Adolis García --tras cuatro ponches-- selló la victoria con grand slam en la novena entrada, y los Texas Rangers forzaron el séptimo y decisivo juego ante Houston Astros, por el boleto de la Liga Americana a la Serie Mundial
HOUSTON -- Los Texas Rangers viven un sueño del que jamás quieren despertar…
Este domingo, derrotaron en patio ajeno a los Houston Astros, que los habían dejado casi "moribundos" el viernes pasado en Arlington y que parecía los dejaba al borde de la eliminación.
Pero como ha sido su costumbre todo el año, los Rangers se levantaron de sus propias cenizas; consiguieron sus redenciones personales y al final derrotaron 9-2 a los Astros para igualar la serie y obligar a un séptimo partido para definir al campeón de la Liga Americana.
"Esa era la mentalidad que teníamos, dejar todo atrás y tratar de tener la oportunidad de jugar para ganar", dijo el relevista de los Rangers, José Leclerc. "Afortunadamente, la oportunidad llegó pronto para mí. Yo quería volver a lanzar lo más pronto posible después de lo que había sucedió allá en casa".
El viernes pasado, perdió el Juego 5, cuando Jose Altuve conectó cuadrangular con dos hombres que habían llegado a las almohadillas sobre Leclerc.
Este domingo, el manager Bruce Bochy metió a Leclerc desde el octavo episodio. En una situación mucho más comprometida y apretada que en el juego anterior, y cumplió con dificultad, pero cumplió.
Llegó con dos hombres en base, Alex Bregman y Jose Abreu, y un out. Regaló base a Kyle Tucker para que se le llenara la casa. Sacó a Mauricio Dubon con línea a la segunda base y ponchó con 10 pitcheos al bateador emergente Jon Singleton para finiquitar la entrada.
"Bochy me ha tenido confianza todo el año", dijo Leclerc. "Nunca pensé que me fuera a meter en la octava entrada. Pero yo tenía ganas de lanzar de inmediato. Tuve comando en mis pitcheos, en especial en la esquina de afuera y pude hacer el trabajo".
Sin embargo, la redención no sólo fue para Leclerc. El jardinero derecho, Adolis García, quien fue el centro de la polémica, conato de pletio en el partido anterior que costó multas y la suspensión del lanzador de Houston, Bryan Abreu, conectó cuadrangular con casa llena en el noveno episodio para sentenciar el partido con el marcador definitivo.
Antes del jonrón se había ponchado cuatro veces en medio de uno de los abucheos más grandes que se recuerden en la historia reciente del Minute Maid Park.
"Antes de que conectara su jonrón, yo le dije a Adolis que iba a hacer algo grande, que tuviera fé", comentó Leclerc. "Salió y pegó tremendo palo…"
Ya con siete carreras de ventaja, los Rangers enviaron a la última entrada al pitcher, generalmente abridor, Andrew Heaney, quien acabó con el juego de manera perfecta en cuator lanzamientos.
"Todo comenzó con el increíble trabajo que hizo Nathan (Eovaldi)", reconoció el manager de los Rangers, Bruce Bochy. "Nos dio exactamente lo que necesitábamos en un día como hoy. Strikes, innings y confianza de que podíamos tener el partido al alcance".
Eovaldi ganó su cuarto juego de la actual postemporada con seis entradas y un tercio de trabajo, en los que permitió cinco hits y las únicas dos carreras de los Astros; ponchó a cuatro y regaló dos bases.
Derrotó por segunda vez en esta serie a Houston con su abridor Framber Valdez, quien cargó con la derrota en cinco entradas de cinco imparables, incluidos cuadrangulares de Mitch Garver y Jonah Heim, y tres carreras.
Este domingo, los Rangers volverán a intentar con el veterano Max Scherzer, quien perdió el Juego 3 en la que fue su primera apertura desde que se lastimó el 12 de septiembre.
Enfrentará a Christian Javier, quien ganó aquel juego en cinco entradas y dos tercios, incluidos los primeros cuatro episodios y dos tercios sin permitir hit.
"Está en gran forma y siempre tranquilo", dijo el manager de los Astros, Dusty Baker. "Confiamos en que mañana tendrá otra apertura de playoffs que nos dará oportunidad de ganar".