Es imposible calcular el esfuerzo dedicado al arte del enmarcado de pitcheos en los últimos 15 años del béisbol profesional, o si se prefiere el término más elegante utilizado por algunos receptores, la presentación del pitcheo. Se han dedicado miles de horas hombre para aprender cómo un ligero giro del hombro o una muñeca puede cambiar la calidad del pitcheo. Los incontables días de revisión de videos. Los comentarios diarios de los empleados.
En el camino, ha habido una evolución dramática del estilo, desde la forma en que José Molina trabajaba para recibir la pelota en el centro de su cuerpo, hasta la forma en que Tyler Flowers extiende su mano enguantada y aparentemente atrapa la pelota en el borde del camino del swing del bate.
Este refinado arte ha sido la diferencia en millones de dólares en ganancias entre los receptores que atraparon lanzamientos apropiadamente y aquellos que no lo hicieron, y es algo que básicamente se volverá obsoleto en algún momento en el futuro cercano, una vez las Grandes Ligas implementen una zona de strike electrónica. Los sutiles giros de hombro y muñeca ya no importarán porque las máquinas juzgarán si los lanzamientos pasaron por la zona de strike antes que los mismos lleguen a los receptores.
Y la zona electrónica de strike ya no es algo meramente teórico; es cuestión de cuándo, no de si se va a hacer, ahora que los árbitros han reconocido que la liga tiene el derecho de implementar la tecnología bajo los términos del acuerdo laboral recientemente negociado. (La suposición aquí es que será en la temporada 2022 o 2023.)
Los equipos más progresivos en el béisbol han dado mucho valor a los enmarcadores de pitcheos, desde los Astros a los Rays a los Brewers, por la creencia de que un pequeño puñado de strikes cantados puede hacer una enorme diferencia competitiva. Yasmani Grandal acaba de obtener $73 millones de los Chicago White Sox, y su reputación como un sólido receptor defensivo está construida sobre la base de su habilidad consistente de lograr strikes para los lanzadores.
Pero incluso antes de que se implemente la zona de strike electrónica, la forma en que los equipos evalúan, seleccionan y desarrollan receptores debe cambiar. El receptor codiciado por la habilidad de enmarcar pitcheos se extinguirá, de la misma manera que el antiguo centro de 7 pies que jugaba de espaldas al canasta y que era el foco principal de una ofensiva de media cancha en la NBA ya casi nunca se ve.
Es posible que la posición de receptor se convierta en un lugar para colocar toleteros más lentos cuya fuerza esté en su potencial ofensivo. De esta manera, un Gary Sánchez de los Yankees podría estar adelantado a su tiempo, porque una de sus principales deficiencias, el mover el guante lejos de la zona de mientras recibe el lanzamiento, ya no va a importar.
"Los receptores ofensivos serán la preferencia", dijo el ex receptor y manager veterano Bruce Bochy mediante mensaje de texto. "Habrán menos passed balls una vez deje de ser importante el enmarcado de pitcheos, y la prioridad será solamente atrapar la pelota".
El enfoque en los receptores puede cambiar a ser mejores en los lanzamientos que se les piden a los lanzadores con mayor eficiencia, entendiendo cómo explotar mejor las debilidades de los bateadores una vez comience la zona de strike electrónica, convirtiéndose en más impredecibles. La capacidad de un receptor para tirar, para colocar correctamente sus pies, será una prioridad aún mayor, especialmente con el venidero cambio de cómo los lanzadores zurdos deben ejecutar movimientos para sorprender a los corredores en las bases.
"Le quitará algo de presión a los receptores con gente en base, y les permitirá prepararse un poco más para tirar", escribió Bochy. "La preparación previa al pitcheo seguirá teniendo importancia porque algunos lanzadores prefieren un buen objetivo que les ayude. Si [la zona de strike electrónica] llega a ocurrir, veremos algunos receptores contentos, pero lastimará a los chicos que dependen de su defensiva".
Es posible que el estatus de algunos receptores para el draft se afecte. Si la defensiva fuerte es el punto importante de un receptor en particular en escuela secundaria o en universidad en esta primavera, es posible que eso no le ayude como habría ocurrido en el pasado: para el momento en que el receptor llegue a las Grandes Ligas, el enmarcado de pitcheo o el manejo de los lanzamientos ya no va a ser una prioridad.
Sin embargo, en el 2020 la presentación del pitcheo seguirá importando en el béisbol de Grandes Ligas, en lo que se espera que sea uno de los últimos años antes de la llegada de la zona de strike electrónica. La defensiva sigue siendo una prioridad en la posición, e importa para los efectos de hacer nuestro ranking de los 10 mejores receptores, el que está basado en información provista por personal alrededor de la industria.
1. J.T. Realmuto, Philadelphia Phillies
Cuando llegue el momento en el que Realmuto y los Phillies logren acordar una extension, probablemente él se convierta en el segundo receptor en firmar un contrato de nueve cifras; Buster Posey fue el primero, con su acuerdo de ocho años y $159 millones en 2013. Realmuto lideró a todos los receptores en WAR la pasada temporada, y se encuentra entre los líderes en las métricas de enmarcado, y sacó a más corredores que cualquier otro por un amplio margen (sacó a 43 de 92 corredores que le salieron al robo). Encima de todo eso, sus métricas de corrido de bases están entre las mejores en las mayores.
2. Yasmani Grandal, Chicago White Sox
Grandal apostó a sí mismo la pasada temporada, al aceptar un contrato de un año con los Brewers, y le pagó dividendos, con porcentaje de embasamiento de .380, 28 jonrones y 79 anotadas. Será interesante ver como los White Sox colocan al toletero ambidiestro en su alineación, quizás justo entre los derechos Eloy Jiménez y José Abreu.
3. Roberto Pérez, Cleveland Indians
El manager de los Indians Terry Francona cree que Pérez floreció en 2019 porque tuvo la oportunidad de ser titular, luego de pasar años a la sombra de Yan Gomes o dividir tiempo de juego con otros. "Él estaba convencido que estaba listo para jugar", dijo Francona. "No creo que nadie supiera lo que iba a batear, ni tampoco estábamos preocupados por eso, porque él ha sido muy bueno detrás del plato. Tuvo un año ofensivo realmente sólido".
Pérez compiló 24 jonrones y tuvo un OPS de .774, ambas cifras máximas en su carrera. Pero lo que lo separa de sus pares es su defensa.
"Siempre ha pertenecido a la élite detrás del plato", dijo el ex abridor de los Indians Corey Kluber. "Pienso que todo el mundo en nuestro equipo sabía eso. Solo que más gente tuvo la oportunidad de enterarse este año. La mejora en la ofensiva viene con tener turnos más consistentes. Pero él se enorgullece más que nada de su defensiva, y pienso que habla por sí mismo cuando ver la manera en que manejó el cuerpo de lanzadores y sus propios números al final del año".
Sobre esas métricas de enmarcado: Entre 113 receptores, Pérez se ubicó segundo.
4. Christian Vázquez, Boston Red Sox
Los Red Sox tienen tareas de reconstrucción por delante, pero aparentan estar listos en la receptoría al menos por los próximos años, ahora que Vázquez está establecido por completo. Bateó con poder de forma consistente en el 2019, con 26 dobles y 23 jonrones, y lució tan bien en el plato que el manager Alex Cora trabajó para ponerlo en la alineación en los días que no estaba de receptor. Tuvo 11 partidos como bateador designado, siete en la primera base y un juego en la intermedia.
5. Gary Sánchez, New York Yankees
Hay dos conversaciones diferentes alrededor de Gary Sánchez, y la que probablemente importa más es la que llevan los Yankees. Aaron Boone lo defiende mucho, elogiándolo por su forma de llamar el juego y otras partes de su trabajo defensivo, y por supuesto, por su ofensiva. Treinta y cuatro de sus 92 hits fueron jonrones, y tuvo slugging de .525.
Y entonces está la conversación entre los evaluadores rivales, quienes se preguntan si las oportunidades de los Yankees en la postemporada no se vieron afectadas por los problemas defensivos de Sánchez: sus pitcheos sin atrapar, los posibles strikes fallados, quizás una erosión en la confianza de los lanzadores de que Sánchez no pueda bloquear un lanzamiento en el suelo. Y en los partidos de playoffs de los Yankees el año pasado, sus problemas en el plato parecieron afectar su defensa. Los mejores receptores construyen una pared mental entre esos elementos de juego porque su defensiva es muy importante.
6. Yadier Molina, St. Louis Cardinals
Es difícil encontrar un lugar apropiado para Molina en esta lista porque después de más de 2,000 partidos en temporada regular y postemporada, las señales de retroceso físico ya son notables en el futuro miembro del Salón de la Fama, que ya cuenta con 37 años. En algunos días, no se mueve bien, y sus números ofensivos van en picada. Pero como dijo un evaluador, Molina siempre va a ser un competidor, en cada lanzamiento de cada entrada, en cada aparición en el plato, y esa es una cualidad altamente valorada en un receptor.
Sobre esa candidatura al Salón de la Fama: Molina se está acercando a algunos de los números que cuentan, que unidos a su defensiva, lo deberían convertir en un candidato sólido a Cooperstown. Solo necesita 37 hits para llegar a los 2,000 en su carrera, y se acerca a las 1,000 remolcadas.
Debido a la preeminencia de Molina en la defensiva, pensé hace algunos años que ya era digno de consideración al Salón de la Fama. Por ejemplo: desde que Molina se apoderó del puesto titular de receptor para los Cardenales al comienzo de la temporada 2005, los rivales han intentado solo 1,229 robos de base ante St. Louis, y en ese periodo de tiempo, el equipo que ha sido el objetivo de la segunda menor cantidad de intentos de robos de base es Arizona, por un margen de 388. Los Padres han permitido más de 1,000 intentos adicionales que los Cardinals.
Piensen en la cantidad de receptores primarios que los otros equipos de la División Central de la LN han utilizado durante la carrera de Molina:
Brewers 6
Cubs 5
Pirates 9
Reds 7
La estabilidad que los Cardinals han disfrutado desde que Molina se hizo cargo de la receptoría es asombrosa.
7. Willson Contreras, Chicago Cubs
A medida que la oficina central de los Cubs trata de superar las frustraciones de las temporadas más recientes, parece tener la intención de crear más consistencia, y Contreras puede ser la antítesis de eso. Hay momentos en los que Contreras luce como que está listo para convertirse en un monstruo ofensivo, y entonces pasa por rachas en las que lucha por mantener un plan en el plato. En los últimos cuatro meses de la temporada pasada, Contreras logró 15 boletos en 215 apariciones en el plato, con porcentaje de embasamiento de .312. Pero su atletismo siempre será intrigante para otros equipos: la fuerza, el brazo poderoso, etc.
8. Mitch Garver, Minnesota Twins
A los 28 años, Garver tuvo una temporada sobresaliente, quizás una en la que dio el salto al estrellato, con bWAR de 4.0 y OPS de .995 en 93 juegos para los Twins, con 31 jonrones. Por todo eso, recibió el Bate de Plata entre los receptores de la Liga Americana.
9. James McCann, Chicago White Sox
No es como que los White Sox no tuvieran receptores cuando firmaron a Grandal. Pero al igual que los Nationals y los Braves se beneficiaron de tener fuertes duplas de receptores, los White Sox tendrán algo de flexibilidad con Grandal y McCann, ya que ambos recibirán descanso constante, dependiendo de uno cuando el otro tenga que lidiar con alguna lesión, y aprovechando los posibles pareos de derechos/zurdos. El año pasado, McCann bateó .295 vs. zurdos, con OBP de .372, y Grandal bateó 17 de sus 28 jonrones ante lanzadores derechos. Grandal tuvo OBP de .926 ante los zurdos, lo que le da a los White Sox la opción de usarlo como designado ante algunos zurdos.
10. Will Smith, Los Angeles Dodgers
Que los Dodgers hayan tenido un novato a cargo de todo un equipo de lanzadores de calibre de Campeonato nos dice todo lo que debemos saber sobre Smith, quien le recuerda a los evaluadores a Posey por su conjunto de habilidades y comportamiento. En sus primeras 170 apariciones en el plato, Smith tuvo un OPS+ ajustado de 134, una señal de lo que estaba por venir.
Lo mejor del resto
Buster Posey, Giants: Hace un año fue sometido a una cirugía de cadera, así que los Giants tienen que esperar que su declive en poder y tasa de boletos/ponches cambie este año. Posey está bajo contrato por dos temporadas más, a razón de $22.2 millones anuales. Los Giants tienen una opción adicional para el 2022 por $22 millones, con una cláusula de salida por $3 millones, y a menos que Posey logre recuperarse, probablemente hay poca oportunidad de que el equipo la ejerza.
Tom Murphy, Mariners: Ahora que Omar Narváez fue cambiado a los Brewers, Murphy recibirá la oportunidad titular en Seattle.
Wilson Ramos, Mets: Él sería perfecto para la zona de strike electronica, porque el hombre batea de verdad. Conectó para .288 el año pasado, con porcentaje de embasamiento de .351, y pese al hecho de que es bateador derecho, no puede correr, y se vio limitado en muchos días (como ocurre con la mayoría de los receptores) a hacer apariciones como bateador emergente, tuvo una racha de 26 partidos conectando de imparable.