<
>

Lautaro Martínez, En Primera Persona: "En el momento del himno estoy llorando por dentro"

play
Lautaro Martínez: 'Siempre quiero estar preparado para la Selección' (0:50)

El Toro, en una charla íntima con Star+, habló del trabajo y el esfuerzo por superarse día a día en su club y con la camiseta de Argentina. (0:50)

Lautaro Martínez, el goleador de Inter y de la Selección Argentina, recibió a Sebastián Vignolo en Milán para charlar sobre su historia en Especiales STAR+ Qatar, En Primera Persona.

El Toro recordó su infancia en Bahía Blanca, su paso por Racing Club, la llegada al fútbol europeo y habló de su gran ilusión con la Albiceleste: ser campeón en el Mundial 2022.

A continuación, las mejores frases de la entrevista:

Su restaurante en Milán: “Estamos contentos por todo lo que logramos, todo lo que hicimos. Nos costó llegar adonde llegamos”.

Su hija Nina: “Empezó a querer treparse a todos lados. Toca todo, agarra todo, mira todo. Y encima arrancó el jardín. Está terrible”.

El apoyo de los seres queridos: “Me han pasado muchas cosas, muchas en un período en el que las cosas no salían como uno quería. Ahí estuvo la familia, mi esposa, la gente que realmente quiere que triunfes. Fue fundamental para tener este presente. También trabajando todos los días. Uno sufre mucho estar lejos de su familia. Es una mezcla de sensaciones que hacen que en el día a día uno tenga que estar fuerte de la cabeza”.

Su lugar en el mundo: “Extraño mucho Bahía Blanca. Es mi lugar, donde soy feliz, donde respiro aire puro, donde descanso. Estoy con mi familia, mis amigos y la gente de Liniers, que siempre los tengo presentes. Después de ganar la Copa América fue diferente llegar a Bahía, complicado salir a la calle. Fue la última vez que fui. Trato de ser lo más normal posible”.

Su casa de la infancia: “Recuerdo pelotas por todos lados, pósters de todos los equipos porque éramos amantes del fútbol, mi papá y mi hermano más grande jugaban, pelearse por la computadora. Después llegó mi hermano más chico que se fue para el básquet”.

La familia: “Mi viejo trabajaba. Ahora tuvo un problema, se tuvo que operar y dejó el trabajo. Era enfermero y mi mamá cuidaba a una señora a la tarde cuando íbamos a entrenar. A mi papá lo veía solo en la cena. Han hecho un esfuerzo gigante. No teníamos lo que queríamos, pero nunca faltó el plato de comida ni una pelota”.

“Mi abuela paterna también jugaba al fútbol, era centrodelantera. A veces jugaba con los hombres”.

“Mi mamá fue una de las que más sufrió cuando me fui de casa a los 15 años. Además hay que insistirle para que se suba a un avión…es complicado, pero sabe que el hijo está haciendo lo que ama, lo que eligió”.

Los inicios como defensor: “Me gustaba jugar de líbero, de último. Por eso me gusta tirarme al piso (risas). Mi papá jugaba más de lateral. Yo lo seguí siempre a mi papá en los clubes que iba. Un técnico en Liniers me puso de wing porque me veía rápido. Y cuando fui creciendo pasé de enganche y de Racing de 9”.

“En el barrio donde nacimos había una canchita, estaba pelada. A veces jugábamos uno contra uno con mi hermano, nos matábamos. Íbamos al colegio a la mañana, comíamos y enseguida bicicleta, colectivo o un compañero que nos llevaba. Cuando volvíamos de entrenar, seguíamos en el campo”.

La relación con Diego Milito: “En el debut en Racing me tocó reemplazar a Diego Milito. Con él tengo una relación, cada vez que viene nos vemos, cenamos. Me ha aconsejado mucho, siempre estaré agradecido”.

El cambio de temperamento: “Volví a nacer con mi hija. He madurado mucho dentro y fuera del campo. Me bajó los decibles, estoy un poco más maduro, pienso más las cosas. Antes era más impulsivo, de ejecutar y no pensar”.

“Se pierden amistades, cumpleaños, salidas, todo lo que puedas imaginar. Siempre hablo con mi mujer que desde chico aprendí así y soy uno de los que le cuestan salir a comer en semana de partido”.

“Mi mujer me dice siempre que vaya tranquilo. Cuando nació mi hija, me tranquilicé. Si perdía, estaba horas sin hablar. Ahora se priorizan otras cosas. Me duele perder, pero cuando llego a casa no es que no puedo hablar”.

El Mundial que se viene: “Es una sensación difícil de explicar dentro del cuerpo. Esperemos llegar lo mejor preparado posible. Hablamos del tema entradas y la cantidad de argentinos que van a ir. En la final de Londres pareció que estábamos jugando en Argentina. Ese apoyo, esa locura es increíble”.

“Siempre juego pensando en la Selección Argentina. Me preparo para todo. Es una rueda que va girando y me mentalizo donde me toque por dar lo mejor”.

Lionel Scaloni: “Muy agradecido a él porque siempre confió en mí. La Selección tiene grandes jugadores, grandes delanteros y todos los días rendís examen. Sé que el trabajo de mi club es el que me va a llevar ahí. Después, en el poco tiempo que tenemos, tratamos de estar bien, concentrados, hacer lo que quiere el entrenador. Me sostuvo cuando no hice goles y se hablaba mucho, me respetó y me bancó. Por eso siempre estoy agradecido”.

El momento del himno: “Siento orgullo. Cuando jugamos Eliminatorias, amistosos, hay mucho público. Es increíble. La pasión del argentino, cómo lo canta…las sensaciones son difíciles de explicar. Me emociona. Por dentro estoy llorando. Es fuerte, son mucha adrenalina que tiene el jugador de fútbol. O se te pone la mente en blanco y pensás que estás soñando o en un videojuego (risas)”.

La ausencia en el Mundial 2018: “Me dolió no ir al Mundial de Rusia por cómo había hablado el entrenador conmigo. Pero respeto su decisión y traté de siempre de apoyar a los que le había tocado. Fue un período duro porque era un sueño grande que tenía”.

¿Cómo vio los Mundiales anteriores?: “Ya en 2014 veíamos el Mundial en la pensión de Racing. El último lo vi en Bahía Blanca. Después de la Copa Libertadores, firmé con Inter y pasé dos meses ahí”.

Los referentes: “Cuando era chico veía a otros delanteros y mis partidos. Me corregía mucho. Le pedía plata a mi mamá para comprar los videos de mis partidos. Cuando pasé a Racing hacía lo mismo. Después ya lo dejé de hacer porque en el club constantemente vemos videos nuestros”.

“Al principio veía mucho a Radamel Falcao cuando jugaba en River. Era muy poco de ver fútbol porque me la pasaba en la calle. Cuando fui creciendo lo veía a él, a Suárez, los movimientos que tiene que hacer un 9".

"A Diego (Maradona) no lo conocí, me hubiera gustado”.

Tatuajes: “Ya tengo el diseño de la Copa América, pero todavía no me la tatué. Ni sé cuántos tengo. Me los hice todos en Argentina y algunos los terminé acá. Son todos familiares: nombres de mis hermanos, de mis viejos, la Virgen de Luján, ‘Lo que no me mata, me hace más fuerte”. Es una frase que anotaba siempre en el cuaderno del colegio para recordarla. Me acompañó siempre”.

Festejo de gol: “Nació con Gustavo Bou. Por el apodo de Toro, los cuernos, era un festejo en espejo, enfrentados. Después lo patenté (risas). Siempre veo los partidos de Racing”.