Checo Pérez está de regreso en la Fórmula 1. ¿Cuáles son las expectativas realistas para el piloto mexicano con Cadillac?
Quien piense que Sergio ‘Checo’ Pérez ganará carreras Cadillac en 2026 en su regreso a la Fórmula 1 o peca de iluso, optimista, cree en los milagros o todo lo anterior al mismo tiempo.
La realidad cruda y sólida la conoce Checo Pérez y él mismo la ha expresado desde que fue presentado como piloto para el debut de la fábrica de General Motors.
Pérez comentó en una entrevista para Fox que antes de firmar con Cadillac habló con su hijo mayor y que le aclaró que, de entrada, no tenía oportunidad de pelear por ganar carreras, a lo que el pequeño Chequito respondió "lo importante es que des lo mejor de ti en cada carrera”.
La realidad no es buena ni mala, es lo que es, por definición, pero dentro de esa expectativa aterrizada y sin falsas promesas, hay un espectro dentro del cual tanto el piloto mexicano, como su nueva escudería pueden transitar, sobre todo, en su primer año.
¿Qué sería el equivalente a un triunfo para Checo Pérez en 2026?
No tener chance de obtener victorias sólo es la parte más fácil de una predicción sobre lo que se puede esperar de Cadillac y Checo Pérez en 2025, lo único asegurado como equipo 100% nuevo es estar en la cola de la parrilla.
Cualquier cosa diferente a estar en las últimas dos filas de una largada será un logro importante para Sergio Pérez y Valtteri Bottas.
A pesar de la habilidad que puedan tener para extraer tiempos a una vuelta, la lógica es que tanto el mexicano como el finlandés partan en desventaja.
Falta, por supuesto, ver el potencial que el auto pueda tener de inicio, una vez que baje del tráiler y ruede en la postemporada o, incluso, se deberá esperar hasta la primera práctica del primer Gran Premio del Año en Melbourne para ver de qué está hecho.
En este momento, Cadillac ni siquiera ha encendido un prototipo del auto que tendrá en 2026, por lo tanto es imposible saber cuál será su grado de competitividad. Sugerir un potencial estimado sería como pronosticar qué estudiará y qué sueldo ganará un bebé que se encuentra dentro del vientre de su madre en el quinto mes de embarazo.
Así que, domingo a domingo, el primer objetivo de Pérez y Cadillac será terminar las carreras. Luego, acabarlas en mejor posición que en la que largaron. ¿Puntos? Ganar un punto equivaldría a subir a lo más alto del podio.
El nuevo reglamento no es borrón y cuenta nueva
Cadillac es un equipo en formación que tiene que trabajar en la formación, al mismo tiempo, todos los aspectos técnicos, administrativos, de recursos humanos, mientras que debe poner los neumáticos en la pista el mismo día que los equipos que lo han hecho durante 75, 50, 30 o 10 años.
Se podría pensar que, el hecho de que los 11 equipos deban construir monoplazas nuevos, basados en el nuevo reglamento le da cierta oportunidad a los nuevos, en este caso Cadillac y Audi.
Cadillac empieza de cero en todo, pero en su plan trata de asimilar la mayor experiencia posible a la mano para no estar en una desventaja mayor.
Por eso, Cadillac contrató a Checo Pérez y Valtteri Bottas, quienes en conjunto tienen 26 temporadas en la F1 y, no menos importante, contrató el servicio de unidades de potencia de Ferrari por tres años, con lo cual se compra tiempo para desarrollar su propio motor y no llega con el hándicap de montar un auto, cuyo 100% de elementos nunca ha competido en la Fórmula 1.
Audi, que es la continuación de Sauber y que cuenta con una estructura sólida y reforzada con la llegada de Jonathan Wheatley, tomará el riesgo de montar su propio motor, totalmente de estreno y eso, por donde se vea es un albur.
Los otros nueve equipos parten en condiciones similares, en situaciones particulares ligadas al talento que tienen en nómina, pero deberían ser, de entrada más fuertes que Cadillac y Audi.
¿Puede Cadillac emular lo hecho por Brawn o Wolf?
En la historia de la F1, han existido casos de equipos que han podido ganar Grandes Premios y hasta un título mundial en su año de debut, pero en la era actual de la categoría es una utopía total.
Recordemos en 1977 al equipo Wolf, propiedad del petrolero canadiense Walter Wolf, quien en 1976 compró 60% del proyecto de Frank Williams y restos del equipo Hesketh para hacer su escudería.
Wolf-Williams no funcionó y Frank se fue con Patrick Head para continuar la construcción de su, a la postre, exitosísimo equipo, pero Walter Wolf contrató a Henry Postlewaite, un diseñador que dio en el clavo con el WR1, al grado que el piloto Jody Scheckter ganó el primer GP de la temporada y otros dos más y quedó segundo en el campeonato, sólo detrás de Niki Lauda y Ferrari.
Fue, justo un año antes de la revolución de Lotus y el efecto suelo, cuando la aerodinámica de los autos no era tan importante como el motor Ford Cosworth. Eran otros tiempos, otra F1, de hecho en 1978 Wolf ya no fue tan competitivo y un año después desapareció.
Luego, lo que siempre se dice ahora, ¿Y si Cadillac es otro Brawn?... Lo dudo mucho.
Para que el equipo sin patrocinios nombrado por Ross Brawn tuvieron que concatenarse tantos factores que lo hacen un bicho raro de la F1.
Honda tenía un proyecto de F1 con BAR, pero la crisis económica de 2008 hizo que el gigante japonés decidiera salir del automovilismo, al menos de la Máxima Categoría. Ross Brawn pagó, simbólicamente, una libra por la compra del equipo, cuando Honda decidió no vendérselo a Virgin.
En realidad, Brawn GP no era un equipo nuevo, era un proyecto muy ambicioso que Honda tuvo que abandonar ya desarrollado, en la manos de Brawn, quien conocía bien las nuevas regulaciones y tomó una ventaja técnica con un novedoso doble difusor que lo hizo ganar el título de la mano de Jenson Button.
¿Lo que pasó con Wolf y Brawn no va a volver a pasar? ¿Puede volver a caer un meteorito y acabar con el 95% de la vida en la Tierra? Sí, pero no pasa todos los días, ni todos lo siglos, ni todos los milenios.
Tal vez se den las circunstancias en algún momento, pero Cadillac no tiene, que se sepa, ninguna de las ventajas que tuvieron estos milagrosos equipos.
Es decir, las expectativas reales de Checo Pérez son ayudar a construir desde cero un equipo que aspire, primero a tener un auto confiable, luego uno que peleé por salir de la parte baja de la tabla, más tarde uno que se meta a la media tabla y peleé por estar en los puntos, pero pasarán años para que aspire a ganar carreras. ¿Cuántos? No lo sabemos, pero Checo tiene un contrato de dos años, con opción a más y como el dijo “este es el último stint”. ¿Cuánto durará? Eso depende de la progresión, evolución del equipo y el gozo y la felicidad que este proceso le proporcionen al tapatío.
