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¿Quiénes hacen el trofeo del GP de la CDMX de Fórmula 1?

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Las manos que forjan el trofeo del Gran Premio de México (2:11)

ESPN habló con los orfebres que le dan forma al trofeo que se entregará el próximo domingo en el Autódromo Hermanos Rodríguez. (2:11)

Tres orfebres del Estado de México son los encargados de hacer el trofeo del Gran Premio de México y cada mañana recorren varios kilómetros para forjar láminas de plata en el reconocimiento que levantarán los ganadores en el AHR


Los primeros rayos del sol aún no han salido, la oscura noche los sigue en su largo recorrido por las calles del Estado de México y hasta su destino. En sus caras se refleja todavía el cansancio por la desmañanada, pero sus ojos muestran la ilusión de seguir trabajando con un solo objetivo. Son tres orgullosos trabajadores de la plata, quienes se encargan de moldear con sus propias manos el trofeo que levantará el ganador del Gran Premio de la Ciudad de México.

Rosalio Peralta, Eugenio Hernández y Félix Landeros son los tres orfebres que todos los días parten desde las 5 de la mañana de Chimalhuacán, Izcalli y Naucalpan, en los suburbios del Edomex, hacia la Ciudad de México, para crear el trofeo que se llevará el piloto que cruce la meta del Autódromo Hermanos Rodríguez después de 71 vueltas en el GP de la Ciudad de México.

“Venimos del Estado de México, estamos aquí a diario. Me levanto a las cinco de la mañana, pensando en que hay que venir a disfrutar el trabajo, disfrutamos lo que hacemos, ya no es como una pesadilla, cuando uno entra aquí, viene hacer maravillas”, cuenta Eugenio Hernández, orfebre de TANE y uno de los responsables de fabricar el trofeo.

Rosalio, Félix y Eugenio durante el día se llenan las manos de plata, mientras que por la mañana y en en la noche se mezclan con el más de un millón de personas que van y vienen a diario del Estado de México a la CDMX, una travesía que al final de la semana es mucho más larga que los 305 kilómetros que recorrió Max Verstappen para levantar el trofeo en el Gran Premio de la Ciudad de México del año pasado.

En México hay 32,700 personas que son orfebres, joyeros, plateros y pulidores de metal, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI. Los tres orfebres que trabajan en las instalaciones de TANE son las únicas manos que forjan la plata para convertirla en el trofeo que alzará el piloto que cruce en primer lugar la línea de meta en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

Los orfebres pertenecen a una industria donde siete de cada 10 trabajadores están en la informalidad; el promedio de horas trabajadas a la semana llega a 40.3, con una edad media por trabajador de 42.7 años.

EUGENIO HERNÁNDEZ, EL ORFEBRE DE RED BULL

Eugenio Hernández, de Naucalpan, Estado de México, el año pasado dedicó cuatro meses de su trabajo para fabricar, artesanalmente, las 12 réplicas del trofeo que solicitó Red Bull, después de ocupar el primer lugar en el Autódromo Hermanos Rodríguez. La escudería austríaca es la que más réplicas ha pedido en las últimas cinco ediciones del GP de México.

“Nos pidieron 12 réplicas el año pasado, yo fui el afortunado de hacer esos 12 trofeos, me siento orgulloso de trabajar en TANE (la empresa que hace el trofeo del GP de Fórmula Uno que se corre en México)”, revela Eugenio Hernández, al tiempo que manipula el trofeo con sus manos, aún en “obra negra”.

“Nos tardamos como cuatro meses, pero tuve a un compañero que me ayudó, eso nos facilitó más, para seguir avanzando. Red Bull es el que más replicas ha pedido”.

Hernández tiene 35 años trabajando en TANE, es uno de los de más experiencia, y asegura que para él y el mexicano “no hay nada imposible, por eso todo lo hacemos a mano aquí”.

FÉLIX LANDEROS, EL RECUERDO DEL SONIDO DE LAS LLANTAS Y LA SORDERA

En otra mesa, entre el golpeteo de los martillos y el sonido de las lijas desgastando la plata, está Félix Landeros. Sus compañeros avisan que “ya no escucha bien”, pero en su cabeza aún suenan los rechinidos de las llantas de los carros de la Fórmula Uno en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

“Me siento orgulloso, me siento bien de hacer esto. Antes, cuando se hacía la carrera de la F1, nos daban boletos para ir a la carrera del GP, cuando vivía el dueño, el primer dueño. Él decía que a todos los que hicieron los trofeos tienen boletos para que vayan”, recuerda Félix.

Landeros vive en Cuautitlán Izcalli, Edomex, y aprendió el oficio de orfebre en TANE, empresa a la que llegó gracias a la invitación de su hermano a trabajar en el arte de la plata.

“Antes trabajaba en una empresa de envases mexicanos, ahí estaba como supervisor, y aquí trabajaba uno de mis hermanos, él me dijo si quería ir a trabajar aquí, hace como 25 o 30 años”, recuerda Félix. “De Cuautitlán me tengo que venir a las cinco de la mañana, porque si me vengo después me agarra el tráfico y a mí no me gusta llegar tarde”.

ROSALIO PERALTA, RECORRE MÁS KM QUE VERSTAPPEN EN EL AHR

Rosalio Peralta saluda a sus vecinos cada vez que se los encuentra y es el único contacto que tiene con ellos. Ninguno de su vecindario se imagina que él es uno de los tres encargados de fabricar los trofeos que han cargado Max Verstappen, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, al haber ganado alguna edición del Gran Premio de la Ciudad de México.

“La verdad no saben a qué me dedico, no tengo contacto con ellos, hay poco, por los tiempos de traslado de casa al trabajo”, cuenta Peralta, el orfebre que recorre que todos los días parte de Chimalhuacán, Estado de México, a la Ciudad de México, de ida y vuelta.

Rosalio Peralta, al final de la semana, suma más de 416 kilómetros, entre el ir y venir al taller en el que se fabrica el trofeo de la carrera de Fórmula Uno en México, un número superior a los 305 que necesita abarcar Checo Pérez para cruzar la meta en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

Peralta aprendió la orfebrería de manera empírica, “cuando entré, me pusieron de ayudante con un maestro que ya estaba, fui aprendiendo de limar, ayudarle a hacer varias cosas, hasta que aprendí a hacer esto”, ahora él es que le enseña a los demás.

“Cuando el campeón se lleve este bonito trofeo, podrá apreciar que lo que se llevó fue realizado por nosotros, con las manos propias, completamente artesanal. Hecho por puros mexicanos”.