El neerlandés no tuvo rivales en Monza, ni siquiera los poderosos McLaren, y se llevó tercera victoria de la temporada. Lando Norris y Oscar Piastri fueron al podio.
Max Verstappen se puso la ropa del viejo Max Verstappen por un fin de semana. Aquel dominante de 2023, que no tenía rivales, que avasallaba en cada circuito, apareció por un ratito en su complicado 2025. El RB21, el modelo de este año, se quedó muy corto para darle al neerlandés la chance de luchar por su quinta corona en fila. Lejos, muy, del rendimiento de los McLaren, todo lo logrado hasta ahora en las 16 carreras que se llevan disputadas fue gracias a su talento inagotable. En el GP de Italia volvió a dar una demostración total, con un triunfo aplastante: venció por 19s207 a Lando Norris, el segundo.
La carrera duró un puñadito de giros, apenas cuatro. En la largada, Max intentó aplacar el ataque de Lando y le cerró la puerta. El piloto de la escudería de Woking terminó tocando la tierra de la banquina derecha y llegó a la par del neerlandés a la chicana. El Red Bull cortó la salida de la variante y se quedó con el primer lugar. Rápidamente le pidieron que dejara pasar a Norris para evitar una sanción. Obediente, Max lo hizo. En la cuarta vuelta aceleró el motor Honda de su Red Bull y volvió a la punta. Final de la carrera.
Solo quedó la emocionante batalla entre Charles Leclerc y Oscar Piastri, que también se definió rápido en favor del australiano. A partir de ese momento, la carrera fue soporífera. Sin pelea en la punta, con estrategias muy parecidas, con neumáticos que aguantaron sin problemas… Fue tan aburrida como Mónaco, pero con la diferencia de que viajaron mucho más rápido.
El aburrimiento no ensombrece el gran andar de Verstappen. Fue aplastante desde el sábado, cuando logró la pole position. "Fue un gran día para nosotros. Estábamos volando y disfruté mucho del coche; pude controlar el ritmo bastante bien durante la primera etapa. Paramos en boxes en el momento justo y con los neumáticos duros al final, pude apretar un poco más porque son más resistentes. Una ejecución fantástica por parte de todos y de todo el equipo. Creo que estuvimos a tope todo el fin de semana y es una gran satisfacción ganar aquí", dijo Max, quien este año se dio el gusto de ganar en las dos carreras que se disputaron en Italia (había vencido en Imola, en el GP de Emilia-Romagna).
¿Monza habrá sido la excepción a la regla o Red Bull habrá encontrado algo para poder ser competitivo de acá a fin de año? "Intentaremos lograr más victorias, sin duda. Iremos paso a paso y carrera a carrera, pero para nosotros este fue un fin de semana increíble", cerró Max.
Su ilusión de ser campeón solo encuentra apoyo en que los números aún le dan: está a 94 puntos de Piastri. La realidad es que Monza se parece mucho más a un rendimiento atípico en una temporada complicada que a una chance de meter un sprint final a puro éxito. Pero, al menos por un rato, volvió el viejo Verstappen.