MIAMI -- La ecuación de los Miami Dolphins de cara a su visita a los Buffalo Bills, ya de por sí era complicada.
Ahora con la confirmación de la ausencia del mariscal Tua Tagovailoa, quién aún está en el protocolo de conmoción cerebral, pensar en un triunfo a domicilio se vuelve altamente improbable.
Es la primera aparición en playoffs para Miami desde el 2016, cuando curiosamente el mariscal reserva Matt Moore tuvo que ser el titular en lugar del entonces lesionado Ryan Tannehill; fueron vapuleados por los Pittsburgh Steelers.
Los Dolphins están pasando por una mezcla de sensaciones. Por un lado, sienten alegría por haber regresado a playoffs. Y por otro lado, decepción porque una vez más no tendrán a su jugador más importante.
Mientras el novato y tercer mariscal de los Dolphins, Skylar Thompson, se prepara para ser titular en Buffalo, Miami parece tener una sola vía al triunfo.
Deben establecer el ataque terrestre desde temprano, dado que Buffalo ha sido vulnerable por esa vía esta temporada.
En su última visita a Buffalo, los Dolphins perdieron 32-29, pero fueron muy físicos y muy eficaces por tierra. El problema es que ahora Raheem Mostert tiene una fractura en su pulgar, y el tackle ofensivo Terron Armstead tampoco jugaría debido a múltiples lesiones.
A la vez, la defensiva debe dominar, cosa que no ha hecho durante todo el año, y es específicamente vulnerable en la secundaria donde no tiene a tres de sus titulares ideales: Byron Jones, Brandon Jones y Nik Needham.
Cuando enfrente de ellos está Josh Allen y un inspirado equipo de Buffalo, es legítimo decir que la ecuación de los Dolphins está más cuesta arriba que nunca.
Entiendo que esto es deporte, y no es una ecuación lineal. Cualquier cosa puede suceder, pero a priori los Dolphins están en una situación complicada.
Y no solo de cara al duelo de Ronda de Comodín de este domingo ante Buffalo, sino también de cara al futuro.
Específicamente cuando de Tua Tagovailoa se trata.
El mariscal titular de los Dolphins ha dado un salto de calidad importante este año, y terminó primero en la NFL en índice de pasador. Su importancia ha sido ratificada si tenemos en cuenta que Miami apenas pudo ganar un partido sin él; el último vencieron a los New York Jets 11-6 en un partido en el cual a los Dolphins les costó mover el ovoide.
Siempre primero está la salud de Tua Tagovailoa, y serán el mariscal y su familia los que tomen la decisión acerca de su futuro.
Tristemente no será ni la primera ni la última vez que un jugador sufra múltiples conmociones en una temporada; Tee Higgins de los Cincinnati Bengals y Kenny Pickett de los Steelers son dos que vivieron lo mismo este año.
Nadie va a juzgar a Tagovailoa si decide no jugar más, y nadie va a juzgar a Tua si decide seguir jugando, pues se entiende que está a muy poco de ganar un dinero que podría asegurar el futuro de múltiples generaciones.
Es su decisión.
Al finalizar la temporada, Tagovailoa es elegible para una extensión de contrato. La pregunta es si los Dolphins se la van a dar o no.
Tagovailoa siempre ha tenido cuestionamientos acerca de su durabilidad, pero no es que sea propenso a conmociones como se está intentando instalar.
De hecho, antes de esta temporada, Tagovailoa nunca había sufrido una conmoción cerebral, aunque sí tenía problemas en sus tobillos y en su cadera.
Por ejemplo, su compañero Jaelan Phillips sí tiene un historial de conmociones, y debió dejar de jugar cuando estaba en UCLA. Y después de tomarse un tiempo fuera del fútbol americano, retomó su carrera en la Universidad de Miami.
Es una pena lo que le ha sucedido a Tua, y es injusto que se quiera instalar que es propenso a recibir conmociones cerebrales porque eso lo van a usar en su contra en una eventual negociación.
Como dijo Bill Parcells, la disponibilidad es la habilidad más importante, y no culpo a los Dolphins por pensar en otras opciones, dado que Tagovailoa se ha perdido juegos por lesión en sus tres temporadas en la liga.
Siendo justos, más del 50 por ciento de los equipos en la NFL utilizaron a sus mariscales reservas en algún punto de la temporada, pero hay una diferencia entre una lesión y una tendencia.
Miami tiene hasta mayo para declinar la opción de quinto año de Tagovailoa, y será interesante ver qué deciden los Dolphins.
Por ahora hay rumores de todo tipo, desde Lamar Jackson a Tom Brady como potenciales sucesores.
Pero lo primero será la decisión de Tagovailoa.
Y si yo fuese los Dolphins le ofrecería una extensión de contrato con cláusulas.
Mientras tanto Miami se prepara para los Bills, y seguramente le soltarán un poco la rienda a Skylar Thompson, quien querrá demostrar que puede ser una póliza de seguros a futuro.
Porque los Dolphins parecen estar complicados este domingo, pero la temporada baja puede ser aún más difícil todavía.
Por ahora, reina la incertidumbre.