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Ferrari, en crisis y con una interna tensa

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Russell se quedó con el Gran Premio de Singapur y McLaren sumó los puntos que necesitaba para conquistar el campeonato de constructores (9:04)

Max Verstappen terminó como escolta, Norris completó el podio, Piastri fue cuarto y Franco Colapinto finalizó 16º. (9:04)

El equipo de Maranello no logró victorias en el año, los ingenieros están enojados con algunas declaraciones de Charles Leclerc, Lewis Hamilton presentó otro informe y Frédéric Vasseur hace malabares.

Pasar de la ilusión de luchar por el título a mendigar la posibilidad de conseguir al menos un triunfo en la temporada es un golpe demasiado grande para un gigante como Ferrari. Aquella pomposa presentación de Lewis Hamilton en el frío enero de Maranello quedó en el archivo y surge casi como imágenes en sepia de un sueño que se convirtió en pesadilla. La Rossa llega a la 19ª fecha del año, el GP de Estados Unidos, sin triunfos, tercero en el Mundial de Constructores y en medio de una tensión interna que promete escalar en la medida que no se consiga algún resultado balsámico.

Según publicó el medio Corriere della Sera, Hamilton elevó un informe a la cúpula de la Scuderia (el segundo del año) en el que remarcó que hay una mala interacción entre la fábrica y la ejecución en pista. El heptacampeón esperaba tener más influencia en la toma decisiones, según remarca el diario italiano, pero que sus peticiones fueron incumplidas y se topó con las políticas internas para implementar mejoras.

El SF-25 nació mal. Después de una temporada 2024 que se cerró con cinco triunfos y el subcampeonato de Constructores (perdió con McLaren por apenas 14 puntos), en Maranello decidieron hacer un auto completamente nuevo, en lugar de una pasada en limpio del SF-24, en el último año del reglamento de efecto suelo. La apuesta salió definitivamente mal, con un coche concebido con errores que le impidieron girar con la altura ideal para lograr la carga aerodinámica ideal en este tipo de autos.

La floja performance le permitió a Ferrari apenas conseguir cinco podios, todos por cortesía de Charles Leclerc. El monegasco no se ahorró críticas después del GP de Singapur. “Desafortunadamente, no tenemos el coche para competir con los punteros. McLaren ha mantenido la misma ventaja sobre nosotros desde principios de año. Red Bull dio un paso adelante desde Monza y ahora está a la par de McLaren, Mercedes también lo logró. Luego llegamos nosotros. Ahora mismo, nos sentimos como pasajeros en el coche y no podemos sacarle mucho más provecho”, fustigó.

Las declaraciones de Leclerc no cayeron bien en los ingenieros y avivaron la interna. Según Corriere della Sera, la cúpula ejecutiva de Ferrari, con el presidente John Elkan y el director Benedetto Vigna a la cabeza, ya bajaron línea de su insatisfacción y piden un progreso urgente para no cerrar el año sin triunfos.

En el medio está Frédéric Vasseur, el director del equipo, quien trata de capear el temporal mientras su nombre vuelve a estar en el tapete. A fin de julio, se anunció la renovación del francés por tres temporadas, pero ni siquiera eso aplaca rumores. Hasta se llegó a mencionar a Christian Horner para ocupar su sitio, algo que parece imposible por la forma de trabajar que tuvo el inglés en Red Bull: control total. En Ferrari no hay chance; de hecho, el director del equipo ha sido el fusible que los popes de la Scuderia optaron por hacer saltar varias veces ante la sequía de títulos que viene desde 2007 en el campeonato de pilotos y desde 2008 en el de Constructores.

Desde Ferrari negaron una pelea entre Vasseur y Matteo Togninalli, el encargado de la coordinación de las actividades en pista. Justamente la persona a cargo de ese punto flojo que marcó Hamilton: la llegada de Maranello al asfalto. En el medio de todo esto, y siempre según Corriere della Sera, el Cavallino no pasaría su mejor momento con la FIA debido a las frecuentes inspecciones que la entidad realizaría a la planta roja. Así, el enfoque de cambios en el SF-25 es muy conservador, para evitar algún problema. Todo en medio de la tensión entre los distintos departamentos.

En medio de la crisis, la F1 desembarca en Austin, con el fresco recuerdo del triunfo conseguido por Charles Leclerc en la visita de 2024. Hoy parece estar muy lejos de lograr algo parecido. “Sabemos que no hemos maximizado el potencial de nuestro paquete en las últimas carreras, pero el equipo está unido y totalmente decidido a cambiar las cosas”, dijo Vasseur para calmar las aguas.