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De celebraciones, "perreos" y críticas sin sentido al nuevo béisbol

Las celebraciones con todo el equipo son una práctica común en la pelota dominicana. ESPN

Las celebraciones en la pelota invernal han sido bien vistas por muchos fanáticos, pero volvieron a ser cento del debate sobre el “respeto al contrario” y si son excesivas o no

Por varias décadas, el béisbol ha sido visto como un deporte hecho para personas muy adultas. Es por ello que por años, al menos en Grandes Ligas, se le ha dado prevalencia al uniforme antes que al pelotero, se impulsa la imagen del equipo y no la personalidad del jugador.

Como consecuencia, esto ha hecho que el público más joven no vea el béisbol como una fuente de entretenimiento y prefiera disfrutar de otros deportes como el baloncesto, en especial de la NBA, en donde hay grandes estrellas que son reconocidas por una parte importante de los consumidores de menor edad.

El béisbol se había quedado estático por mucho tiempo y a raíz de esto, ha habido un esfuerzo por internacionalizarlo, por mostrar nuevas figuras y principalmente, por mostrar personalidades. Por esto, MLB empezó a realizar campañas dirigidas a mostrar a sus estrellas a un público más joven, buscando atraerlo. “We Play Loud” (“Jugamos Duro”) y “Let The Kids Play” (“Dejen a los Chicos Jugar”) son dos grandes ejemplos de este esfuerzo que buscan demostrar la personalidad del pelotero, con orgullo y emoción, es el futuro del deporte.

En medio de ese movimiento, se encuentra el pelotero latino. Conocidos por su chispa, por su energía y por su electricidad, la pelota jugada en Latinoamérica siempre es asociada con ser una de las más alegres dentro de todos los países que practican el deporte. Esto puede ser visto de manera sólida en las ligas invernales, donde el ambiente tiende a ser más relajado que en Grandes Ligas, pero la celebración y las emociones tienen el mismo nivel.

Durante la jornada del martes de la Serie Final de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM), Marcell Ozuna, pelotero de Atlanta Braves en MLB y de los Gigantes del Cibao en el circuito caribeño, disparó un bestial cuadrangular que fue seguido de una celebración que involucró a todo el equipo y el muy conocido “Selfie” (autorretrato) que el dominicano ha establecido como su marca personal.

Muchos, incluyendo personas que no son fanáticos de los equipos que juegan la final, disfrutaron bastante el gesto, mientras que otros, inmediatamente lo llamaron irrespetuoso, apuntando a que “el béisbol no necesita esas celebraciones” y que lo siguiente debía ser que a Ozuna le lanzaran un pelotazo en su próximo turno.

Aquí es donde esta crítica no hace ningún tipo de sentido. ¿Está mal que los peloteros muestren emoción y gocen sus hazañas, en especial en una serie final, pero está bien que en su próximo turno les peguen un pelotazo a más de 90 millas por hora? No aplaudir al jugador porque le importa y le emociona el juego, pero sí que se tomen represalias contra su bienestar físico, demuestra que el problema no son las celebraciones, sino que la “vieja escuela” no se acostumbra al cambio.

Esas prácticas del béisbol “vieja escuela” han ido quedando en el pasado (por suerte) y los peloteros entienden que con lo difícil que es establecerse como profesional en un deporte tan exigente, conlleva disfrutar de lo bueno y soportar lo malo, ese es el nuevo béisbol. Las grandes celebraciones en momentos importantes siempre han formado parte del béisbol dominicano y LIDOM no es la excepción. Se ha visto en el Clásico Mundial de Béisbol, se vio durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se ve todos los años en la pelota invernal. Los peloteros lo disfrutan, los fanáticos también y luego, los contrarios de estos también lo hacen y al final del día, todo queda en el terreno de juego.

Es hora de dejar las críticas sin sentido al nuevo béisbol, a los “perreos” (celebraciones, batflips, etc.) y a los peloteros que solo quieren mostrar su personalidad, de dónde vienen, lo que aprendieron. Esto no tiene que ver con el nivel de educación, como erronéamente apuntan sus críticos, sino con la condición de ser humanos, de conectarnos, de demostrar lo que sentimos.

Como dice el narrador dominicano de la cadena ESPN, Ernesto Jerez: “ningún deporte genera más emociones que el béisbol” y a eso le sumamos las palabras del también periodista de ESPN, Enrique Rojas…