará el alcance del daño que el jardinero pudo haber sufrido.
Sin embargo, los Mariners tiene un problema importante y es que no se pueden dar el lujo de perder piezas ofensivas. A pesar de su gran récord y de estar empatados en la cima del oeste del “Joven Circuito”, el combinado de Seattle es uno de los peores equipos ofensivos de MLB. De hecho, de manera colectiva, el equipo ocupa la última posición en promedio de bateo (.217), hits (721) y dobles (132) de la Liga Americana, mientras que han sido el equipo que más ponches ha recibido (1,052). Por si fuera poco, son penúltimos en OBP (.298), SLG (.364) y OPS (.662), así como en carreras anotadas (388).
Si a esa pobre ofensiva se le resta al líder de promedio de bateo del equipo, que es Rodríguez con .263, así como al segundo en OBP (.315) y cuarto en SLG (.372), las cosas lucen negativas para el conjunto. Una ausencia por lesión de “J-Rod”, especialmente luego del último mes, que ha sido su mejor tramo en el 2024, por mucho, implicaría que los Mariners tendrían todavía más problemas para generar ofensiva, un lujo que no pueden darse a esta altura de la temporada y menos al estar enfrascados en una encarnizada batalla por unos resurgentes Houston Astros, quienes, contra todo pronóstico, están nuevamente en la cima de su división.
Seattle tiene que cruzar los dedos y esperar, sea como sea, que la situación de Rodríguez no sea una que lo mantenga fuera por mucho tiempo.