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Fórmula 1: Max Verstappen ganó en Canadá e igualó a Ayrton Senna

El 7 de noviembre de 1993 la Fórmula 1 cerró su 44ª temporada en el callejero de Adelaida, donde se disputaba el GP de Australia. Ayrton Senna largaba desde la pole position y sellaba un triunfo majestuoso con su McLaren MP4/8 impulsado por un motor Ford Cosworth, seguido por Alain Prost, ya consagrado campeón con Williams, y Damon Hill. Ese día, el paulista celebró su triunfo 41 en el Mundial y se ponía a diez del francés, quien encabezaba el ranking de victorias y ya había anunciado su retiro definitivo. El paulista se relamía pensando en su mudanza a la escuadra de Grove en 1994 para cosechar más títulos y, claro, éxitos. Nadie imaginó que el festejo australiano sería el último del paulista y, mucho menos, que seis meses después moriría en el GP de San Marino. La leyenda de Ayrton convirtió ese número 41 en una vara que solo los elegidos pudieron alcanzar y superar: Lewis Hamilton (103), Michael Schumacher (91) y Sebastian Vettel (53). Desde ahora hay que agregar a otro llamado a quedar en los libros de la historia grande de la categoría: Max Verstappen, quien venció en el GP de Canadá, novena fecha de la temporada que se vive por Star+.

Un detalle no menor: Verstappen tiene apenas 25 años, los mismos que tenía Senna cuando logró su primer triunfo, en el GP de Portugal de 1985, con el Lotus negro con motor Renault. Al neerlandés le queda un mundo por delante para seguir sumando éxitos y títulos. De hecho, el tercero, con el que igualaría la línea de Ayrton (entre otros) es cuestión de tiempo, pero será en esta temporada, en la que no tiene rivales.

El bicampeón fue aplastante en Canadá, una vez más. Desde que se apagó el semáforo que habilitó la largada, jamás estuvo en duda que Max vencería. Si hasta se dio el gusto de hacer un chiste por la radio cuando casi pierde su RB19 en un piano: “Casi me voy afuera solo, jaja”, dijo Max. Solo una falla en su intachable Red Bull lo podía parar, porque contrincantes no existen. “Ojalá que por lo menos no me saque 20 segundos como en las últimas carreras”, fue casi el ruego de Fernando Alonso después de la clasificación. Y se le cumplió al asturiano, quien volvió a subir al podio este año en Montreal al ser segundo a 9s570. Es cierto, la brecha no fue tan grande, pero nunca jamás estuvo en pelea. Es más, el español de Aston Martin debía estar más atento a lo que pasara con Lewis Hamilton, quien con el renovado Mercedes llegó tercero (tercer podio de la temporada y segundo en fila). Párrafo aparte, con Verstappen en otro planeta, el duelo de Nano y Lewis, que se definió, DRS mediante, en favor del asturiano.

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“Estoy muy feliz, no fue una carrera tan fácil. El auto no entraba en su mejor ventaja, patiné bastante, pero lo hicimos funcionar”, analizó Verstappen sobre la carrera que significó el 100º triunfo de Red Bull en Fórmula 1, desde aquella que lograra Sebastian Vettel en el GP de China de 2009. “Es increíble llegar a la victoria 100 para el equipo. Nunca esperé estar yo con estos números, 41 victorias, es un gran número”, dijo Max.

El podio fue el cierre de lujo de una carrera que tuvo poca emoción y que reconfirmó el apabullante dominio de Verstappen. Pero ver a los únicos tres campeones que tiene la categoría compartiendo la entrega de premios le dio un brillo notable: 11 títulos, 176 triunfos, 383 podios y 9433 vueltas en cabeza, todo resumido en tres enormes pilotos de la Fórmula 1. El neerlandés sumó algo más: llegó a la línea del inolvidable Ayrton.