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La amarilla a Kolbe y una oportunidad perdida por Nueva Zelanda para obtener la Copa del Mundo en Francia 2023

Cheslin Kolbe había visto la amarilla sobre el cierre en la final de la Copa del Mundo, dejando con un jugador menos a los Springboks y a los All Blacks con las posibilidades de dar vuelta la historia y coronarse nuevamente campeón del mundo.

El partido quedaba igualado con 14 jugadores de cada lado, por la expulsión temprana de Sam Cane en la primera mitad. Luego del golpe anímico que generó la amarilla del wing sudafricano, Nueva Zelanda no fue capaz de aprovechar el envión mental para dar vuelta la historia en el Stade de France. Kolbe sabía que no sumaría más minutos en la final y que hubiese sido su responsabilidad la derrota de Sudáfrica, en Francia. "Estuve más decepcionado, porque dejé a toda una Nación abajo y a mis compañeros también. Creo que era donde Dios quería que yo esté", declaró post partido el back.

Además, Siya Kolisi también había sido amonestado, pero en el arranque del complemento y los All Blacks tampoco pudieron hacer uso de la ventaja mental que conllevó tener al capitán fuera de partido. El try de Beauden Barrrett recién llegó a mitad del segundo tiempo. "Estuve con pánico cuando me sacaron la amarilla, pero por suerte no marcaron puntos", señaló el forward de los Boks cuando tuvo que vivir unos minutos desde afuera.

De esta manera, el conjunto dirigido por Ian Foster tuvo dos ventanas fundamentales en las que pudo haber dado vuelta la historia y ponerse en ventaja, pero no logró romper la defensa sudafricana para generar oportunidades de try, a pesar de la conquista no cobrada de Aaron Smith. Sin contabilizar esa jugada, los hombres de negro no supieron llegar crear jugadas para arribar al ingoal del elenco que tenía a Jacques Nienaber a la cabeza.