Los primeros encuentros como miembro de los Giants son prueba de que pasará algún tiempo antes de que el dominicano pueda recuperar el ritmo ofensivo al que está acostumbrado.
Más de dos semanas han transcurrido desde que el mundo del béisbol fue tomado por sorpresa con el anuncio de que Boston Red Sox cambió a su jugador franquicia, Rafael Devers, hacia los San Francisco Giants, en medio de rumores y especulación sobre problemas a lo interno de la organización de Boston con respecto a la actitud del pelotero, mismas que hasta cierto punto fueron confirmadas en rueda de prensa por la gerencia del conjunto.
Desde entonces, ni Boston ni San Francisco han tenido buenos tramos a nivel de rendimiento, jugando los dos conjuntos para récord negativo. Lo mismo se puede decir del propio Rafael Devers, quien no ha sido ni la sombra de lo que mostró junto a Red Sox antes de su llegada a los Giants a lo largo de 14 partidos disputados junto a su nuevo equipo.
Desde su llegada a San Francisco, Devers batea para apenas promedio de .204 (54-11), con un porcentaje de embasarse (OBP) de .306 y slugging (SLG) de .370, lo que se traduce en un OPS de .677. Su OPS+ es de 95, es decir, cinco por ciento peor al promedio de la liga en ese tramo, ha conectado dos jonrones y remolcado cinco carreras, colocando un WAR de -0.1 en el proceso.
Esos números representan un descenso significativo a lo hecho en 73 encuentros con los Red Sox, donde bateó para .272 con OPS de .905, 15 vuelacercas y 58 remolcadas.
La observación aquí no es la de menospreciar a Devers o señalar que esta versión será la que se verá para siempre en el futuro del poderoso bateador, sino que para Devers tomará un tiempo el adaptarse a estadios con proporciones distintas a las que estaba acostumbrado a ver en la Liga Americana, especialmente en lo que respecta a Oracle Park frente al Fenway Park.
La seguridad con la que se dice esto es que al analizar el swing de Devers nos damos cuenta de que mantiene la mayor parte de los elementos que lo han hecho exitoso, ubicándose en el percentil 91 de valor en el encasillado de bateo, de acuerdo con Statcast.
Devers está en un período de adaptación que, con toda honestidad, no sabemos cuánto durará, en un estadio que tradicionalmente juega en contra de los bateadores zurdos y en una alineación que hasta el momento genera poca ofensiva en términos generales, lo que indica que no está protegido en el lineup de los Giants, quienes, dicho sea de paso, desde antes de la llegada de Devers se encontraban en un mal momento en el departamento de victorias y derrotas.
Lo que sabemos es que todo apunta a que el gran bateador sigue ahí y que en cualquier momento podríamos ver signos de una recuperación significativa, tal y como ocurrió a principio de esta misma temporada.
