El inglés de Haas perdió el control en la 11ª curva del trazado de Melbourne y terminó clavado en la leca. El viernes ya se había accidentado en la primera tanda.
No quedan dudas: Oliver Bearman no se olvidará jamás de su debut como piloto titular en Haas. Es difícil imaginar un comienzo más complicado que el que vivió el inglés en el GP de Australia que levantó el telón de la temporada 2025 de Fórmula 1. El viernes, muy temprano en el fin de semana, destruyó su VF-25 al perder el control y estrellarlo contra el muro cuando se habían consumido 38 de los 60 minutos de la sesión. Los daños fueron importantes, tanto que el piloto que pertenece a Ferrari no pudo girar en el segundo entrenamiento, entregando un tiempo precioso para poner el auto en la puesta a punto ideal. Pero las malas no se terminaron ahí, continuaron en el segundo día de actividad.
Si algo necesitaba Ollie el sábado era girar mucho en la tercera sesión de entrenamientos y quedó demostrado porque no bien se puso el semáforo en verde, salió con su Haas. Pero… A tres minutos de iniciada la tanda, ¡afuera de nuevo! Perdió el control en la curva 11 al pisar el pasto, entró en trompo y, si bien no le pegó a nada, provocó la bandera roja.
Las caritas en el box de Haas era una señal clara de lo que se vivió con el nuevo despiste, que se trató de un claro error de cálculo del piloto. Y otra tanda perdida para el inglés, quien llegará muy crudo a la clasificación, con apenas un puñado de vueltas que pudo dar en esos 38 minutos del viernes.
Oscar Piastri fue el más veloz del entrenamiento con su McLaren, con 39 milésimas de ventaja sobre George Russell (Mercedes). Max Verstappen se mostró mejor que el viernes con su Red Bull y fue tercero.