Brian Castaño, “El Boxi” de Argentina, campeón superwelter WBO, volverá a enfrentar a Jermell Charlo (titular WBC, IBF y WBA) para unificar todos los cinturones. Será una gran velada de ESPN KNOCK OUT, que emitirá en vivo desde las 21 (hora Argentina) por ESPN 2 y STAR+.
Ya estuvieron frente a frente el 17 de julio del año pasado y esa noche se falló empate. Una pelea de alto nivel que, con el mismo tañido de la campana final, el mundo del boxeo empezó a pedir una segunda edición.
Para el boxeo argentino, esta división tiene historia. Y, dentro de esa historia, hay intriga, drama, emoción y suspenso, tal cual está ocurriendo ahora, cuando tanto Castaño como Charlo se presentan como dos campeones llenos de vigor, inteligencia y estrategia.
La división nació en 1962, cuando la Asociación Mundial de Boxeo (hasta entonces National Boxing Association) decidió hacerla realidad. El primer campeón fue el norteamericano Denny Moyer cuando venció a Joey Giambra por puntos el 20 de octubre de ese año en Portland, Oregon.
Con el tiempo grandes nombres le fueron dando importancia a esta categoría, como Nino Benvenuti, Gianfranco Rossi (que realizó 11 defensas exitosas entre 1989 y 1994), Wilfred Benítez, Ray Sugar Leonard, Thomas Hearns y Roberto “Mano de Piedra” Durán, entre tantos otros.
En octubre de 1976 se coronó un argentino, Miguel Angel Castellini, frente al español José Durán en el Palacio de los Deportes de Madrid. Fue un fallo impopular que favoreció al boxeador pampeano, sin dudas, tal vez por la muy buena relación entre el promotor Juan Carlos “Tito” Lectoure y la WBA.
Castellini tuvo un reinado muy breve, porque perdió la corona el 5 de marzo del año siguiente en Managua, Nicaragua, cuando le ganó por puntos Eddie Gazo, quien formaba parte de la Guardia Nacional. El boxeador local subió entre disparos de ametralladoras, alentado por sus compañeros. “Estaba por empezar la pelea y nosotros estábamos escondidos debajo del ring”, recordó el periodista Ulises Barrera. “Fue casi imposible para Castellini ganar en medio de semejante clima”. Otra versión indica que los balazos fueron de festejos solamente y después de la victoria (era el segundo nicaragüense en consagrarse campeón mundial luego del gran Alexis Argüello).
Hubo drama en el ring y fuera de él, porque Castellini jamás asimiló esa derrota y, aunque hubo revancha en el Luna Park y ganó él, no fue lo mismo para su historia.
Cuando sobrevino la revolución sandinista, Gazo fue despojado de sus ahorros (casi medio millón de dólares) y de sus propiedades. “Lo peor del caso es que nunca fui guardia, yo trabajé como carpintero en la Acción Cívica pero después de mi triunfo empezaron a decirme Sargento Gazo y hasta Teniente Gazo, pero nunca fui militar”, le confesó una vez al colega Pablo Fletes, de El Nuevo Diario.
Si esa pelea de Managua quedó envuelta en la anécdota de los tiros y las amenazas no muy sutiles, para el boxeo argentino nació después otra intriga jamás resuelta.
Gazo perdió la corona con Masashi Kudo en Japón, 9 de agosto de 1978. Y un año más tarde, el mendocino Manuel Ricardo “Cholo” González viajó a Japón para disputarle la corona WBA. El 14 de marzo de 1979, Kudo ganó por puntos en un fallo que no convenció al equipo argentino: una tarjeta dio empate en 146 y dos jurados votaron 146-144 y 148-147. Eso motivó una enérgica carta de Lectoure, reclamando una revancha inmediata.
Apenas unos meses más tarde, González volvió a Japón: en Yokkaichi estaba haciendo una gran pelea cuando se pronto, se volvió errático, perdido y confuso. A tal punto que debieron abandonar la pelea al comienzo del round número 12. Nunca se supo que pasó realmente, puesto que González declaró que había tenido un ataque de amnesia y lo único que recordaba era haber consumido un energizante antes del combate. Las tarjetas daban paridad, porque un jurado tenía 107-106 Kudo, el otro 108-107 para el argentino y el tercero empate en 108.
No hubo responsables, no se habló más del tema y González murió, a los 67 años, sin dar nunca una versión de tan extraña derrota, que quedó envuelta en el misterio de todo el equipo argentino.
Si hacía falta alguna cuota más de drama, fue en 1980 en Londres, cuando Carlos Del Valle Herrera enfrentó a Maurice Hope por la corona del WBC en el Empire Pool de Wembley.
Esa pelea, que fue declarada el combate del año por el Consejo, estuvo a punto de ser consagratoria para Herrera quien tuvo prácticamente nocaut a Hope en el 11er asalto. Muy sentido, Hope cayó casi sentado sobre la primera cuerda y cuando el santafecino pupilo de Amílcar Brusa iba por la andanada final, el legendario referí norteamericano Arthur Mercante detuvo la acciones. Parecía que iba a contar (Herrera corrió hacia una esquina neutral) pero en cambio Mercante dejó seguir las acciones con un Hope muy sentido y un Herrera sin tiempo para noquear, ya que en seguida sonó la campana. Lesionado en el brazo izquierdo el argentino cayó por puntos el 26 de noviembre de 1980. “Se nos escapó una tortuga”, gritaba Brusa en el vestuario –esa noche estuvimos allí-, porque El Zurdo Herrera había estado a punto de ganar por nocaut. En el estadio –eran casi las cuatro de la mañana- bajaban enormes pantallas, porque en directo y desde Nueva Orleans, iba a empezar la revancha Leonard-Durán…
Jorge Fernando “Locomotora” Castro tuvo su oportunidad en Bercy, París, frente a Terry Norris, quien realizaba la quinta defensa de su título, reconocido por la WBA y EL WBC. Fue el 13 de diciembre de 1991. Castro, afectado por una enfermedad que no había declarado antes de la pelea, terminó perdiendo ampliamente por puntos. Nunca se supieron oficialmente las causas reales e íntimas de esa situación.
La división superwelter o mediano junior siguió siendo fructífera para el boxeo argentino. El zurdo santafecino Julio César Vásquez, fue dos veces campeón WBA. Reinó entre diciembre de 1992 y marzo de 1995, cuando perdió por puntos frente a Pernell Whitaker (quien abandonó el cinturón prácticamente apenas terminada la pelea).
Vásquez, vencedor de campeones o ex campeones mundiales como Javier Castillejo, Aaron “Superman” Davis o Ronald “Winky” Wright, tuvo un segundo reinado. El 16 de diciembre de 1995 logró un agónico y espectacular nocaut en el 11er round ante Carl Daniels (El Knock out del año para la revista “The Ring”) cuando iba perdiendo ampliamente. El 21 de agosto del año siguiente perdió la corona (KO 5) con Laurent Boudouani y dejó atrás una marca de 15 victorias en peleas de campeonato mundial, con 8 nocauts y solamente 2 derrotas.
Carlos Baldomir intentó la corona WBC –vacante- frente a Vernon Forrest en julio de 2007, y perdió por puntos en Tacoma, Washington.
El empate polémico entre Castaño y Charlo provoca esta segunda edición, que será transmitida con los relatos de Renato Bermúdez, los comentarios de Salvador “Chava” Rodríguez y la Tarjeta de Hierro de Fernando Barbosa. No es el único empate discutido y discutible.
Sergio Gabriel “Maravilla” Martínez también tuvo su reinado entre los superwelters. O, mejor dicho, dos reinados. Uno, reconocido por la IBO, entre 2003 y 2004. Y luego tras una gran victoria ante Alex Bunema en Pechanga, California (4 de octubre de 2008, KOT 8) fue declarado campeón Interino por el WBC.
El 14 de febrero de 2009, defendiendo esa corona, Martínez fue protagonista de un insólito episodio cuando enfrentó a Kermit Cintrón en el estado de Florida.
En el séptimo round el argentino lo tuvo por el suelo limpiamente a Cintrón: el referí, Frank Santore Junior contó claramente hasta 10 –se pudo escuchar la cuenta en la transmisión- y fue entonces cuando sonó la campana… ¡Y Santore no detuvo la pelea! No hubo ninguna acción ilegal (fue transmitida por HBO y las repeticiones no demostraron otra cosa) y sin embargo no hubo nocaut.
Para completar su labor, en el último asalto Santore le descontó un punto a Martínez por pegar en la nuca, aunque no habia hecho advertencias y de esa manera, se arribó a un empate con dos jurados con 113 iguales y otro 116-110. Había ganado Maravilla, claramente y sin dudas: en mayo de 2009 fue declarado oficialmente por el WBC campeón regular superwelter, corona que nunca defendió.
Efectivamente, una categoría llena de sorpresas y curiosidades como la loca trilogía entre el dominicano Luis Santana y Terry Norris. En la primera pelea, en 1994, Santana ganó por descalificación en México por un golpe en la nuca que no convenció a nadie. Mientras Santana en el suelo seguía quejándose, el referí Mitch Halpern llamó al médico y este tuvo que descalificar a Norris quien perdió su corona WBC.
Santana se fue en camilla y volvió a irse del ring de la misma manera en la revancha, el 8 de abril de 1995 en el Caesars. Fue cuando Norris le pegó después de la campana y, nuevamente, el dominicano cayó fulminado. Kenny Bayless descalificó a Norris. Finalmente, en una pelea con puertas cerradas al público, el 19 de agosto de 1995, se realizó a tercera edición en el MGM y esta vez Norris fulminó a Santana en la segunda vuelta. Fue KOT y se terminó la discusión.
Atrás quedan en el tiempo y la memoria las derrotas de Oscar De La Hoya ante Shane Mosley o Floyd Mayweather o y la gran victoria de Oscar sobre Fernando Vargas –una de sus mejores producciones- o aquella otra, ante el atrevido Ricardo Mayorga.
Intriga, suspenso, extraños empates, misteriosas derrotas, tiros al aire… La división superwelter se desarrolla dejando siempre alguna cuota de intriga. Y este sábado, a través de ESPN KNOCK OUT, se develará una más, cuando por segunda vez Brian Castaño enfrente a Jermell Charlo. No hace falta dar el consejo, ¿Verdad?
No se la pierda.