José Ramírez entendió desde muy joven que triunfar en el boxeo es más fácil que en la vida. Por eso, mientras forja su camino para volver a ser monarca mundial en el deporte, dedica tiempo a mejorar las condiciones de los migrantes que trabajan en el campo del Avenal, en el Valle Central de California, la misma zona donde él, a los 14 años, entendió el valor de ganarse una moneda.
“Fue un tiempo muy especial porque me enseñó mucho de la vida y de mi gente. Me levantaba temprano, a las 5:30 de la mañana, salía hacia donde pasaba el autobús para levantar a la gente y llevarla a la pisca de chile campana”, relata en charla con ESPN, donde cuenta que a esa edad pidió a su padre ir a trabajar para comprarse su propia ropa.
José laboraba por las mañanas y entrenaba por las tardes, quería ser boxeador para salir adelante. Más de 15 años después lo ha logrado, ya fue campeón mundial y su hijo, Mateo, va a una buena escuela, habla inglés y tiene mejores condiciones para vivir.
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“Vengo de un pueblito de gente trabajadora que viene por un sueño. Vienen a Estados Unidos a luchar sin hacer dramas, no sienten lástima, trabajan, le echan ganas, eso me motiva bastante”, afirma Ramírez. “El área de Fresno es muy caliente, el calor sube a más de 100 grados (Fahrenheit); pero la gente no se da por vencida, termina el trabajo de una forma u otra. Yo miraba a señores mayores hacer el mismo trabajo. Yo estaba fuerte porque siempre he sido un deportista, pero me cansaba y miraba que ellos seguían adelante, eso me enseñó mucho respeto a esa gente, lo que hacemos los mexicanos en este país es muy grande”, presume.
En ese transcurso, Ramírez entendió el valor del esfuerzo, del sacrificio y de las prioridades en la vida. Él, ciudadano estadounidense y representante de esa bandera en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, supo desde entonces que el cansancio de ser boxeador era un esfuerzo menor. “Ahora que hago guanteo paso por un round difícil y sé que no se compara nada con lo que esa gente pasa. A nosotros nos pagan bien por hacer lo que hacemos, no hay porque estar de víctimas”, enfatiza.
El papel de José no se queda solo en haber aprendido de los campesinos, representar a Avenal (el lugar donde nació) e inspirar a su gente. Decidió actuar y en su historia está la búsqueda de apoyo a los lugareños durante la pandemia, un fondo para ayudar a hijos de migrantes que quieren ir a la Universidad y hasta una empresa junto a su padre con la que se asegura que los trabajadores de origen hispano tengan garantías sociales.
“Somos contratistas, trabajamos en la agricultura, le damos empleo a mucha gente", explica. "Los tratamos con mucho respeto porque sabemos que hay mucha gente que se aprovecha, le gusta pagarle a la gente en cash para que no tengan aseguranza, para que no tengan seguro social. A veces la gente piensa que le conviene, pero hay que enseñarles que si son indocumentados deben tener sus recibos para que demuestren que son buenas personas en Estados Unidos, que tengan su seguro. Tratamos de darles todo eso y ponerlos en buenas empresas, con rancheros que los van a tratar bien", asegura.
El próximo sábado, José Ramírez se enfrenta a Richard Commey en una pelea clave para el futuro del peso superligero. Una victoria le volvería a abrir el camino para buscar el título mundial luego de que en el otoño rechazó una pelea por el título vacante del CMB debido a su boda.
“Richard Commey es un boxeador que fue Campeón, tiene pegada, los brazos largos, pelea muy largo tira mucho. Entonces demostrarle que tengo más rapidez, potencia, más ángulos, más boxeo y ponerlo todo junto. Quiero dejar un grande: Que José Ramírez es muy potente y viene por todo”, explica.
“Tengo una mentalidad muy fuerte todavía, tengo muchas ganas, tengo 30 años y siento que estoy madurando, que está madurando el cuerpo, me siento fuerte en la pegada, con más paciencia y me he sabido cuidar en mi carrera, por eso tengo muchos años para demostrar y se que voy a llegar otra vez a ser campeón”, promete José, que peleará en el Save mart Center, a 66 millas de su natal Avenal, el lugar donde todo comenzó.