Durante esta pausa sin precedentes en los deportes estadounidenses debido a la pandemia provocada por el COVID-19, todo el mundo está pendiente a cuándo iniciará la campaña del béisbol de Grandes Ligas. Aunque la espera es muy difícil para todos los fanáticos, imagínense cómo es para un pelotero, cuya misión todos los días por ocho o nueve meses del año es prepararse para jugar, y ahora no sabe cuándo llegará ese día. Marly Rivera de ESPN habló con Nolan Arenado, estrella de los Colorado Rockies, sobre cuán diferente ha sido su experiencia durante esta cuarentena en comparación con un día de temporada regular, y cómo se mantiene listo para el día en que reciba la llamada de que todos pueden regresar al diamante.
Me desperté a las 10:30 esta mañana y me comí mi desayuno usual, avena con frutas y unas lascas de pavo. Después del desayuno me hubiera puesto a ver un par de episodios de "The Office". De la segunda o quinta temporada. Esos son mis favoritos. Dwight Schrute es mi personaje favorito. Cuando me levanto, mi mente comienza inmediatamente a enfocarse en béisbol, así que hago eso para distraerme y ponerme de buen humor.
Pero hoy no hay juego. Ahora que lo pienso, no me di cuenta de cuánto lo extrañaba.
En lugar de estar en Denver, estoy en mi casa en California. Todavía me estoy desayunando casi lo mismo. Por lo general, me desayuno una avena porque me ayuda a mantener el cuerpo más ligero. Me ayuda a sentirme preparado. Dispuesto a enfrentar el día. Me mantiene positivo.
Si hubiera estado en mi departamento en Denver, estaría afuera en el balcón. Tengo un pequeño césped artificial de jugar golf y trato de darle varios golpes cortos a la bola y respirar un poco de aire fresco. Entonces comienzo a prepararme.
Pongo música. Si estoy de mal humor, toco Rage Against the Machine. Si estoy feliz y de buen humor, toco música de Travis [Scott], Jay Rock, Kendrick Lamar. Escucho la canción "Wow Freestyle" de Jay Rock y Kendrick Lamar. esa es la canción que más me ayuda a enfocarme. Luego me pongo mis AirPods y pongo mi billetera en la mochila y agarro una botella de agua Essential antes de manejar al estadio.
Ahora no tengo adónde ir.
Después de desayunar, me pongo a ver juegos de los Rockies. Por lo general, veo juegos en contra de los Dodgers o mis turnos al bate en contra de lanzadores estrella, como Clayton Kershaw, Walker Buehler, Jack Flaherty. Veo esos juegos para mirarme en contra de ellos, para recordarme a mí mismo que tengo el talento suficiente para jugar en su contra, porque ya no sé si es así. Me pregunto, ¿y quién soy ahora como pelotero?
Estoy tratando de volver a esa mentalidad positiva. Me pongo a ver los partidos, mis turnos al bate, y luego veo mis cuadrangulares como refuerzo positivo. Sólo para recordarme que hice eso y todavía puedo hacerlo.
¿Ahora? Me voy al gimnasio, me estiro y me masajeo las piernas para activar mi cuerpo. Después de eso, yo, mi hermano Jonah, mi amigo Trayce Thompson y mi primo Josh Fuentes nos vamos a la jaula de bateo. Mi hermano nos sirve como lanzador. Todos bateamos con el tee y luego hacemos flips. Luego tomamos práctica de bateo, y cada dos días usamos la máquina (de bateo).
Estamos tratando de tomar mucho tiempo, intentando cosas diferentes para mantenernos activos y motivados. Estamos constantemente desafiándonos a nosotros mismos, jugando constantemente. Siempre nos inventamos diferentes juegos de bateo. Uno se llama "Guantes de oro en todos lados". Cuando bateamos, nos decimos que hay peloteros ganadores del guante de oro en cada posición.
Tenemos a Derek Jeter en el campocorto, a Scott Rolen en tercera base, y como Ken Griffey Jr. está en el jardín central, colocamos a Andruw Jones en el izquierdo. Mookie Betts está en el derecho, Robinson Canó en segunda y Albert Pujols en primera.
Pero se siente muy raro. No podemos chocarnos las manos. Todos llevamos guantes. Cuando nos sentamos a vernos batear, estamos separados el uno del otro. Confío por completo en estos muchachos, pero siempre debes tomar precauciones. Es extraño ser tan cauteloso sobre no tocarnos o chocar manos.
Debería estar en Coors Field, entrando y mirando las fotos en el pasillo antes de entrar al vestidor para ir a mi casillero. Por lo general, llego bastante temprano, ya sea justo antes que [Trevor] Story y Charlie [Blackmon], o casi al mismo tiempo.
Después de pasar por la sala de video, me voy al gimnasio para activar y poner en marcha mi cuerpo. Luego me voy directamente a la jaula de bateo. Lo estoy viendo en mi mente ahora. Ahí está Dave Magadan, nuestro coach de bateo, está Jeff Salazar, su asistente, Aaron Muñoz, nuestro receptor del bullpen también está ahí.
Lo primero que hacemos es hablar sobre cuál será el enfoque en contra del lanzador. Hago mi rutina de flips. Luego vemos un poco más de video de lo que estamos tratando de lograr. Hablo mucho con ellos, así me gusta hacerlo. Lo extraño. Lo extraño más que a nada.
Cuando termino, como un poco de verduras con pollo, pimientos y requesón; sé que suena repugnante, pero es proteína pura y comida ligera que me hace sentir bien. Luego me siento frente a mi casillero y veo si la prensa tiene alguna pregunta para mí. No mentiré, a veces me escondo. Ahora quisiera que hubiéramos ganado un juego con mi ayuda y estar hablando con la prensa al respecto. Sorprendentemente, extraño eso.
En cambio, junto a Trayce y a Josh, nos ponemos a agarrar roletas dentro de la jaula o en un parque cerca de Lake Forest. Hacemos carreras cortas de velocidad o jugamos con un balón de fútbol americano. Lo hacemos para mantener nuestra mente activa. Tenemos días buenos y días malos, pero algunos días de veras que se siente pésimo.
Todd Helton siempre me decía "concéntrate en el proceso, no te concentres en los resultados". Estoy tratando de hacer eso ahora, pero es demasiado difícil.
La parte más difícil es que no hay una meta específica. ¿Cuál es el objetivo final? Esa es la parte más difícil en este momento. Por eso es que seguimos desafiándonos con la máquina de bateo y nos ponemos a competir inventándonos juegos.
Cuando jugamos en casa en Denver, sabes que el primer pitcheo es a las 6:40. Sabes que es así. Que ese momento llegará. Esa es la parte más difícil, lo que estamos haciendo ahora no nos lleva a nada, y eso hace más difícil el trabajo.
En el estadio, me estiraría a las 3:45 y batearía alrededor de 4 de la tarde. Siempre bateo en el primer grupo. Somos yo, Charlie, el receptor, el lanzador y un jugador más. En la primera ronda bateo la pelota hacia el otro lado, me concentro en quedarme adentro. Trato de dejar la maceta del bate en el centro. Siempre estamos bastante enfocados, pero a veces David Dahl se mete en nuestro grupo ... entonces nos ponemos a competir, como jugar "Guantes de oro en todos lados" o quién puede batear más jonrones o darle más duro a la bola.
Cuando regreso al camerino, me voy directamente a la cocina y como un poco de verduras, un poco de arroz, tal vez frijoles negros, y un poco de pollo o filete. Aprendí mi lección en 2018. Comía demasiado y me sentía terrible. El año pasado, comí más ligero y me sentí mucho mejor.
Tenemos nuestra reunión de bateadores después de la práctica de bateo. Luego me pongo a ver los partidos en la costa este porque empiezan antes que nosotros. Me gusta ver a los Yankees para ver a mi gran amigo, DJ [LeMahieu], Larry Bird. Lo apodamos Larry Bird porque es un muy buen jugador de baloncesto.
Después de ducharme, me pongo el uniforme completo, excepto mi camiseta. Me voy directamente a la sala de preparación física a ponerme un ungüento que se calienta cuando sudas, me lo pongo por toda la espalda porque me ayuda a relajarla. Luego voy al gimnasio donde están las pesas y vuelvo a estirarme. Lo que realmente estoy tratando de hacer es soltar las caderas. Me gusta soltar y activar las caderas y los músculos del torso.
Mientras hago esto, tengo mis audífonos puestos, escuchando música. Por lo general, sigo escuchando Rage Against the Machine o rap viejo y duro para subirme el ánimo. Ice Cube. Eazy-E. Red Hot Chili Peppers. Rage Against the Machine. Es que soy de California.
Empiezo a enfocarme, trato de concentrarme, de pensar en el juego, en lo que necesito hacer. Cuando me pongo el uniforme, antes de salir al terreno, me pongo mis zapatillas y leo una devoción. Comencé a hacer eso desde que estaba en ligas menores.
Luego suelo salir al terreno a las 6:16. Es la cantidad de tiempo precisa para estirarme y poder lanzar la bola un poco. Entonces comienza el himno y ahí me digo, bien, estamos listos para comenzar.
Justo antes de entrar al terreno, me reúno con mis compañeros de equipo a subirnos el ánimo mutuamente. Charlie es el más intenso y, literalmente, justo antes de salir del dugout, por lo general grita "Here we go!" ("¡Aquí vamos!").
Corro hacia la parte posterior del cuadro, saludo al coach de tercera base. Sólo para ver cómo está. Luego me voy a la parte de atrás del césped y me pongo a rezar en mi mente de nuevo. Lanzo la pelota a través del diamante.
Es una sensación especial salir y ver a los fanáticos. Es probablemente la mejor sensación del mundo. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de cuánto lo extraño. Entonces era sólo rutina.
Nunca he dado por sentado lo que hago. Me siento muy agradecido de poder jugar béisbol. Pero no es hasta que pierdes algo que te das cuenta cuánto extrañas esos momentos.
Después del primer pitcheo, no pienso en otra cosa que no sea en el aquí y el ahora. Temprano en el día, estoy constantemente pensando en el juego o en lo que necesito hacer. Después de ese primer lanzamiento, ya no pienso más, es sólo cuestión de reacción.
Si hay un corredor rápido en el plato, me muevo un poco hacia adelante, me alineo con la base, o tal vez un poco por delante. Si es un lanzador zurdo, como Kyle Freeland, me muevo hacia la línea porque él lanza una recta cortada y a los bateadores le gusta batear a la línea, si es un derecho. Si el bateador es zurdo, me muevo más cerca al hueco de la posición 5-6, hacia Story.
Me enfoco en el bateador. Tengo que saber cómo voy a jugarle defensa. Siempre miro al pitcher y una vez inicia su movimiento de lanzar, me concentro directamente en el bateador. Me enfoco en el plano de movimiento de la maceta del bate, donde hará contacto.
Cuando es nuestro turno para batear, generalmente me toca tercero o cuarto. Mientras el primer bateador está al plato, me pongo a seguir los movimientos del lanzador desde el dugout. Estoy tratando de observar su mecánica y su ritmo al lanzar. Después del primer bateador, me voy al escalón delantero del dugout y me pongo a observar al lanzador nuevamente. Después del segundo bateador, me voy al círculo de espera. Ahí continúo siguiendo los movimientos del lanzador.
Cuando es mi turno, empiezo a caminar lentamente. Y luego escucho mi canción, que generalmente es 'Sweet Sweet' de Travis Scott porque el ritmo es duro y el compás cae muy bien. Luego entro, fijo los pies en el terreno y saludo al receptor. Siempre trato de saludar al árbitro. Sé que su trabajo no es fácil. No hablo mucho con el receptor porque sé que él está tratando de sacarme de out.
Después de fijar los pies, golpeo el plato, miro al lanzador y me inclino hacia atrás para recordarme quedarme atrás y afirmar las piernas, me inclino hacia atrás con la espalda para recordarme a mí mismo dejar el tronco alto y mantener el cuerpo afuera. Después de eso, es sólo una reacción directa. Trato de darle a la pelota con poder.
Ahora no estoy haciendo nada de eso. Sólo estoy entrenando un poco con pesas. No tan fuerte como en la temporada muerta. Trabajo mucho, mucho, los músculos del torso, las caderas. Hago muchas de las mismas cosas que estaríamos haciendo durante la temporada. Pero ahora es cuestión de mantenimiento, de mantenerme fuerte, rápido, explosivo.
Si estuviéramos en temporada, de vez en cuando me comería una pizza o tal vez un burrito. En este momento, no estoy realmente quemando tantas calorías como lo hago durante la temporada, así que trato de comer bastante saludable.
Siempre voy a un negocio local de batidos que me encanta. Quiero gastar dinero allí porque no quiero que cierren. Me tomo un batido de proteínas con frutas, duraznos, fresas, sandía, piña y repollo.
Nunca me habían gustado mucho los videojuegos, pero ahora me ayudan a pasar el tiempo al final el día. Juego Call of Duty y MLB The Show. Ahora mismo soy pitcher de ligas menores con los Marlins. Me seleccionaron en la ronda número 17. Terminé la temporada en Triple A y tuve una efectividad de 2.20. Pero no me han subido a Grandes Ligas. Juego por un rato, y luego me canso de los videojuegos.
A las 6:40 p.m. ahora, me pongo a jugar videojuegos o a ver "Ozark" en lugar de estar preparándome para jugar. Lo bueno de "Ozark" es que es algo que abarca toda tu mente. Necesito esa distracción de concentrarme en algo porque eso es lo que hago durante la temporada, tu mente siempre está concentrada en algo.
He estado acostándome un poco tarde viendo buenos programas de televisión, como "Ozark" y "Narcos: México". Estoy un poco preocupado por el final de los shows porque empiezo a pensar qué voy a ver después que terminen. Ceno frente a la televisión. Como muchas batatas, pollo o pavo.
Me pongo a ver partidos clásicos o a buscar videos en YouTube de Albert Pujols, Matt Holliday o Adrián Beltré. Holliday es un gran amigo y uno de mis jugadores favoritos cuando estaba creciendo, al igual que Albert, y Beltré es uno de mis tercera base favoritos de todos los tiempos. El otro día estaba viendo el Juego 6 de la Serie Mundial Cardinals-Rangers en 2011, cuando David Freese conectó aquel famoso jonrón.
Todos los días busco a un pelotero diferente para ver sus videos. Me pongo a ver los momentos más destacados de Albert y de Manny Ramírez en la pantalla grande sólo para ver lo buenos que eran ofensivamente y lo fácil que lo hacían ver. Ayer me puse a ver un montón de videos de Prince Fielder porque simplemente extraño verlo jugar.
No quiero que el día termine temprano. Quiero que el día dure. Siento que, si me levanto y arranco temprano en la mañana, entonces el resto del día me siento en casa y no hago nada.
Echo de menos el béisbol todos los días. No ha habido un solo día en el que no haya pensado en ello. Todos los días tengo la esperanza de que jugaremos. Me he puesto a ver el calendario de juego varias veces y les envío mensajes de texto a mis compañeros de equipo y a mis entrenadores. Nos enviamos videos haciendo swing, hablamos de bateo. Hablo mucho de bateo con Story, Matt Holliday, David Dahl.
Extraño la rutina, la pelea, la competencia. Los peloteros, como muchos atletas, somos adictos a la competencia. Por eso es que nos inventamos juegos en la temporada muerta. Por eso es que ahora estamos constantemente intentando buscar formas de competir. Eso es lo que más extraño. Es algo que no puedes recrear. No hay adrenalina que se compare con enfrentar a los mejores peloteros del mundo.
Cuando me pongo a ver videos de nuestros partidos, recuerdo esa sensación. Aun así ... eso fue hace un año. Cada año sientes algo diferente.
He estado tratando de no ser súper negativo. Me he enfocado en que algo bueno saldrá de todo esto. Me digo que tengo que sentirme feliz, sentirme feliz de que estoy saludable, sentirme feliz de que mi trabajo es jugar béisbol. No puedo estar lloriqueando. Trato siempre de recordar lo afortunado que soy de hacer lo que hago.
Sólo extraño hacerlo.