Para llegar lejos hay que sufrir. Los caminos nunca son sencillos, y ante Tallon Griekspoor (25º), Alexander Zverev (4º) no solo tuvo que batallar durante cuatro horas para quedarse con la victoria, sino que tuvo que remontar un partidazo que lo tenía prácticamente perdido.
Probablemente la historia de Roland Garros 2024 hubiese cambiado si Sascha no se quedaba con lo que puede ser el mejor partido de su estadía en París en esta temporada.
Hasta antes del comienzo de la tercera ronda, el alemán había salido victorioso sin ceder un solo set frente a nada más ni nada menos que Rafael Nadal y David Goffin. Sin embargo, todo se volvió cuesta arriba en su duelo ante el neerlandés.
El haber entrado con el pie izquierdo y unas dudas en el polvo parisino le costaron, no solo regalar el primer set, sino tener que estirar el encuentro hasta la manga definitoria. Algo que ya conlleva de por si mucho desgaste físico y mental.
A eso se le suman dos quiebres que logró con creces el neerlandés para poner el juego 1-4 a su favor, dejando contra las cuerdas a un alemán con más dudas que certezas. Sin embargo, no por nada Zverev logró todo lo que logró...
Con templanza, carácter y sin titubear, pudo sacar adelante cinco games al hilo y definir el encuentro en un super-tiebreak final. Del 1-4 al 6-6, para luego imponer el juego que tanto lo caracteriza y quedarse así con el partido por 3-6, 6-4, 6-2, 4-6 y 7-6 (3) final.
Una victoria que le dio la confianza necesaria para volver a ser el Zverev en su mejor versión y alcanzar la final, donde se verá cara a cara con Carlos Alcaraz (3º).
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