Esta es una historia exclusiva de la edición 2017 del Body Issue de ESPN The Magazine. Suscríbete ahora
Zeke Elliott, el corredor de los Cowboys, no pasó desapercibido el año anterior. Cuando no estaba demostrando sus destrezas como corredor – corrió llevando la pelota unas asombrosas 1,631 yardas y consiguió jugar en el Pro Bowl en su temporada como novato – estaba luciendo sus abdominales en una de sus famosas – ¿o, infames? – camisetas recortadas. Así que no debe sorprender que se haya tomado un tiempo de descanso fuera de temporada para mostrarnos algo más al posar para el "Body Issue". El periodista Morty Ain se reunió con Elliot (tarea que no fue fácil) para hablar acerca de mantenerse en forma, saltar por encima de los adversarios y, sí, sobre ese estilo de estómago al aire.
No sé si las personas realmente comprenden cuánto trabajo ponemos en nuestra actividad. Jugamos un deporte tan brutal. El entrenamiento ya es una tarea dura, pero mantener nuestro cuerpo de una sola pieza es aún más duro porque jugamos a este deporte brutal una semana tras otra. Es difícil.
Lo que resulta más difícil es soportar los dolores y aún así encontrar la manera de entrar a la sala de pesas para trabajar en mantener tu fortaleza. Con cada partido de fútbol americano solo sigues castigando a tu cuerpo. Y al día siguiente o el día después, o dos días más tarde, te encuentras yendo otra vez a la sala de pesas y te sientes cansado y adolorido. Y parece que cada paso que das es el infierno.
Si haces algo durante tanto tiempo, ya se te hace natural. Es parte de mi vida. Quiero ser el mejor llevando el ovoide y para lograrlo tengo que hacer eso: levantar esas pesas cuando mis piernas están adoloridas y cansadas después de 30 carreras.
Realmente no creo en la especialización en los deportes, especialmente cuando uno es joven. Creo que es importante que los jóvenes deportistas prueben distintos deportes para que puedan desarrollar muchas destrezas diferentes. Cuando hablo con los deportistas más jóvenes, siempre les explico la importancia que tuvo para mi haberme preparado en varios deportes.
Comencé como jugador de béisbol. Ese fue realmente mi sueño y mi primer amor. Me ayudó a desarrollar la coordinación entre la mano y la vista, y luego comencé a practicar fútbol americano cuando tenía 7 años. Y creo que eso me ayudó a ser rudo y a ser un deportista físico. También jugué al básquetbol. Mis padres siempre se aseguraron de que estuviera practicando algún deporte, sin importar la estación que fuera.
Mi madre me estaba llevando en automóvil a la práctica de fútbol cuando tenía 7 años, y de repente escuché un fuerte ruido. Yo estaba en el asiento de atrás y nos habían chocado, justo en la mitad del automóvil. Estábamos a un par de cuadras del parque donde tenía la práctica de fútbol americano. Así que tomé mi casco, mis hombreras, me las puse rápidamente y corrí esas dos cuadras hasta la práctica, así que no me perdí nada [risas].
La agresividad es algo que desarrollé en la universidad. Rápidamente me di cuenta que yo era un muchacho de 18 años jugando allí contra hombres maduros. No iba a ser tan grande como ellos. No iba a ser tan rápido. Y no iba a ser tan fuerte. Así que comencé a hacer las cosas que a los demás no les gustaba hacer, especialmente en el puesto de corredor. Quería ser el mejor corredor de bloqueo de Estados Unidos. Quería hacer el trabajo sucio que nadie más deseaba hacer.
Cada vez que piso el campo de juego, trato de superar físicamente a mi oponente. Quiero que queden agotados al final del partido. Trato de quitarle la voluntad a mi oponente.
Hombre, la única manera en la que no voy a poder jugar en un partido es si no puedo ver, si no puedo oír, si no puedo correr. Esa es la única manera en que me vas a dejar fuera del partido. Como estudiante de segundo año, la temporada en que ganamos el campeonato nacional [en Ohio State], realmente me fracturé la muñeca unas tres semanas antes de que comenzara la temporada. Me fracturé la muñeca un viernes, me operaron el sábado y, a las tres semanas jugué el primer partido de la temporada.
Quiero decir, fracturarme la muñeca fue realmente malo. Me dolía mucho. Básicamente, yo estaba jugando con una sola mano, haciendo lo que podía. Bloquear era duro, pero uno tenía que hacerlo de todas maneras. Y cuando corría con la pelota, ya no podía defenderme con mi brazo lesionado, así que aprendí diferentes maneras de agacharme y contorsionarme para eludir las tacleadas y hacer que los contrarios fallaran. Desarrollé un par de técnicas.
Probablemente, el día que me sentí más adolorido después de competir fue en ese partido por el campeonato nacional en mi segundo año de universidad. Fue una de las peores pruebas que tuvo que atravesar mi cuerpo. Terminé haciendo 36 carreras con el balón. Uno no lo siente ese mismo día porque está cargado de adrenalina, está ganando un campeonato nacional. Pero el día siguiente, cuando me desperté, no me podía mover. Estaba clavado en la cama. Finalmente, me tuve que levantar porque tenía que tomar ese vuelo de vuelta a Ohio, pero fue muy duro.
Soy el más pequeño de la familia, en lo que se refiere a estatura. El padre de mi madre mide 6-8. Ella tiene un hermano que mide 6-7 -- juega al básquetbol en el extranjero. Mi hermana tiene 18 años y mide 5-10. Mi madre mide 5-10. Todos me miran como diciendo "Hombre, ¿dónde quedó tu estatura? Y yo no soy bajo – ¡mido 6 pies! Pero comparado con los demás, soy el más bajo en esas reuniones familiares [risas].
Practiqué tantos deportes en la secundaria que nunca supe lo que es estar fuera de temporada. Nunca tuve tiempo para hacer levantamiento de pesas. Así que cuando ingresé a la universidad, pesaba 190 libras (86.180 kg) a los 18 años. Y en dos meses, terminé aumentando a 215, 217 libras (97.500, 98.400 kg). ¡Aumenté como 25 libras (11 kg) en mis primeros dos meses de universidad!
Lo que todos creen que más se destaca [en mí] son mis abdominales, porque uso la camiseta recortada. Cuando comencé la universidad, era la manera en que usaba mi camiseta, porque me resulta más cómodo. Y terminó atrayendo mucha atención. Cuando fuimos a la Casa Blanca después de ganar el campeonato nacional, hasta el presidente lo advirtió.
Yo era bastante joven cuando desarrollé mi "lavadero", tal vez 10 u 11 años [risas] – desde que tengo memoria. Desde que era más joven, nunca me gustó realmente usar camisetas. Y todavía no me gusta, así que es probable que me encuentres sin mi camiseta más de una vez.
Uno de mis características es saltar por encima de las personas. Creo que es una de las hazañas físicas más impresionantes que soy capaz de hacer, siendo un corredor grande y físico. No tengo la mayor estatura, pero creo que se trata de algo mental. Al ser un corredor más grande, los defensores tienden a atacarte más abajo – tienden a hacerte un tacleo bajo. Trato de darles la impresión de que tienen que preocuparse para que no salte por encima de ellos o a través de ellos, le agrega una característica a mi juego. Yo corría carreras con vallas en la secundaria. Era muy bueno en saltar vallas.
No creo que a mi madre le guste demasiado que yo haga eso, a pesar de que fue una atleta. No creo que a muchas personas les guste demasiado que yo salte por encima de un oponente en un partido de fútbol americano risas. Pero eso es parte de mi juego. Es parte de mis jugadas. No pienso dejar de hacerlo.
Tengo muchos tatuajes, pero todavía tengo mucho lugar para, sabes, ese tatuaje del Super Bowl. Quiero decir, tengo mucho cuerpo, así que no creo que vaya a quedarme sin lugar para más tatuajes.
En esta profesión, si no quieres ser el más grande en tu puesto, si no quieres ser el más grande en este deporte, entonces creo que te estás perjudicando. Estás perjudicando a tu equipo. Estás perjudicando al fútbol americano como deporte. Ganar el Super Bowl, ingresar al Salón de la Fama, ser conocido como el mejor corredor de todos los tiempos – eso es lo que me dejaría satisfecho.