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El "hilo rojo" de Rafael Nadal con el olimpismo

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A sus 38 años, Rafael Nadal anunció su retiro del tenis (4:44)

El 22 veces campeón de torneos de Grand Slam comunicó, a través de sus redes sociales, que la Copa Davis será su último torneo. (4:44)

La relación de Rafael Nadal y los Juegos Olímpicos bien pudo terminar con un broche de Oro, valga la redundancia, en Paris 2024. Sin embargo, ya no estaba para seis partidos en una semana. Anunció el fin de su carrera profesional para despedirse en Copa Davis pero su "hilo rojo" con los JJOO estará lejos de cortarse algún día.

Quizás empezó con el pie izquierdo (o derecho para él) dicha relación. Convocado por primera vez para jugar dobles con Carlos Moyá en Atenas 2004, la pareja perdió en su primer partido ante los brasileños Andre Sá y Flavio Saretta por 7-6 (6) y 6-1. Nadal ya estaba entonces en el Top 50 mundial.

Los cuatro años siguientes fueron los del "asalto" a la cima mundial. En Beijing 2008 confirmó esa condición con una medalla de oro memorable. Venció en primera ronda a Potito Starace por 6-2, 3-6 y 6-2, en segunda ronda a Lleyton Hewitt por 6-1 y 6-2 y en tercera ronda daría cuenta del ruso Igor Andreev por 6-4 y 6-2. Ya en cuartos de final derrotaría al austriaco Jurgen Melzer por 6-0 y 6-4 para superar a Novak Djokovic en semifinales y a Fernando González en la final por 6-3, 7-6 (2) y 6-3, cuando aún se jugaba al mejor de cinco sets.

*De esta forma se convertía en el segundo jugador de la historia, tras el chileno Nicolas Massú, en poseer la medalla de oro tanto en singles como en dobles.

Al día siguiente y por primera vez en su carrera sería número uno del mundo cortando la asombrosa racha de Roger Federer con 237 semanas consecutivas al frente del ranking. En la modalidad de dobles junto a Tommy Robredo caerían en segunda ronda ante la pareja australiana de Chris Guccione y Lleyton Hewitt.

Fue elegido por el Comité Olímpico Español como su abanderado para encabezar la delegación ibérica en Londres 2012. Las federaciones nacionales votaron por unanimidad al tenista. Sin embargo, una lesión de rodilla lo obligó a renunciar a la competencia que se disputaría en el All England Club. Una decepción enorme.

La historia lo compensó en 2016 en Río, donde por fin pudo llevar la bandera española. Además, disputaría las tres modalidades: singles, dobles (formando pareja con Marc López) y dobles mixto (formando pareja con Garbiñe Muguruza, aunque acabarían retirándose). Ganó el Oro en compañía de su gran amigo (a posteriori lo acompañaría en su equipo de trabajo). Le ganaría a Federico Delbonis, a Andreas Seppi, a Gilles Simon y al tenista local Thomaz Bellucci. En semifinales del cuadro de singles se toparía con un implacable Juan Martín del Potro y también perdió el partido por el bronce frente al japonés Kei Nishikori.

Tampoco llegó a Tokio, en el 2021 pospandémico. Su cuerpo ya daba señales de estar al límite y decidió tomarse la temporada con calma y prescindir del eterno viaje a Asia.

El círculo olímpico se cerró en París. ¿Pudo ser en Madrid? Hubiese sido soñado pero, tras las fallidas candidaturas de la capital española en 2012, 2016 y 2020, confirmó la no inscripción a causa de que el movimiento olímpico ya había aportado todos los beneficios posibles sin rédito alguno.

Fue Francia y no estuvo nada mal. Al contrario, tuvo un lugar de privilegio en la fiesta inaugural. Su aparición estelar en el Trocadero para recibir de manos de Zinedine Zidane la antorcha olímpica fue tan sorprendente como emocionante por los miles de millones de telespectadores. A pocos kilómetros de Roland Garros, donde había triunfado 14 veces, la Ciudad de la Luz le rendía el mayor de los homenajes.

El sorteo del cuadro de singles no le fue favorable y cayó en segunda ronda ante un Djokovic que a la postre sería el Rey Olímpico. En dobles, su mera presencia formando pareja con Carlos Alcaraz fue una de las joyas de los Juegos. Pasaron dos rondas y perdieron en cuartos de final ante los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram.

Es hasta el día de hoy la última presencia de Nadal en un partido "por los puntos". Una despedida apropiada, aunque no la ideal, para un deportista íntegro que hizo piel y carne como pocos los principios fundamentales tal y como indica el artículo 1 de la Carta Olímpica: "El Olimpismo es una filosofía de vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y la educación, el Olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto de los derechos humanos reconocidos internacionalmente y los principios éticos fundamentales universales". Todo eso es Rafael Nadal. No quedan dudas.