El neerlandés fue abordado por la prensa por el rumor que lo ubica en Mercedes el año que viene, pero solo se dedicó a gambetear el tema. Cuando el río suena...
“Para muestra sobra un botón”, dice el refrán. La imagen que acompaña esta nota es, precisamente, ese botón: cerca de medio centenar de periodistas rodeando a Max Verstappen. En un fin de semana que la Fórmula 1 visita la catedral de Silverstone para disputar el GP de Gran Bretaña, en el que McLaren quiere aumentar su ventaja, en el que Lewis Hamilton quiere extender su racha de podios en su carrera de casa, y ahora con Ferrari, la noticia está en el campamento de Red Bull: ¿cuál será el futuro del neerlandés, con Mercedes en el horizonte?
Toto Wolff, director de las Flechas de Plata, está agazapado. Tiene a George Russell en la dulce espera por renovar su contrato que vence al cierre de 2026, mientras coquetea fuerte con el tetracampeón. De hecho, ya hubo reuniones entre el pope austríaco y gente de Verstappen, propiciadas por el entorno del corredor. El desembarco en la escudería de Brackley podría ser en 2026 o 2027, teniendo en cuenta las dudas que recaen sobre el futuro de la categoría con la nueva normativa técnica que entrara en vigor en 2026 y que cambiará autos y motores. Justamente la unidad de potencia que portará Red Bull será propia, en sociedad con Ford, y su rendimiento genera interrogantes.
Max fue abordado en Silverstone para que hablara de su futuro. Y el neerlandés optó por tirar la pelota al tejado, sin responder con seguridad sobre su futuro. Solo dejó algo en claro: no habrá año sabático en 2026, otro de las opciones que se barajaron en la novela, y ocupar su tiempo en carreras de GT3, tras las pruebas que realizó en el Nordschlife de Nürburgring con una Ferrari que pertenece a su propio equipo. “No, no, no. Voy a correr en F1, sin duda. Por supuesto intentaré combinarlo en el futuro con cualquier competición posible. Pero año sabático de F1, seguro que no”.
Esa fue la única certeza de las declaraciones de Verstappen en Silverstone. Después, todo fue un ni. “Para ser sincero, no tengo nada más que añadir a lo que dije la semana pasada. En Austria no tuvimos un gran resultado. Creo que no fue un gran fin de semana, pero también tuvimos un poco de mala suerte en general. No digo, por supuesto, que fuéramos a desafiar a McLaren, pero podríamos haber tenido un buen resultado. Y todo lo que dije esa semana sigue igual. Por mi parte, nada ha cambiado”, dijo con respecto a su futuro. En Spielberg había dicho: “Es lo mismo que dije en 2024. Ya ni me acuerdo qué dije”. Es que el chichoneo con Mercedes ya se vivió en la temporada anterior y fue por eso que Wolff tardó en nombrar al reemplazante de Lewis Hamilton. Cuando la chance de Verstappen se cerró, se anunció a Kimi Antonelli.
Consultado sobre la peligrosidad de mudarse de equipo en medio de un cambio de reglamento, sentenció: “Nunca se sabe. Si dejas ese equipo, podría ser el mejor. Así es. Por eso tengo contrato con Red Bull”. El vínculo de Max con la escudería de las bebidas energizantes vence al cierre de la temporada 2028, con cláusulas de rescisión, por supuesto. Si bien nadie lo oficializó, existiría un ítem que le permitirá al neerlandés romper su vínculo al final de esta temporada si al llegar al receso veraniego está cuarto en el Mundial (hoy ocupa el tercer puesto). “No hablo de mi contrato”, fue la cortante respuesta ante la consulta.
Ante la insistencia sobre si en la evaluación entra también el ambiente de trabajo que ya conoce o el temor de un nuevo reglamento que tal vez complique a Red Bull, Verstappen continuó por la misma senda de no responder nada: “No hay una decisión por el momento. Para mí, no se trata de los 26 años ni nada de eso. Simplemente me concentro en lo que tengo por delante y en trabajar con el equipo. Claro que mucha gente hace suposiciones, pero yo no”.
Finalmente llegó la pregunta clave: “¿Estás en condiciones de decir ‘voy a correr con Red Bull en 2026’?”. La respuesta de Verstappen fue: “Como dije la semana pasada, eso es todo lo que tengo que decir al respecto”. De las declaraciones evasivas de Verstappen se desprende algo concreto: no confirmó que seguirá en Red Bull, más allá del vínculo contractual hasta 2028.
Más allá de la existencia de cláusulas de rescisión, y que la más comentada habla sobre su posición al momento del inicio de las vacaciones (3 de agosto tras el GP de Hungría), en Silverstone, el medio Sky, informó que, según fuentes internas de Red Bull, Verstappen debería pagar una compensación de 100 millones de libras (poco más de 136 millones de dólares) para acelerar su salida en diciembre. En el team austríaco quieren retener a su estrella, por supuesto, pero tampoco al costo de tener a un piloto descontento durante el Mundial. Max gana 75 millones de dólares por año en la casa de las bebidas energizantes.
El abandono de Austria hipotecó aún más sus chances de lograr el quinto título en 2025.
