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Shawn Porter, un boxeador dispuesto a enfrentarse a los mejores del peso welter

Shawn Porter venció a Danny García en 2018 aseguró el cinturón de peso welter del CMB. AP Photo/Frank Franklin II

Shawn Porter tiene ánimo de contar historias. Y al inicio, ésta parece ser ajena al boxeo.

Cuando Shawn Porter tenía cerca de 10 años, jugaba como corredor en un partido de fútbol americano. Su padre Kenny estaba en la línea de banda, en su condición de entrenador. Un defensor derribó a Shawn durante una jugada, arrojándolo por los aires hasta caer sobre la línea de banda. Shawn sonrió.

Bueno, sonrió por poco tiempo. Shawn recordó como Kenny lo tomó por las hombreras, gritándole una instrucción que permanece con él hasta el día de hoy. "Dile que lo vuelva a hacer", recuerda Shawn.

Cuando Porter termina de contar su historia, es evidente la razón por la que este sábado estará sobre el cuadrilátero contra el pugilista invicto del peso welter Terence "Bud" Crawford (9 p.m. hora del Este, por ESPN+ PPV en Estados Unidos y Star+ en Suramérica), quien ha sido considerado por largo tiempo como uno de los mejores boxeadores del mundo.

Porter siempre ha mostrado disposición para enfrentarse a las mayores figuras de la división del peso welter durante toda su carrera. De muchas formas, se ha convertido en el proverbial "pegamento" de la serie televisiva Premier Boxing Champions y la categoría de las 147 libras en su totalidad.

Eso no ha sido por accidente. Es la única forma en la que Porter sabe operar.

"Es como si formara parte de mi forma de ser", expresó Porter a ESPN. "Es como si fuera quién soy. Lo único que sé es [decir]: '¿Quién es el objetivo? ¿Quién es el mejor? Búsquenlo".

El elemento que mejor define la actual era de los pesos welter es su incapacidad de concretar la mejor pelea imaginable. Por ejemplo: Crawford (37-0, 28 KO) contra su colega Errol Spence Jr., también campeón invicto. Durante una rueda de prensa virtual celebrada la semana pasada, Crawford dijo que el combate que ha perseguido por tanto tiempo ya se encuentra detrás de él, ya que todos los intentos hasta ahora han sido inútiles.

Del otro lado del espectro, tras la pelea de este sábado Porter (31-3-1, 17 KO) se habrá enfrentado a todos los tres actuales campeones del peso welter: Crawford, Spence y Yordenis Ugas. El último representa la única victoria de Porter hasta ahora en sus choques con dicho trio. Y mucho de ello tiene que ver con una determinación inquebrantable que sus oponentes pueden reconocer.

"Shawn Porter no es la clase de peleador que elige oponentes para verse bien", afirma Crawford. "Peleará contra quien sea y se ha demostrado que peleará contra quien sea. Eso resume en gran medida los rivales a los que se ha enfrentado, porque ha peleado contra todos los mejores boxeadores del peso welter en su división".

Sin duda alguna, la sociedad de Porter con Premier Boxing Champions le ha ayudado a asegurar grandes combates. Crawford, que disputará la última pelea contemplada en su contrato con Top Rank Promotions, se enfrentará por primera vez a un púgil de la serie PBC desde el inicio de su ciclo en la categoría de las 147 libras.

Sin embargo, sus enfrentamientos también sirven como manifestación del estilo agresivo que ha desconcertado a los rivales durante toda su carrera. Porter se remonta a su primera pelea amateur cuando tenía 8 años, y Kenny Porter le indicó que debía propinar golpes "hasta que corten la luz" para hacerse con la victoria.

Con el paso del tiempo, mientras padre e hijo recorrían el país, ascendían en las categorías aficionadas para después asumir una exitosa carrera como profesional, esa agresividad se convirtió en tarjeta de presentación de Porter. También le ha convertido en un boxeador que se ha ganado el afecto de los aficionados, capaz de siempre ofrecer un buen espectáculo.

"Es como si fuera una moneda de dos caras, hombre", dice Porter. "Es el arma automática que entretiene a los aficionados, pero también es el arma automática para ser exitoso en el cuadrilátero".

Esa filosofía también llevó a Porter a caer en 2004 ante Kell Brook, el otro boxeador que ha chocado con Spence y Crawford. Brook utilizó la agresividad de Porter en su contra, para concretar la primera derrota como profesional del pugilista oriundo del estado de Ohio.

Probablemente, esa fue la mejor versión de Brook, que no ha sido el mismo desde que sufriera una severa lesión ocular en la derrota contra Gennady Golovkin en 2016. En su combate más reciente, del que se cumple un año esta misma semana, Crawford sólo requirió de cuatro asaltos para despachar a Brook por la vía del nocaut técnico.

"Sé que a la gente le gusta hacer comparaciones entre nosotros peleando contra él y Terence peleando contra él [en 2020]", afirma Kenny Porter, que se mantiene como entrenador de Shawn. "Creo que, cuando peleamos contra él, era un boxeador distinto".

Los difíciles combates acumulados por Porter durante su carrera le han infundido seguridad y un amplio banco de experiencias al que puede recurrir en momentos críticos. También se ha enfrentado prácticamente a todos los estilos boxísticos imaginables, un aspecto que considera le dará la victoria sobre Crawford.

Su triunfo sellaría la posición de Porter como uno de los mejores boxeadores del peso welter en su época, más allá de ser un boxeador dispuesto a enfrentarse a los mejores. Si bien lo primero aún es objeto de debate, lo segundo es indudable.

Porter indicó: "A medida que me he hecho mayor y la gente dice: 'Muy bien, peleas contra todo el mundo. ¿Por qué lo haces?’ Respondo: 'Esto es el boxeo. Se supone que eso es lo que debes hacer, ¿cierto?’"

En su esencia, Porter sigue siendo aquél corredor que se siente cómodo al bajar el hombro para impactar a quien se atraviese en su camino. Eso significa chocar con Crawford en otra misión de búsqueda y destrucción, de esas que lo han convertido en un pugilista único en su tiempo.

"Ves a Bud, y Bud es el 'coco’", afirmó Porter, mientras gesticulaba para señalar comillas al final de dicha frase. "O Bud es el hombre al que nadie puede vencer, es el más temido, el más evitado, esto y aquello".

"Soy el chico en la línea de banda al que acaban de golpear, diciendo: 'Muy bien, ¿Quién es el próximo? ¿Dónde está? Allá voy".