La clasificación del Gran Premio de Miami, quinta fecha de Fórmula 1 que se vive por Star+, se puede dividir en dos frentes muy bien marcados. De un lado está Checo Pérez. Nada ni nadie podrá quitarle ni un resquicio de mérito al su sensacional trabajo para quedar con la pole position (su tercera en el historial). Del otro, los errores de Max Verstappen (aceptable yerro) y Charles Leclerc (ya una costumbre sus equivocaciones) que beneficiaron al mexicano. Ahora sí, a desarrollar cada cuestión.
Pérez, quien en el urbano miamense podría quedar como líder del Mundial por primera vez en su carrera, hizo todo bien. Y le costó llegar a ese punto. Porque sufrió con el balance de su Red Bull en el primer día de actividad y mucho debió hablar y trabajar con los ingenieros del equipo austríaco para logara sentirse cómodo con su RB19. “Había sido un fin de semana terrible hasta la Q1. Recién ahí fui competitivo. Y en la Q2 ya tenía la confianza. Para la Q3 sabía que debía lograr mi vuelta cuando se pudiera, porque en este tipo de circuitos es muy fácil cometer errores. Así que estoy muy contento de haber podido salir del bache en el que estaba”, analizó Checo después de la clasificación.
“Me fui ancho y se fue de trompa en el primer intento. El ritmo del auto era bueno y obviamente esperaba que nadie causara una bandera roja. Pero pasó”, dijo el bicampeón neerlandés. “Obviamente el auto es muy rápido y veremos qué se puede hacer en carrera”, cerró.
El tapatío logró cerrar su primer, y, en definitiva, único intento en el tercer segmento de clasificación y se puso bien arriba, mientras que sus rivales más empinados anduvieron a los tumbos. Porque Verstappen, quien se había mostrado como el piloto a vencer desde el viernes, falló en esa primera vuelta lanzada de Q3. Su Red Bull hizo un raro movimiento, el bicampeón abortó la salida y se fue directo a boxes para jugarse la última carta en el cierre. Pero… Apareció don Leclerc. ¿Y qué hizo el bueno de Charles? Se equivocó. Sí, otra vez.
Lo del monegasco ya tiene preocupados, y mucho, a los popes de Ferrari. Con 106 Grandes Premios disputados y en su quinta temporada en la Rossa, ya no puede achacarse sus fallas de novato. Se puede poner un paño de bondad al apuntar que el SF-23 no está a la altura de pelear con los Red Bull y eso lo lleva a ir más allá del límite. Pues bien, ir más allá del límite ya es un error en sí mismo. Y si en algún momento del fin de semana la Ferrari puede presentarles cara a los autos austríacos es justamente en la clasificación. La Scuderia ya mostró este año que es competitivo a un giro y que su Talón de Aquiles es la carrera. El combo no hace más que mostrar que lo de Leclerc es un fallo grosero.
Los errores del ex Alfa Romeo se acumulan y no cesan. Clasificación de Mónaco 2021, GP de Emilia Romagna 2022, GP de Francia 2022, GP de Japón 2022… Se suman y, también es cierto, que Ferrari falló tanto en el último tiempo (desde el diseño de los autos, pasando por la estrategia y llegando al trabajo fino de los mecánicos en las paradas en boxes) que tampoco pueden alzar tanto la voz, al menos en público. Pero Leclerc viene de pegarse contra un muro en la Q3 del sprint shootout de Azerbaiyán. Y seis días después terminó contra la pared en la segunda práctica de Miami. Y en la clasificación llegó el colmo: se pasó en el primer intento de Q3 (bloqueó y perdió la vuelta) y terminó en trompo y choque su segunda búsqueda de tiempo. La roja se mostró en todo el urbano miamense, la tanda no se reanudó y eso favoreció a Checo, porque el de Ferrari era el primero que abría giro. De ahí para atrás, nadie pudo girar (incluido Verstappen, quien pagó así su error) y todo se redujo a aquel momento en el que el mexicano no erró.
En el medio de todo el berenjenal, apareció Fernando Alonso para poner a su Aston Martin en primera fila y alimentar su sueño de llegar a su 33ª victoria en Fórmula 1 (no triunfa desde el GP de España de 2013). El ritmo de su auto no parece ser una amenaza real para Red Bull, aunque, como decía Juan Manuel Fangio: “Las carreras hay que correrlas”. Tras asegurarse el segundo puesto, el español apuntó: “La verdad es que ha sido una buena clasificación, hemos estado con altibajos desde Bakú, pero tras experimentar con el coche aquí en la tercera sesión de ensayos, intentamos demasiadas configuraciones nuevas que no funcionaron y volvimos hacia atrás, al lugar de las tres o cuatro primeras carreras y el coche volvió a la vida. En cuanto a la carrera, Ferrari es fuerte y Max llegará adelante, así que hay que ser cauto. Aplaudiríamos un quinto lugar”.
En el medio de todo eso, hay un dato que tiene en vilo a los equipos: se anuncia lluvia para la carrera. Si el pronóstico se cumple, será un barajar y dar de nuevo. Situación en la que basó Lewis Hamilton su esperanza, después de no pasar de Q2.