La boxeadora uruguaya Chris Namús conversó en ESPN KnockOut con el entrenador Gabriel Belela para explicar y observar, paso por paso, cómo realizar un vendaje profesional de cara a una pelea.
Lo primero que señalaron Namús y Belela es qué se necesita: tape (cinta deportiva), gasa (lo máximo permitido por reglamento son diez metros), y una almohadilla para proteger la parte de los nudillos.
Belela comenzó a explicar luego el procedimiento: “Lo primero que se hace es un calentamiento y un masaje de la mano para activar el flujo sanguíneo. Y la idea del vendaje es tratar de formar los 27 huesos en uno. Se busca que la mano no quede rígida y que tenga sí los movimientos de extensión, flexión, aducción, rotación”.
Primero se fija la parte de la muñeca, debiendo destacarse que ‘si no hay un buen vendaje, puede haber una luxación o un esguince de muñeca’.
Posteriormente (y aún con la gasa), se fija el pulgar con dos o tres vueltas, y se pasa a los nudillos. Luego, se coloca la almohadilla.
Namús y Belela comentaron en ESPN KnockOut que ‘la presión del vendaje se va hablando con cada boxeador’, e indicaron que siempre hay un fiscal que controla los vendajes, también existiendo la posibilidad de que un integrante de un equipo observe el vendaje del boxeador rival.
Luego de la gasa, se pasa al vendaje con el tape, material que nunca va sobre la piel. “Por títulos del mundo, se permite una pulgada de tape”, informó el entrenador uruguayo. Y se repite el procedimiento comenzando por la muñeca y después con el pulgar.
“Por reglamento, el tape tiene que estar dos centímetros y medio por debajo de los nudillos; no puede estar sobre los nudillos. Lo que pasa habitualmente es que el tape esté sobre los nudillos, lo que genera la ventaja de que quede mucho más duro en la parte del golpeo”, contó Belela.
Se coloca tape sobre los dedos, buscando identificar los nudillos y que la mano quede más compacta. Y, tras fijar los carpos con los metacarpianos, se pasa a la parte final, etapa donde la palma de la mano queda sin vendaje para no perder movilidad.
Por último, se realizan algunos cortes para que la mano quede cómoda y compacta, sin que llegue a apretar, y se busca que el rollo dentro del puño quede lo más fino posible ‘para que haya un buen agarre’, concluyó Belela en la didáctica charla con Chris Namús.