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Bears están dispuestos a cambiar de esquema para Mitchell Trubisky

Mitchell Trubisky y su ofensiva ranquearon cerca del fondo en varias categorías estadísticas importantes la temporada pasada. AP Photo

LAKE FOREST -- Después de dos temporadas como entrenador en jefe de los Chicago Bears, Matt Nagy ha aceptado la realidad de que el quarterback Mitchell Trubisky no está debidamente equipado para ejecutar su esquema. Ahora, Nagy parece listo para cambiar algunas cosas.

"Lo que sea que necesites hacer, quieres hacer eso", dijo Nagy.

Trubisky se desempeñó a un nivel aceptable en el 2018, ayudado por una defensiva que anotó un montón de touchdowns y a menudo entregó a la ofensiva posición favorable de campo. También retrocedió de manera importante en el 2019. Eso fue aparente en las duras derrotas ante los Green Bay Packers, New Orleans Saints, Los Angeles Chargers y Los Angeles Rams, donde las limitaciones de Trubisky como pasador de bolsillo quedaron en evidencia.

Para que el equipo siga adelante con Trubisky en el 2020 --y como ha dicho el gerente general Ryan Pace en múltiples, la organización pretende hacerlo-- la ofensiva necesita cambiar.

Para Nagy, eso ya ha comenzado.

Previo a arribar a Indianapolis para el Combinado de Talento de la NFL, Nagy pasó varias semanas reuniéndose con los asistentes ofensivos --incluyendo a los nuevos coordinador Bill Lazor, coach de quarterbacks John DeFilippo, coach de línea ofensiva Juan Castillo, coach de alas cerradas Clancy Barone y recién promovido coordinador de juego aéreo, Dave Ragone-- para encontrar un mejor plan de ataque para la temporada.

Nagy no estuvo cerca de divulgar detalles específicos a reporteros, pero dejó en claro que está abierto a la idea de reinventar el esquema para impulsar a una ofensiva y a un quarterback que ranquearon cerca del fondo en varias categorías estadísticas importantes la temporada pasada.

"Ahora que he pasado un par de años con este personal y construyendo y conociendo quiénes somos, es mucho más sencillo ver evaluaciones de esquema y saber qué tipo hace qué cosa bien, sus debilidades y fortalezas, así que ahora, con eso, no es justo obligarlos a hacer algo que yo prefiero", dijo Nagy.

Parte del problema la temporada pasada fue que los Bears carecieron de identidad ofensiva. ¿Fueron un equipo pasador? No. ¿Fueron un equipo corredor? No. ¿Fueron un equipo físico? No. ¿Qué hicieron bien los Bears? Bueno, no mucho.

Chicago finalizó la temporada N° 29 en puntos anotados por encuentro y en yardas totales por encuentro, N° 27 en yardas terrestres por encuentro y N° 25 en yardas aéreas por encuentro.

"Pienso más específicamente, también, en el juego terrestre, sufrimos ahí", reveló Nagy. "Así que debemos descifrar cuál es nuestra identidad, u eso será un objetivo para nosotros".

Los Bears tienen claras necesidades para la ofensiva. Se espera que Chicago incorpore a un quarterback veterano que empuje a Trubisky, y podrían reclutar a un prospecto para desarrollar a futuro. Los Bears claramente podrían beneficiarse de ayuda en las posiciones de ala cerrada, línea ofensiva y receptor abierto.

Nada de eso importará a menos que los Bears maximicen las fortalezas de Trubisky.

El ex segundo recluta global del draft a menudo sufre en el bolsillo contra equipos buenos, pero Trubisky, quien jugó buena parte de la temporada pasada con un labrum parcialmente desgarrado en su brazo izquierdo, posee movilidad por arriba del promedio. Luego de sufrir múltiples lesiones desde que fuera reclutado, Trubisky no puede correr 15 veces por partido. Eso no significa que Nagy no pueda utilizar a Trubisky mejor con jugadas de cambio de dirección y pase con engaño de carrera.

Para que ello funcione, dos cosas necesitan suceder: Trubisky necesita conectar con receptores abiertos en pases profundos --algo que no consiguió hacer a inicios de la temporada pasada, aunque mejoró conforme progresó el año-- y los Bears deben establecer un ataque terrestre consistente.

Chicago nunca se comprometió realmente con el corredor de tercera ronda David Montgomery, quien acumuló 889 yardas y seis touchdowns en 242 acarreos. Todo el año, el juego terrestre se sintió forzado y carente de inspiración. Los bloqueos no fueron grandiosos, tampoco.

Pace reafirmó que Montgomery puede ser un corredor primario.

"Hubo una perspectiva sobre él saliendo del colegial, y lo podemos ver", dijo Pace en el Combinado.

Pero los Bears no trataron a Montgomery como un corredor primordial, y sin la ilusión de un ataque terrestre consistente, Chicago no fue un equipo peligroso en pases con engaño de carrera.

En pases con engaño de carrera el año pasado, Trubisky ranqueó N° 20 en porcentaje de pases completos (65 por ciento), N° 22 en yardas por retroceso para lanzar (7.1), N° 30 en relación touchdown/intercepción (3:3) y N° 27 en Total QBR (49), de acuerdo a ESPN Stats and Information.

Aunado con los números generales de Trubisky --N° 28 en Total QBR (39.4), empatado por el N° 27 en pases de touchdown (17), N° 21 en yardas por pase (3,138), N° 32 en yardas ganadas por intento de pase (6.1) y N° 28 en el tradicional índice de pasador (83.0)-- y el hecho de que corrió para su marca personal más baja en yardas, 193, y es seguro decir que sea lo que sea que Trubisky haga bien, no fue debidamente mostrado en el 2019.

"Para mí, la parte divertida es asegurarte de que puedes cambiar", señaló Nagy.

"... Y ahora tener ideas nuevas de nuevos coaches ofensivos y lo que ofrecen, debo decirles, estoy absolutamente amándolo todo ahora".