El italiano fue tercero en Montreal, su mejor resultado en el Mundial. Tres días después de llevarse su primer trofeo, tuvo que rendir italiano del quinto año del bachillerato.
Kimi Antonelli tiene apenas 18 años y, más allá de llevar una vida completamente diferente a las de los chicos de su edad, no deja de tener las mismas obligaciones de un adolescente. Entre ellas, ir al colegio, claro. Pero para el italiano, el transcurrir de sus últimos tiempos por la escuela son difíciles porque su tarea principal es ser tan solo un ¡piloto de Fórmula 1!
Antonelli consiguió su primer podio en el Mundial en el GP de Canadá en el que finalizó tercero, tras una gran actuación que construyó con una maniobra de superación brillante a Oscar Piastri en la partida. El boloñés cortó con una sequía de 16 años sin un italiano en la ceremonia de premios de F1, desde que Jarno Trulli finalizara segundo en el GP de Japón de 2009. Terminado el festejo, Kimi se subió al avión con su papá, volvió a Italia, con escala en Múnich, y se puso en su papel de alumno: está en plenos exámenes finales. Aprovechó las horas de vuelo para estudiar. Mientras tanto, la mayoría de sus colegas (salvo Max Verstappen) chichoneaban en la alfombrar roja de Times Square de Nueva York para el estreno de la película de F1 que tiene a Brad Pitt como protagonista.
Antonelli podía haber dejado el colegio, debido a su tarea como corredor de autos. Pero le prometió a su mamá que finalizaría la escuela, porque ella se lo pidió. Y en eso está. El martes por la noche, dos días después de descorchar champán en Montreal, se reunió en su casa con sus compañeros de colegio para estudiar. Juntos aprovecharon para ver la final de la Serie A de básquet y disfrutar el triunfo y título de Virtus Bologna (venció a Brescia en la final). ¡Qué año para Bologna! En pleno GP de Emilia-Romagna, el equipo de fútbol ganó la Coppa Italia.
Después de la celebración en el básquet, llegó el momento de estudiar. Y este miércoles, cerca de las 8 de la mañana, vestido con una remera negra y con su mochila, Antonelli llegó al Instituto Técnico Salvemini di Casalecchio di Reno. Tenía que rendir italiano. Fueron cuatro horas y media las que se tomó para escribir su ensayo. Eligió la bolilla B2: Respeto, definida como palabra del año por Treccani.
Al salir del colegio se encontró con la prensa que lo aguardaba y fanáticos que querían su firma o una foto. “¿Estuviste toda la mañana acá?”, le preguntó a una chica. Y le firmó la gorra y se secó la foto. La imagen se repitió con todos los que allí lo aguardaban. “Estoy más nervioso por los exámenes finales que por las carreras. Mañana es el examen de inglés. Fue más difícil hacer el ensayo que aguantar el ritmo de Piastri y Norris en las últimas vueltas de la carrera", dijo Antonelli entre risas. “¿Si es mejor sacar un 10 en el examen final o un podio en Austria? Ambos. Lo hice lo mejor que pude, ahora a esperar los resultados, no tuve mucho tiempo para prepararme", agregó.
Kimi cursó mucho a distancia, apoyado por sus compañeros y profesores, a quienes invitó en el grupo a la carrera de Imola de este año. Cada vez que pudo viajar a su casa de Bologna, rápidamente se sumó a las clases.
La próxima semana, antes de viajar a Austria para la fecha 11 de F1, Kimi tendrá un examen oral. Todo para terminar su bachiller en el que se graduará en Relaciones Internacionales y Marketing.