Mientras las acciones de Renault, la casa matriz, se cayeron fuertemente en la semana y todavía buscan un CEO para reemplazar a De Meo, los rumores de venta de la escudería crecen.
En 2020, su última temporada de F1 bajo el nombre de Renault, la escudería francesa fue quinta en el Mundial de Constructores, con 181 puntos en un trastocado campeonato de apenas 17 fechas por el Covid-19 y en tiempos en los que no había sprint. El Rombo sumó 10,64 unidades por Gran Premio. Para 2021, Luca de Meo, el CEO de la compañía, decidió cambiar el nombre a Alpine. Desde entonces, el team no despegó y fue en caída. En 2021 acumuló 155 puntos en 22 fechas (tres fueron con sprint, que premiaban con tres unidades al vencedor). En 2022 pegó un salto: 173 en 22 GP con tres sprint de ocho al ganador y reparto para los ocho primeros. En 2023, 120 en 22 competencias y ya con seis sprint. El año pasado, con seis sprint, tan solo anotó 64 en 24 fechas (35 en el GP de San Pablo), un promedio de 2,66 por fin de semana. En el ejercicio actual, los de Enstone lleva 19 en 12 fechas (1,58 de media). Los números solo muestran la realidad de la escudería.
El runrún apuntó varias veces a una posible venta del equipo Alpine F1. Esos rumores siempre fueron desactivados por Luca de Meo, el hombre que siempre apoyó fuertemente la participación del Rombo en la Fórmula 1, aun cuando puertas adentro de la empresa había voces en contrario. Pero la palabra de De Meo era casi sagrada. El italiano tomó un fierro hirviente al hacerse cargo de la compañía tras la gestión del brasileño Carlos Ghosn, quien dejó el cargo tras ser acusado de mala conducta financiera, abuso de confianza, malversación de fondos de la empresa y de no haber declarado ingresos. Ghosn se escapó de Japón en una caja de instrumentos musicales y se fugó a Líbano, donde hoy reside.
De Meo se encontró con todo ese panorama y logró revertir la imagen de Renault. Generó una renovación a fondo del Rombo y expandió otras marcas que pertenecen al holding. El 2024 se cerró con un beneficio operativo de 4.236 millones de euros. Para el equipo de F1 decidió contratar a su amigo Flavio Briatore como asesor ejecutivo, es decir, solo rendía cuentas con él. Otra vez se encendió el rumor de que el objetivo con Flavio era encauzar el rumbo y venderlo. El actual pope del team tomó la determinación de cerrar la planta de motores al cierre de 2025 y ser cliente de Mercedes en 2026. Hasta ahí, se iban haciendo camino al andar, pero la renuncia de De Meo cambió todo.
Esta semana, De Meo finalmente dejó su puesto para mudarse a Kering, una multinacional francesa que se especializa en artículos de lujo y que venía de perder cerca de 70% su valor bursátil en tres años. Por eso fueron a buscar a De Meo. Del otro lado, quedó Renault y pasó lo contrario. El solo anuncio de la llegada del italiano disparó las acciones de Kering 9% en un día.
La salida de De Meo llegó en un momento en la que la marca francesa buscaba fortalecer su posición en el mercado eléctrico ante el fuerte ingreso de las empresas chinas. Una crisis se avecinaba. Ante la salida del italiano, Renault nombró a Duncan Minto, su director financiero, para ocupar el cargo de CEO de manera interina. Su primer día en el cargo le devolvió una caída de 18% en la cotización de la empresa en la bolsa de Francia, el desplome más grande desde febrero de 2020, en plena pandemia. La empresa revisó sus pronósticos de margen operativo para el primer semestre de 2025 y ahora esperan al 6,5%, medio punto por debajo de la previsión inicial, y un flujo de caja libre entre 1.000 y 1.500 millones de euros (antes estaba en 2.000).
Renault reforzó su plan de reducción de costes. En el medio, está el equipo Alpine, a la espera de una decisión. En cuanto a los números que hay en Enstone, la decisión de ser cliente de Mercedes con los motores generaría un ahorro cercano a los 100 millones de dólares. La contracara es que el año pasado el sorpresivo doble podio de San Pablo le permitió al equipo escalar hasta el sexto puesto en Constructores y acumular un dinero impensado al cierre del año cuando se repartieron las ganancias como marca el Pacto de la Concordia. Si en 2025 no abandona el último lugar, situación muy factible porque el team está enfocado en 2026 y no desarrollará el A525, la diferencia de ingresos rondaría los 30 millones de dólares.
Desde el equipo esperan que el recorte anunciado por la casa matriz no los afecte. Medios de Europa apuntan a que el Rombo habría rechazado una oferta de 1.200 millones de dólares para vender su escudería. Detrás de Alpine podría haber un gigante chino, que buscaría quedarse con el equipo y la marca. Las próximas semanas serán clave para saber el futuro del equipo en el que corre Franco Colapinto.
