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La gira de 1995 de La Plata: la culminación de un proceso

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¡De ingoal a ingoal! Isidro Iassi interceptó y convirtió el try para La Plata (1:44)

El wing del Canario recuperó la ovalada en sus 22 y corrió toda la cancha en soledad para anotar su conquista. (1:44)

La Plata Rugby Club fue el último campeón de los torneos de clubes organizados por la Unión Argentina de Rugby (UAR). En 1995, finalizó un proceso que había comenzado con el último ascenso del equipo platense a la máxima categoría, en 1989, con un objetivo: afianzar a la institución de Gonnet en los torneos de Primera, y alcanzar el primer título en la historia del club.

A principios de los 90, La Plata puso en práctica nuevas ideas: "El francés Caillaud nos empezó a meter en la cabeza la idea de evitar jugar forwards contra forwards … había que empezar a incorporar forwards afuera”, dijo Gonzalo Albarracín, entrenador del equipo del 95, a Jorge Caffaso para su libro Los Canarios Vuelan Alto.

El equipo fue creciendo año a año, con la aparición de importantísimos jugadores de diferentes camadas: a los ya consagrados pumas mundialistas de 1987, Guillermo Angaut y Julián Manuele, se les sumaron figuras de la talla de Germán Llanes, Julio Brolese, Esteban Meneses, Guillermo Pujol, Pablo García Muntis, Federico Brea, entre otros.

El año 1995 arranca con la gira, en plena pretemporada, por las Islas Británicas, Francia y España; que tenía un objetivo claro: terminar de pulir un grupo con un enorme potencial, y con un compromiso inquebrantable para luchar por alcanzar la gloria.

Aquel viaje, tuvo un bajo contenido rugbístico. Si bien se jugó contra equipos de renombre como La Rochelle, en Francia; y con un ya clásico rival de las afueras de Londres, el Upper Clapton; la idea era afianzar al grupo y terminar de moldearlo a fuerza de una mancomunión total entre jugadores y staff. De los diez partidos programados, se jugaron 8 y hubo doce entrenamientos. Nadie lo sabía a ciencia cierta pero, al regresar, ya estaban listos.

La atmósfera de optimismo y confianza se podía sentir en cada rincón del Club. El compromiso era tal que, jugadores que no pudieron viajar por diferentes cuestiones, se quedaron y continuaron la preparación en el Club. Además, para esa temporada, al equipo que Albarracín y compañía venían trabajando, se sumó Christian Mendy, de Los Tilos; consciente de la firmeza y adhesión del plantel para la consecución del título.

El 12 de agosto de 1995, La Plata venció a Olivos por 51 a 17. Años de esfuerzo y trabajo bien enfocados culminaron, tras aquel pitazo final, en un solo grito: CAMPEONES.