En el enfrentamiento de nuestra primera semifinal España '70 venció en las votaciones de nuestros fanáticos con un 71% a Holanda '74 que recibió un 29%. Por lo tanto te presentamos a la Roja, campeona del Mundial Sudáfrica 2010, que se enfrenta a Brasil '70 en la gran final.
BARCELONA -- De la Furia al toque España traspasó el umbral de la gloria en 2010. Campeona de Europa dos años antes a manos de la revolución de Luis Aragonés, Vicente del Bosque tomó el relevo para dar el paso definitivo. En Sudáfrica se enterró el gafe del 82, el penalti de Eloy, el fallo de Salinas, la cabeza de Michel, el recuerdo de Al-Ghandour, el atropello de Zidane... Todo quedó atrás.
España, bajo la influencia del Barça de Guardiola, atada a un juego de combinación, posición, toque y paciencia, no solo rompió la barrera histórica de los cuartos de final, sino que con una capacidad de sufrimiento enorme, con resultados ajustados y sobreponiéndose a un estreno desolador (0-1 ante Suiza), consiguió un éxito labrado a lomos de Iniesta (autor del gol definitivo), Cesc, Puyol, Xavi, Sergio Ramos, Casillas, Fernando Torres o Villa.
Comenzó con problemas y provocó, su derrota inicial ante los suizos, que alrededor del equipo se mutiplicasen las dudas y creciera la presión para variar los planes. Del Bosque se vio obligado a encerrarse con sus jugadores, alejarse del ruido mediático y no solo mantener, sino aumentar la apuesta que le había llevado hasta Sudáfrica. Y las victorias consecutivas sobre Honduras (2-0) y Chile (2-1), le llevaron a los octavos de final como primera de grupo.
Repetía el pase de cuatro años antes, en 2006, pero si en Alemania su euforia desmedida se derrumbó de mala manera ante la Francia de Zidane, en Sudáfrica, con la lección aprendida y olvidándose de alegrías irracionales, aprendió a sufrir.
España ganó a la Portugal de Cristiano Ronaldo en octavos, a Paraguay en cuartos y a Alemania en semifinales por 1-0. Siempre el mismo marcador, ajustado y sufriendo, atada sin negociación al mismo sistema de juego. Mimando la pelota, no rifándola, defendiendo con solvencia, combinando con calma, desplegándose con paciencia y sin dar un paso en falso consiguió el objetivo de alcanzar una meta nunca vista.
A la final de Johannesburgo llegó con toda la ambición pero la condición de novata. Y enfrentada a una Holanda que ya sabía, históricamente, el significado de perder una final. “Antes de ganar, es normal haber perdido” se repetía en Sudáfrica, alrededor de una España novata que se las iba a ver ante una rival que había eliminado a Brasil en una enorme remontada de cuartos y llegado a la útima etapa derrotando a la joven y sorprendente Uruguay.
No fue la final de 2010 especialmente brillante. Más miedo que atrevimiento, más cautela que ataque, más reservas que ambiciones, las dos finalistas supieron y debieron sufrir. Casillas fue clave sacando un remate de gol a Robben a la hora de partido y ya en la prórroga, cuando se avecinaba la tanda de penalties, un centro de Torres lo prolongó Cesc para que Iniesta, desde el costado derecho, lanzase un remate cruzado, mágico, al que no pudo responder Stekelenburg. Y España besó el cielo.
La mejor generación de futbolistas conquistó aquella gloria impensable en el momento oportuno. Aún tuvo tiempo de lograr otra Copa de Europa antes de acabar su reinado, de mala manera, en Brasil, cuatro años después... Pero para el recuerdo, siempre, quedará un título que significó la gloria del Tiki-taka.