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Fórmula 1: Red Bull aplastó en Arabia Saudita con el 1-2 de Checo Pérez y Max Verstappen

Red Bull está en otra galaxia. ¿Quedaban dudas después del Mundial 2021, que coronó a Max Verstappen cuando aún quedaban cinco fechas por disputarse? ¿Quedaban dudas después de la pretemporada del ejercicio 2023 que los mostró casi imbatibles? ¿Quedaban dudas después del aplastante 1-2 el GP de Bahrein, encabezado por el campeón del mundo, seguido por su compañero Checo Pérez? Pues bien, si alguna incertidumbre cabía, tal vez más por las ganas de algunos de que la Fórmula 1 no vuelva a sufrir del dominio abrumador de un equipo como en épocas no tan lejanas, todo eso quedó sepultado en el arrollador doblete del GP de Arabia Saudita, aunque en orden inverso al de Sakhir: Pérez ocupó el primer escalón y el bicampeón, el segundo.

“Red Bull está fuera de alcance”, se sinceró Fernando Alonso, mientras disfrutaba las mieles de su 100º podio en la categoría, aunque un rato después de la celebración se enteró que su posición final era cuarto, por no haber cumplido como correspondía la sanción de cinco segundos que sufrió por ubicarse mal en su cajón de partida (le aplicaron otros diez y perdió el tercer puesto con George Russell). El español, con su Aston Martin, es el único que logró seguir, desde muy lejos, a los poderosos autos austriacos. Para el equipo inglés, ser el mejor de los terrenales es un éxito, teniendo en cuenta el lugar desde el que emergió tras el negro 2022. Pero para pelear con Red Bull… imposible. Mercedes-Benz fue el tercer equipo en Jeddah, a un mundo, y Ferrari… La Rossa sumó otra decepción, con Carlos Sainz sexto y Charles Leclerc, séptimo.

¿Quedaban dudas del estratosférico nivel de los de Milton Keynes? Al 1-2 de Arabia Saudita (el 24º en el historial) hay que desmenuzarlo para darle mayor peso al dominio. ¡Verstappen largó 15º! Un problema de transmisión complicó al campeón en la clasificación y fue el peor de Q2. En carrera, su andar fue brutal. En la novena vuelta ya estaba en la zona de puntos (décimo). En la 12ª pasó por arriba a Lewis Hamilton para ser octavo. En la 23ª esquivó a Russell para llegar al podio. Y en la 25ª, justo mitad de carrera, llegó al segundo lugar tras superar a Alonso. Hasta ahí llegaron las ínfulas del neerlandés, quien no pudo alcanzar a su compañero y hasta hubo alguna directiva por la radio como para evitar una confrontación directa.

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“No fue fácil ir ganando posiciones. Sobre el final tenía el segundo lugar y una buena ventaja con Alonso así que dijimos de dejarlo así”, dijo el bicampeón. Y agregó: “Maximizamos el resultado y como equipo tenemos que trabajar para que estas cosas no vuelvan a ocurrir”, marcando su descontento por la falla que lo dejó a un costado durante la clasificación. Más allá de las quejas que esgrimió por radio sobre algunas vibraciones que sentía en la segunda mitad de la carrera, el neerlandés aceleró en el último giro y logró la pole position, punto que le quitó a Checo y que le permitió dejar Jeddah como líder del Mundial por una unidad.

Claramente, el más feliz de Arabia Saudita fue el mexicano, quien consiguió su quinto triunfo en F1 (el cuarto con Red Bull y con la particularidad que todos fueron en trazados callejeros). “El equipo ha hecho un trabajo fantástico durante todo el fin de semana; y estoy muy contento por ellos. Es un gran comienzo de temporada; y seguiremos empujando. Pero lo más importante es que tenemos el coche más rápido". El pronóstico anuncia una pelea entre los corredores de Red Bull por el 1 de 2023. ¿Qué órdenes saldrán desde las entrañas del equipo cuando el Mundial avance? Por ahora parece algo lejano, pero teniendo en cuenta que Red Bull ganó 30 de las últimas 46 carreras (con una seguidilla de 12 en 13) es un futuro que se aproxima, tal vez, a pasos agigantados. Porque Red Bull está en otra galaxia y el resto los mira desde muy lejos. La próxima fecha: el GP de Australia, del 31 de marzo al 2 de abril y se verá por Star+.