Carson Wentz se siente culpable por los problemas de la ofensiva de los Philadelphia Eagles, a pesar de que también los entrenadores y algunos compañeros le han fallado.
Wentz no ha cumplido con las expectativas después de firmar el contrato más alto en la historia de la franquicia, e indudablemente necesita jugar mejor para que los Eagles ganen. Pero tampoco ha tenido mucha ayuda.
El domingo, los Eagles (5-6) no contaron con sus tres mejores receptores, su líder en yardas por tierra y dos integrantes de la línea ofensiva elegidos al Pro Bowl. Cayeron por 17-9 ante los Seattle Seahawks.
Wentz perdió cuatro balones y falló varios pases. Algunos fueron terribles, pero otros se derivaron de malos bloqueos y trayectorias equivocadas. Aun así, los fanáticos le reclamaron al quarterback.
"Tienen derecho a sentirse frustrados", declaró Wentz. "Pagan dinero para ir a sentarse al estadio. Cuando ellos están frustrados, yo me siento frustrado también".
Wentz no ha sido el mismo desde que volvió de una cirugía para reparar dos ligamentos desgarrados en la rodilla en el 2017, año en el que terminó tercero en la votación del Jugador Más Valioso de la NFL. Nick Foles entró en su lugar y llevó a Philadelphia a su primer título de Super Bowl esa temporada.
El año pasado, Foles volvió a ser titular después de que una lesión de espalda dejó fuera a Wentz y llevó al equipo a un triunfo en postemporada.
Pero quienes aseguran que Wentz ha sido sobrevalorado no parecen entender los múltiples factores que han incidido en sus problemas.
No es su culpa tener a uno de los peores grupos de receptores abiertos de la liga. Los Eagles esperaban el regreso de DeSean Jackson para mejorar su ataque aéreo. Jackson ha jugado sólo dos temporadas completas en sus 12 años de carrera y participó en sólo tres duelos antes de ser sometido a una cirugía en el abdomen.
En el único partido completo que disputó Jackson, Wentz terminó con 28 pases completos en 39 intentos para 313 yardas, tres touchdowns y un índice de pasador de 121, en el triunfo por 32-27 sobre los Washington Redskins en la Semana 1. Lanzó dos pases de anotación de 51 y 53 yardas a Jackson.
Alshon Jeffery ha tenido un desempeño mediocre y se ha perdido los dos últimos partidos con una lesión en el tobillo. Nelson Agholor ha tenido una temporada terrible y se perdió el último compromiso con una lesión en la rodilla. El novato reclutado en la segunda ronda del draft J.J. Arcega-Whiteside tiene sólo cinco recepciones, aunque ha participado en 249 jugadas. Mack Hollins acumula 10 recepciones en 390 jugadas.
Tanto Agholor como Arcega-Whiteside dejaron caer pases de anotación durante los últimos minutos en dos derrotas. Esas jugadas podrían haberle dado el triunfo al equipo.
"No siempre se trata del quarterback", reconoció el coach Doug Pederson. "Eso lo podemos practicar, obviamente, y lo haremos, pero también necesitamos que los otros jugadores estén en el lugar correcto".
Otro problema para la ofensiva, además de la falta de talento, es el esquema de juego. Wentz y el anterior coordinador ofensivo Frank Reich estaban en sincronía con el plan de juego y la ofensiva era dinámica en su último año juntos. Pero Reich se convirtió en el entrenador en jefe de los Indianapolis Colts después que los Eagles ganaron el Super Bowl y fue reemplazado por Mike Groh. Aunque Pederson es el que planea las jugadas, Groh ayuda a diseñar el esquema y se encarga del plan de juego para cada rival.
El sistema no aprovecha de las fortalezas de Wentz, su habilidad de moverse y de lanzar en movimiento ya sea a la derecha o izquierda.
"Estamos en esto juntos", sentenció Groh. "No es culpa de nadie, no de forma individual. Es de todos. Yo también soy responsable, entonces todos tenemos que ser mejores. No estamos contentos con los resultados que hemos obtenido y hemos trabajado muy duro para jugar a un mejor nivel".
Los mariscales de campo reciben el crédito cuando las cosas salen bien y la culpa cuando pierden. Es la naturaleza de la posición. Los Eagles han anotado sólo dos touchdowns en las últimas dos derrotas, permitiendo 17 puntos en cada juego. Podrían haber superado a los Patriots (10-1) y a los Seahawks (9-2) si la ofensiva hubiera hecho su parte.
No lo hizo, Wentz es criticado y él lo acepta.
"Tengo que ser mejor", dijo en varias ocasiones tras la última derrota.
También todos los que lo rodean.