El neerlandés protagonizó una gran remontada después de que el equipo Red Bull cambiara totalmente su RB21. De todas maneras, sus chances de ganar la quinta corona están atadas a un milagro.
En 2024, Max Verstappen saltó desde el 17º lugar de partida hasta la victoria en una carrera memorable bajo un diluvio. Un año después, el neerlandés protagonizó la peor clasificación de su carrera al no pasar Q1 sin haber sufrido penalizaciones ni accidentes. Red Bull apostó por cambios en el auto para el momento de la qualy y fueron por el camino totalmente opuesto al necesario. Por eso, los popes del equipo de las bebidas energizantes apostaron por romper el parque cerrado y cambiar todo el RB21: nueva unidad de potencia, nueva puesta a punto, cambio del piso… Y a largar desde boxes.
La lluvia que podría haberle dado un plus nunca llegó. Amenazó todo el tiempo, de hecho, una llovizna ligera cayó de manera intermitente durante toda la mañana paulista. Pero en carrara, todo seco. Verstappen protagonizó una remontada espectacular y hasta sufrió un pinchazo en los primeros compases que lo hicieron parar antes de lo pensado para sacar los neumáticos duros para pasar a medios y cayó otra vez al fondo de la tabla. Desde ahí llegó a liderar durante un puñado de vueltas hasta que debió realizar su segunda parada y poner blandos, con los que pudo escalar hasta el tercer lugar. Y no fue más porque se encontró con una magistral defensa de Kimi Antonelli, finalmente segundo con su Mercedes.
Sentado en la sala de conferencias, Max fue consultado sobre si el cambio de motor fue la clave para llegar al podio: “Creo que fue todo junto, la puesta a punto también. Me sentía más cómodo. Y creo que las temperaturas de hoy, un poco más frescas, también contribuyeron a que todo funcionara mejor. Fue una carrera muy sólida. Tuvimos mucho mejor ritmo que en la clasificación. El coche se sentía un poco más reactivo. Incluso con el pinchazo que tuve con el duro, para luego caer al último lugar y remontar de nuevo con los medios, creo que hicimos la estrategia correcta al final. Incluso con los blandos, parecía que iban bien. Después de adelantar a George Russell los neumáticos se desgastaron un poco y al acercarme a Kimi se sobrecalentaron y perdí mucho agarre”, dijo el campeón.
Sus opciones de enhebrar el quinto título en fila parecen haber quedado definitivamente sepultados en Brasil. Se fue a 49 puntos de Lando Norris, con 83 en juego. El sábado, después de la qualy, ya había avisado que la lucha por el título estaba terminada. En conferencia tras el tercer lugar de San Pablo confirmó y argumentó su teoría: “No perdimos el campeonato aquí. Perdimos el campeonato desde la primera carrera hasta Zandvoort. Tuvimos muchos fines de semana en los que simplemente no fuimos lo suficientemente rápidos. Y claro, entonces se crea una gran brecha. Luego tuvimos buenos momentos en los que recuperamos algunos puntos, pero no los suficientes. Así es la temporada”.