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Yordenis Ugas: el niño que soñaba en Santiago ya es campeón del mundo

AP

Si Yordenis Ugas fuera sudamericano y no cubano instalado en Estados Unidos, este fin de semana cuando se consagró campeón mundial welter de la Asociación Mundial de Boxeo, seguramente hubiera entonado esa hermosa melodía que escribiera alguna vez Gustavo Cerati, esa que tituló Zona de promesas y que en uno de sus versos más dulces dice “No esta mal sumergirme otra vez. Ni temer que el rio sangre y calme. Se bucear en silencio.Tarda en llegar y al final, al final hay recompensa”.

Es que la tuvo que luchar este hombre nacido en Santiago de Cuba el 14 de julio de 1986. Pronto se mostró como una joya del boxeo: fue campeón del mundo sub 17 en 2003 y en la categoría superior, cuando iba a repetir se topó con otro talento, Emir Khan, quien lo dejó si otra corona.

En 2005, tras un par de frustraciones en el peso pluma decidió subir a liviano y fue campeón cubano de esa categoría entre 2005 y 2008. Y fue campeón mundial Senior en 2005 venciendo en la final al azerbaiyano Ramal Amanov. En 2009 volvió a subir de categoría y se instaló en peso welter, volvió a ganar un título cubano en ese peso y tras representar a Cuba en mundiales y Juegos Olímpicos y concluir que su ciclo amateur estaba terminado, en 2010 emigró a los Estados Unidos para convertirse en profesional y ser campeón del mundo, algo que venía soñando desde niño.

El camino de Ugas hacia ganar el título mundial no fue fácil. En el 2014 dos derrotas consecutivas por decisión ante los invictos Emanuel Robles y Amir Ahmed Imam parecía que lo sacaban de la ruta al título. Se tomó un año sabático y volvió con todo para enhebrar 11 victorias en 12 peleas, incluyendo el triunfo ante Abel Ramos que lo coronó campeón liviano de la Asociación. Y cabe consignar que la única derrota fue en marzo del 2019 cuando cayó ante Shawn Porter por un polémico fallo de decisión dividida, en una pelea donde se dirimía el cetro vacante welter del Consejo y en la que no fueron pocos los que vieron ganar al oriundo de Santiago de Cuba.

“Ahora que soy campeón mundial, quiero a todos los grandes nombres de la división de peso welter” afirmó el primer cubano en coronarse en las 147 libras desde el gran Mantequilla Nápoles apenas bajó del ring. Estaba exultante, feliz. Y no era para menos.

"Me puse un objetivo cuando era niño en Cuba para convertirme en campeón mundial y lo logré esta noche. Estoy muy agradecido con todos los que me ayudaron en el camino", expresó el nuevo monarca. Como bien lo estableció la AMB antes de esta pelea, quien ganara tenía una defensa obligatoria ante Radzhab Butaev, quien el 30 de noviembre perdió la pelea por ese mismo cetro ante Alexander Besputin, quien daría luego positivo en un control de dopaje volviendo a dejar vacante el título.

Su récord profesional de 26 victorias y 4 derrotas no luce inmaculado, pero está sustentado en pasos firmes ya desde el amateurismo. En la divisional reinan Terence Crawford (campeón de la OMB) y Errol Spence (campeón del CMB y la FIB) ¿Tendrá la chance Yordenis de ir por una pelea grande ante alguno de ellos? Por lo que viene demostrando trabajo y condiciones no le faltan para retarlos.