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Kolbe, sobre su amarilla en la final del Mundial: "Decepcioné a la nación"

En la final de la Copa del Mundo, hubo un punto de inflexión para los Springboks cuando a los 73 minutos, Cheslin Kolbe recibió la amarilla y dejó a los suyos con uno menos. El árbitro Wayne Barnes amonestó al back ante los All Blacks, luego de que de manera indebida interceptara una pelota neozelandesa.

Kolbe, que había sido clave con su try en la final donde Sudáfrica se impuso a Inglaterra en Japón 2019, volvió a estar en el primer plano de un duelo decisivo, pero esta vez por una acción que podía costarle caro a su seleccionado, ya que los Springboks contaban con tan solo un punto de ventaja y a poco del final quedaban con uno menos, desperdiciando la superioridad que habían obtenido tras la expulsión de Sam Cane en el primer tiempo.

Recibir una tarjeta amarilla en la final del Mundial es decepcionante. Me decepcioné más porque decepcioné a toda la nación. Decepcioné a mis compañeros en ese momento. Miré el reloj, sabiendo que no iba a volver al campo, simplemente fui y me senté en la silla. Me puse la camiseta sobre la cabeza y estaba llorando y orando al mismo tiempo“, confesó el wing ante periodistas en una visita a Kraaifontein, ciudad donde creció.

El actual jugador de Suntory Sungoliath, club que disputa la League One japonesa, a medida que pasaban los minutos en el Stade de France solo encontraba consuelo en motivos religiosos. “Le estaba pidiendo a Dios que, si esto era para nosotros, al final nos sacaría adelante. Creo que ese era el plan de Dios para mí y su llamado para mí, que era no terminar el partido, aunque me hubiera encantado. Creo que su llamado para mí fue salir durante los últimos ocho a diez minutos. Creo firmemente que ahí era donde Dios quería que estuviera en esa etapa”, admitió.

A su vez, el rugbier de 30 años, a menos de un mes de la final y con Sudáfrica bicampeona, se permitió describir su sensación sobre los segundos finales del encuentro ante los All Blacks. “Para ser honesto, no escuché el pitido final. Un miembro del personal directivo se acercó a mí y me agarró, y fue entonces cuando supe que habíamos ganado la Copa del Mundo y que llevaríamos el oro a Sudáfrica; fue un momento de completo alivio “.

Sabemos lo que hace y cómo une a nuestro país y lo importante que sería la victoria para Sudáfrica; une a la gente. Creo que eso es lo que necesitamos y ojalá podamos continuar con eso y que no desaparezca", concluyó Kolbe.