Hatton fue encontrado muerto a los 46 años en su casa de Hyde el 14 de septiembre.
Liam Gallagher, Tyson Fury y Wayne Rooney llegaron a la Catedral de Manchester este viernes para el funeral del excampeón mundial de dos categorías, Ricky Hatton.
Hatton, un personaje popular y legendario que unificó la división de peso welter ligero y también ganó un título mundial de peso welter, fue encontrado muerto a los 46 años en su casa de Hyde el 14 de septiembre.
La procesión fúnebre comenzó el viernes por la mañana en el pub Cheshire Cheese, el local de Hatton, y fue encabezada por la famosa furgoneta Reliant Robin de Only Fools and Horses. Hatton era un gran aficionado del espectáculo y en una ocasión compró uno de los vehículos de tres ruedas originales por 4.000 libras.
El cortejo fúnebre incluyó paradas en el gimnasio de boxeo de Hatton y en el AO Arena, donde disfrutó de algunos de sus mejores momentos, siendo el más destacado, sin duda, una victoria sobre el célebre Kostya Tszyu en una noche estridente hace 20 años para conseguir su primer título mundial.
Miles de dolientes se congregaron en las calles para rendir homenaje a Hatton, con un servicio conmemorativo privado en la catedral de la ciudad que comenzó al mediodía.
Entre los asistentes se encontraba el líder de Oasis, Gallagher, un viejo amigo de Hatton que lo acompañó en su ascenso al ring contra Paulie Malignaggi en 2008.
Las figuras más destacadas del boxeo británico también acudieron a la catedral, con Fury, Tony Bellew y Frank Bruno, así como el excapitán de críquet de Inglaterra, Andrew Flintoff, y la exestrella del Manchester United, Rooney.
Entre los dolientes también se encontraba el exentrenador de Hatton, Billy Graham, de quien fue prácticamente inseparable en su trayectoria desde el boxeo amateur hasta la cima del boxeo mundial.
Tras el servicio, la marcha conmemorativa se dirigió al Etihad Stadium, el estadio del querido Manchester City de Hatton. La noticia del fallecimiento de Hatton se anunció pocas horas antes del derbi de Manchester en Eastlands, con un minuto de aplausos justo antes del inicio por parte de jugadores y aficionados tanto del City como del United.
El estilo dinámico de Hatton le valió 45 victorias y tres derrotas en 48 combates, pero fue su actitud sencilla lo que le granjeó el cariño de sus compañeros profesionales y aficionados de todo el mundo.
Esto quedó patente en las decenas de miles de personas que lo siguieron a Las Vegas, donde peleó contra los dos mejores boxeadores libra por libra de su época: Floyd Mayweather y Manny Pacquiao. Se contaban historias de aficionados del Reino Unido cantando "solo hay un Ricky Hatton" y bebiendo la Ciudad del Pecado hasta dejarla seca, pasando a la historia del boxeo.
Hatton sufrió su primera derrota profesional al ser noqueado por Mayweather en 2007, mientras que un brutal nocaut en el segundo asalto a manos de Pacquiao dos años después precipitó su caída del boxeo de élite. Un fallido intento de regreso contra Vyacheslav Senchenko en 2012 marcó la primera admisión pública de que Hatton tenía dificultades para afrontar su retiro.
Fue un incansable embajador de organizaciones benéficas de salud mental, así como de Barnabus, con sede en Manchester, que apoya a personas sin hogar y vulnerables, y se dedicó a ser un exitoso entrenador en un intento por llenar ese vacío.
Tras participar en una exhibición sin puntos contra el mexicano Marco Antonio Barrera en 2022, Hatton anunció en julio que volvería al ring en un combate profesional en Dubái en diciembre.
Había reanudado sus entrenamientos y su familia afirmó que se encontraba "en un buen momento" y "emocionado por el futuro" antes de su fallecimiento, para el cual la Policía del Gran Manchester declaró que no había circunstancias sospechosas.
