Cuando los Boston Red Sox anunciaron la firma del agente libre Enrique 'Kike' Hernández por dos años y $14 millones de dólares en febrero, los aficionados de Nueva Inglaterra no reaccionaron muy entusiasmados a lo que fue el mayor movimiento del club después de quedar en el sótano de su división la temporada anterior.
Los ardientes miembros de la "Red Sox Nation" tampoco entendían porque la partida de Hernández de los Los Angeles Dodgers, donde nunca tuvo una posición específica como jugador regular, causó tanta tristeza en el sur de California.
Pero igual que ocurrió con los aficionados de los Dodgers, que adquirieron al puertorriqueño desde los Miami Marlins como parte de una transacción en diciembre del 2014 que involucró a seis peloteros, Hernández conquistó los corazones de los bostonianos, haciendo muchas cosas pequeñas, jugando buena defensa en varias posiciones claves y, sobretodo, respondiendo en los momentos más grandes.