Es una oportunidad gigantesca para volver a apreciar chispazos de lo que solían ser Tyson y Jones Jr
Mike Tyson y Roy Jones Jr. protagonizarán una pelea de exhibición este sábado en el Staples Center de Los Angeles, California. Las reglas están sobre la mesa, 8 rounds de 2 minutos cada uno, sin careta, guantes de 12 onzas, no se anunciará ganador al final de la contienda y en caso de corte se detendrá la pelea de manera inmediata.
Es una oportunidad gigantesca para volver a apreciar chispazos de lo que solían ser Tyson y Jones Jr. Es cierto que “Iron Man” anda en los 54 años y que no pelea hace 15; es cierto que Roy Jones se retiró hace apenas dos años, también es cierto que la combinación es sumamente atractiva; Tyson nunca dejará de ser un imán por lo que representó en el ring, era la personificación de la furia, del desastre, de la violencia total. La gente de boxeo ama los nocauts, y Tyson era un artista para ello; no hay nada más atractivo en el boxeo que el nocaut.
Lamentablemente, el padre tiempo no perdona, y estos dos fenómenos en su momento fueron arrasados de los cuadriláteros por no saber cuándo decir adiós a la actividad profesional, y lo peor del caso, es que caían ante peleadores que no hubieran podido subir al ring ni a discutir con ellos.
Tyson, ha sido uno de los mejores pesos pesados de la historia, un hombre que en su prime pudo haber vencido al que sea; está en la charla de los Dempsey, Johnson, Marciano, Ali, Foreman, Frazier; Un fenómeno de la naturaleza, un tanque de guerra que soltaba las manos con increíble velocidad y que contaba con un poder de puños devastador. Maestro de los uppers, ganchos de izquierda y cambios de ángulo.
Sin embargo, Tyson no era invencible, conforme pasaba el tiempo, iban saliendo sus defectos, sus detalles, sus miedos, sus falencias, sus crisis. Sus problemas personales y emocionales minarían poco a poco sus habilidades y alcances en el ring. Todos sabíamos que, si el rival en turno aguantaba dos o tres rounds, se elevaban sus posibilidades de victoria de forma considerable.
Tyson era un torbellino, una tormenta de golpes y agresividad; pero había que aguantar el temporal, y si se lograba, ahí comenzaba la pelea. Tyson nunca se fue, siempre ha estado ahí, y verlo ante el que sea provoca morbo, gozo, expectativa. La sola idea de ver al monstruo liberado es atrapante.
Del otro lado es también atractivo, Roy Jones Jr. fue capaz de ganar títulos mundiales en 4 divisiones diferentes, desde mediano hasta completo; un peleador hábil, veloz, con gran desplazamiento sobre el ring, con un intelecto boxístico de primera clase. Lamentablemente, Jones no supo cuándo parar y lastimó su legado por alargar la carrera de manera innecesaria.
La combinación es atractiva, dicen los organizadores que no permitirán que alguien salga lastimado. Obvio, es un gran negocio, apelar a la nostalgia del público siempre rendirá dividendos. Se reportan grandes cifras en el pago por evento a nivel USA y no se pueden dar el lujo de echar a perder una idea multimillonaria.
Es el primer paso, después, si todo sale bien y el público queda contento, vendrán más funciones por todas partes, invitarán a otros peleadores con cartel en el retiro, buscarán a los peleadores de hoy para enfrentar a los del ayer; siempre avisando que no hay riesgo, que no hay manera de ensuciar esto con las infames tarjetas de los jueces.
Nunca he estado de acuerdo en los regresos de los peleadores en retiro, es un riesgo innecesario, no me gusta la idea de ver a los héroes disminuidos y dando tristeza en el cuadrilátero. No me gusta verlos en cámara lenta sin poderse quitar golpes avisados, pero, si esto representa un ingreso económico para sobrevivir ¿quién soy yo para oponerse?
Solo pido, que no se convierta en un circo de 4 pistas y que no se exponga la salud de los peleadores; no hay que caer en la trampa, todos estamos involucrados; no podemos creer que Tyson está para pelear con el que sea de los activos por más que haya bajado 45 kilos y luzca impresionante físicamente.
El deseo de muchos es que Tyson se descontrole y noquee brutalmente a Jones Jr., para gritar que el “Iron Man” está de regreso y va por los de hoy. Mentira. Sólo recuerden que Tyson se fue del boxeo hace 15 años, porque no traía más en el tanque, porque se caía hasta de empujones.
El paso del tiempo no perdona, solo observen las piernas de ambos el sábado, un golpe fallado y se desequilibrará por completo el cuerpo y la posición del peleador queda expuesta. Nos queda, admirar los chispazos, la velocidad de Jones, la explosión de Tyson.
Que sea un buen espectáculo. Que sea seguro. A disfrutar, pero a entender que es ahí, solo ahí y nada más.