Nota del editor: esta columna se publicó antes que el liniero ofensivo Laremy Tunsil fuera canjeado a los Houston Texans.
Los boicots por disputa contractual que habían acaparado la atención a lo largo del verano fueron de corredores: Ezekiel Elliott con los Dallas Cowboys, y Melvin Gordon con Los Angeles Chargers.
No obstante, el linebacker externo/ala defensiva Jadeveon Clowney estaba en el mismo barco. El primer recluta global del draft del 2014 para los Houston Texans, procedente de South Carolina, no firmó su oferta calificada como jugador franquicia, y sin ello, no podía participar en los trabajos de temporada baja con el resto del club.
En las horas previas a este día de recorte de plantillas, comenzaron a circular numerosos reportes que vinculaban a Clowney con diversas posibilidades de canje, sobre todo, con los Miami Dolphins, de acuerdo a la prensa local.
Al final, fueron los Seattle Seahawks quienes lograron concretar un acuerdo por el tres veces seleccionado al Pro Bowl, y aunque el traspaso de Clowney todavía está por oficializarse cuando los jugadores involucrados aprueben sus exámenes físicos, podemos comenzar a proyectar quiénes salieron ganando y quiénes salieron perdiendo con el acuerdo.
GANADORES
Seahawks. Seattle tomó la decisión de desprenderse de su propio jugador franquicia en el inicio del receso de temporada, cuando canjeó el ala defensiva a los Kansas City Chiefs a cambio de una selección de primera ronda del 2019, una selección de segunda ronda del 2020, y un intercambio de selecciones de tercera ronda del 2019.
No hace falta conocer ser un genio de la aritmética para entender que Seattle terminó pagando una fracción por Clowney --una selección de tercera ronda del 2020 más dos jugadores suplentes, Barkevious Mingo y Jacob Martin-- de lo que recibió por Clark.
Mingo inició 14 partidos el año pasado para Seattle, pero se esperaba que regresara a un rol situacional este año, con Shaquem Griffin apropiándose, aparentemente, del puesto de linebacker por el lado fuerte. Originalmente, se esperaba que tanto Mingo como Martin aportaran más sobre la línea de golpeo como alas defensivas híbridas a las hora de presionar al quarterback, donde el equipo sumó al novato de primera ronda L.J. Collier con una de las selecciones obtenidas de los Chiefs en el canje por Clark.
Ahora, es probable que veamos a Clowney tomar el puesto titular al lado opuesto de Collier como especialista para presionar pasadores, dejando a Cassius Marsh y a Ziggy Ansah como suplentes principales por fuera. Por si fuera poco, Clowney aporta la versatilidad de jugar como linebacker externo por el lado fuerte en caso de ser necesario, regresando a Marsh al lado opuesto de Collier, en caso de ser absolutamente necesario.
Clowney es un jugador más completo que Clark en este punto de su carrera, y podría brillar en el rol que desempeñó hace unos años Bruce Irvin en la defensiva de Pete Carroll.
Por si fuera poco, Seattle realmente arriesga muy poco. Aunque se espera que los Seahawks intenten firmar a Clowney a largo plazo, tampoco pasa nada si no sucede, y el defensivo termina emigrando después de solamente una campaña con el club vía agencia libre. Eso le podría redituar al club una selección compensatoria de draft de hasta tercera ronda, lo que básicamente recuperaría la mayor parte del costo que se necesitó para traerlo.
Clowney. Uno de los motivos que se reportó insistentemente como razón por la que no pudo cerrarse el traspaso del defensivo a Miami, es que Clowney se rehusó a jugar para los Dolphins. Bajo el nuevo entrenador en jefe Brian Flores, los Dolphins están inmersos en otro proyecto de reconstrucción, públicamente se ha admitido que se necesitará más de una temporada para colocar a Miami donde apuntar a estar. Es comprensible que Clowney hubiera preferido sumarse a un equipo con buenas posibilidades de jugar postemporada, y eso es justamente lo que obtiene con Seattle.
Dolphins. ¿Qué tiene que ver la franquicia de Miami con esto? Bueno, de acuerdo a los numerosos reportes mediáticos mencionados antes, los Dolphins habrían ofrecido al tackle ofensivo Laremy Tunsil como parte de una propuesta de canje por Clowney y una selección de primera ronda. A Miami no le convenía este canje, y salen ganando al no aceptarlo. Tunsil es uno de los mejores, si no es que el mejor, tackle ofensivo joven de la NFL. Para una franquicia en reconstrucción, su posición es más importante que la de Clowney al otro lado del balón. Sea que Josh Rosen --quien fue confirmado como suplente de Ryan Fitzpatrick-- se convierta en el pasador del futuro, o los Dolphins opten por un pasador en la parte más alta del próximo draft, requieren de un guardaespaldas que proteja su físico y su confianza.
Además, como recién quedó de manifiesto a lo largo de todo el receso de temporada, es mucho más sencillo encontrar, en algún punto, a un cazador de quarterbacks de primera línea que a un tackle ofensivo. Solo basta con mirar el nombre de los jugadores que, en algún momento de los últimos meses, cambiaron de equipo, incluyendo al propio Clowney, Clark, Dee Ford y otros.
PERDEDORES
Texans. No hay más. Houston podría estar pagando la factura de una guerra de poder interna que desembocó con el despido del gerente general Brian Gaine a principios de junio. ¿Por qué? Bueno, uno de los objetivos de Gaine era acordar una extensión de contrato con Clowney, labor que no pudo terminar. Luego, en su búsqueda por un reemplazo, los Texans se vieron envueltos en una controversia con los New England Patriots por un acercamiento indebido con el ejecutivo Nick Caserio. Después de eso, los Texans anunciaron que se mantendrían, por el momento, sin gerente general, dividiendo las tareas principales del puesto entre cuatro ejecutivos.
Lo cierto es que Houston fracasó miserablemente a la hora de maximizar el valor obtenido por Clowney, un jugador que reclutaron con la esperanza de que se convertiría en una de sus columnas vertebrales defensivas a largo plazo. Ahora, Clowney se va y el equipo recibe de vuelta apenas dos jugadores de rol complementario y una selección de draft de ronda.