SAN DIEGO -- Antes del inicio de la postemporada 2020, muy pocos conocían el nombre de Randy Arozarena.
Habiendo jugado sólo 42 partidos en Grandes Ligas en dos temporadas, el jardinero cubano, adquirido de los St. Louis Cardinals a principios de este año, ha sido la bujía que ha colocado a los Tampa Bay Rays a un solo partido de eliminar a los New York Yankees y clasificar a sólo la segunda Serie de Campeonato en la historia de la franquicia.
Sus compañeros lo bautizaron “el cohete cubano” y lo han comparado nada menos que con el legendario Gary Sheffield y el inmortal Reggie Jackson por su desempeño en octubre. El veterano jardinero de los Rays, Kevin Kiermaier, lo llama “un ejemplo” para todo pelotero.
“Es el mejor jugador del planeta”, dijo Kiermaier al hablar de Arozarena. “Es un pelotero increíble. Único en muchos sentidos. Todo el mundo lo adora y lo que está haciendo es increíble”.
Arozarena está bateando para .500 (de 24-12) esta postemporada. El cubano conectó 4 hits en 8 turnos en la barrida de los Toronto Blue Jays en la ronda de comodines. En los primeros tres partidos de la Serie Divisional de la Liga Americana, Arozarena se fue de 12-8 en contra los Yankees, con un jonrón en cada uno de los tres partidos.
El cubano sigue colocando su nombre en los anales históricos de Grandes Ligas, convirtiéndose en sólo el segundo novato con tres partidos consecutivos de 3 hits en una sola postemporada, junto al futuro Salón de la Fama Ichiro Suzuki en 2001.
Y quizás una pequeña tradición que inició con el coach venezolano de los Rays, Rodney Linares, le ha traído un poco de suerte.
“Esa es una broma que hice con él porque él siempre me da por la cabeza para que me despierte”, explicó Arozarena, quien ha desarrollado una cercana relación con Linares y le pide que le dé en la cabeza antes de empezar cada juego. “Entonces están saliendo los jonrones, y yo le digo, ‘Hey, ¡dame más duro para ver si la puedo botar más lejos para que no me la agarren!’”
No obstante, la realidad es que al nativo de Pinar del Río no le pueden importar menos los elogios o sus impresionantes números. Su única meta es ayudar a los Rays a derrotar a los Yankees para asegurarse una cita en contra de los Houston Astros en la Serie de Campeonato.
De avanzar a la próxima ronda, Arozarena se topará con uno de los peloteros que más admiró a través de su juvenil carrera en Cuba, el primera base de los Astros, Yuli Gurriel.
“Siempre simpaticé con Yulieski Gurriel y siempre me gustó la forma de que jugaba, muy agresivo, tenía un swing rápido”, dijo. “Aquí en Estados Unidos tuve la oportunidad de hablar con él ya que lo conocí en Cuba… En Cuba corría muy bien. Tremendo brazo y siempre me gustó”.
No obstante, al preguntársele si tenía un pelotero favorito, el jardinero de 25 años destacó que su enfoque siempre ha estado en sacar máximo provecho de su propio talento, sin emular a nadie. “Me he enfocado yo más en mí. Siempre he confiado en mí”, señaló. “Mi pelotero favorito es Randy Arozarena”.
Y al igual que ha sucedido con tantos peloteros cubanos que se han visto obligados a abandonar la isla caribeña en búsqueda de una carrera en el mejor béisbol del mundo, Arozarena aprecia la oportunidad que ha tenido de darse a conocer y establecerse como un verdadero pelotero en Grandes Ligas.
“Salí de Cuba, me escapé en un barco de noche y llegué a México y ahí pude entrenar y prepararme para que un equipo me firmara”, explicó. “Mi familia se siente muy contenta y orgullosa de mí por el resultado que he tenido. También yo me siento igual que ellos porque ellos son mi fuerza. Ellos me dan mucha fuerza, son mi motor e impulsor de mi carrera”.
“Todas las veces no son iguales, todos los juegos no son iguales, pero cuando tú te mantienes enfocado a un objetivo siempre te vas a sentir lo más cómodo posible”, añadió Arozarena, quien se fue de 4-0 en la derrota 5-1 ante los Yankees la noche del jueves. “Me siento muy bien ahora mismo y gracias a Dios los resultados me están saliendo bien y positivo que puedo apoyar al equipo a ganar”.