Comienza una nueva era para los Cleveland Browns y, a diferencia de los pasados intentos de reconstrucción, el cambio esperado no está ligado únicamente a un cambio en la gerencia, un cambio de entrenador o una selección alta de draft, para fortuna del equipo. Ahora se trata de una combinación de varios factores, lo que invita a pensar que la organización ha comprendido finalmente que no se puede depender únicamente de una figura en papel de salvador para el club.
La franquicia ha ganado solamente un partido en las últimas dos temporadas, y luego de anotarse la segunda temporada regular de 0-16 en la historia de la liga en el 2017, literalmente no queda otro camino más que hacia arriba para los Browns.
A continuación, presentamos las cinco interrogantes que enfrenta Cleveland en la campaña que está por comenzar:
¿Cuánto tiempo tardará en jugar Baker Mayfield?
Si todo sale bien, un par de años. Por primera vez en mucho tiempo, la posición de quarterback no es la debilidad evidente en la plantilla de Cleveland. Los Browns asumieron un riesgo calculado el día del draft, cuando eligieron al talentoso pero polémico Mayfield como el primer recluta global, por encima de prospectos que algunos consideraron con mayor potencial. La adquisición vía canje de Tyrod Taylor, procedente de los Buffalo Bills, les permitió darse ese lujo.
Mayfield era el pasador más preciso disponible en el draft, y aunque no posee la potencia en el brazo de un Josh Allen o la movilidad de un Lamar Jackson, reúne suficientes cualidades --incluyendo liderazgo-- para pensar que escribirá una historia diferente a la de los pasados reclutas de Cleveland en la posición. Afortunadamente para Mayfield, podrá aprender de Taylor, un profesional en toda la extensión de la palabra. Taylor es un quarterback de Pro Bowl que ha sabido explotar sus fortalezas y esconder sus debilidades sobre el campo de juego, sobre todo cuidando el ovoide y tomando la opción corta cuando no hay nada más. Sin ser espectacular, Taylor terminó el año pasado con un mayor porcentaje de pases completos que Jared Goff, Russell Wilson y Carson Wentz, entre otros.
A diferencia de otros años, los Browns no están apostando ahora a un veterano en el declive de su carrera, o un novato que no está listo para el escenario grande, o una combinación de ambos. Han apostado a un pasador veterano que probablemente no fue valorado adecuadamente en su equipo previo y a un novato con gran talento, pero con mucho por aprender para el largo plazo. No hay prisa en Cleveland por alinear a Mayfield, y solamente una lesión de Taylor podría acelerar ese proceso, si es que los Browns se mantienen apegados al plan.
¿Quién será el líder corredor en Cleveland?
Como en la posición de quarterback, el backfield de Cleveland está en mucho mejor estado este año que en temporadas recientes. Cleveland firmó al veterano Carlos Hyde por tres años y 15.25 millones de dólares, una ganga cuando se compara con lo que los San Francisco 49ers --el ex equipo de Hyde-- entregó a Jerick McKinnon. Después, el equipo reclutó en la segunda ronda a Nick Chubb, de Georgia, un corredor que algunos colocaban en la primera vuelta del draft.
Hyde viene de dos temporadas donde rebasó las 900 yardas terrestres y 200 acarreos en cada una, así que conoce a la perfección el rol de corredor primario. Además, sus números del 2017 superan lo que logró Isaiah Crowell, quien desempeñó ese papel el año pasado antes de emigrar a los New York Jets.
Por su lado, Chubb viene de compartir reflectores en el backfield de los Bulldogs con Sony Michel. Aunque queda la sensación de que nunca recuperó por completo la explosividad y habilidad de jugadas grandes que mostró como freshman en el 2014 después de la terrible lesión de rodilla del 2015, sus números no fueron nada despreciables en las últimas dos temporadas, superando los 200 acarreos y las 1,100 yardas en cada campaña. Aunado a eso, sumó 15 touchdowns terrestres el año pasado.
Un backfield por comité donde Hyde reciba la mayor parte de los acarreos suena como la opción más lógica en Cleveland, sin descartar lo que puede aportar Duke Johnson atrapando pases saliendo desde el backfield. Con esta combinación, más lo que pueda aportar Taylor o Mayfield en el rubro de las yardas terrestres, los Browns tienen el potencial de ser dominantes en esta faceta del juego.
¿Quién será el líder receptor en Cleveland?
Jarvis Landry, sin lugar a dudas. Adquirido por la vía del canje de los Miami Dolphins, Landry ya tiene dos campañas con más de 100 recepciones y dos campañas con más de 1,000 yardas en apenas cuatro años de NFL. Trabajó sobre todo desde la ranura en Miami, y lo lógico sería suponer que Cleveland lo mantendría trabajando allí, donde sabe hacer más daño. Landry ya empezó a dejar su marca con un apasionado discurso que fue captado por las cámaras del programa "Hard Knocks" de HBO. El problema para los Browns viene después de Landry.
Josh Gordon parecería ser el candidato, pero no hay certezas con él. El receptor abierto de 27 años de edad ha estado alejado del equipo a lo largo de todo el campamento de entrenamiento, mientras buscaba ayuda para sus problemas de ansiedad. Todavía no recibe permiso para integrarse a las prácticas con el club. Si Gordon tiene o no impacto positivo sobre el terreno de juego para los Browns podría depender de cuán rápido pueda sacudirse el óxido y encontrar ritmo con un quarterback nuevo, un proceso que el equipo no puede apresurar dado el historial del receptor.
Antonio Callaway es un receptor novato que tomó Cleveland en la cuarta ronda del draft, luego de caer estrepitosamente debido a problemas fuera del campo. En apenas unos meses como jugador de NFL, Callaway ya se metió en problemas legales, y su estancia en la liga podría ser breve si no endereza el camino pronto.
Es probable que el segundo mejor receptor del equipo termine siendo el ala cerrada David Njoku, de quien Cleveland espera grandes cosas en su segundo año. Njoku no es un ala cerrada tradicional en términos de su habilidad para bloquear, pero posee velocidad para estirar el campo verticalmente y manos confiables.
¿Cuánto extrañarán los Browns a Joe Thomas?
Bastante. No todos los días, un equipo se queda sin un jugador que estaría en la discusión entre los mejores 10 o 15 en la historia del juego para su posición, y eso es precisamente lo que perdieron en Thomas, el mejor tackle izquierdo de la última década y media.
Dejando de lado la calidad que llevó a Thomas a 10 Pro Bowls en las 10 campañas que jugó completas en la NFL --seis veces All-Pro de primer equipo en ese lapso--, y el liderazgo que aportaba en el vestidor, estamos hablando de un jugador que, hasta que sufrió la lesión de tríceps a mediados del año pasado, no se había perdido una sola jugada ofensiva de su equipo desde que fue reclutado por los Browns en la primera ronda del draft. Sin importar las condiciones del resto del equipo --y a Thomas le tocaron épocas de miseria absoluta en Cleveland-- todo mundo sabía que había talento de élite en el tackle izquierdo.
Joel Bitonio se estableció como uno de los mejores guardias izquierdos en la NFL en los últimos cuatro años, y ahora se mudará al exterior para suceder a Thomas como tackle. Eso significa que debemos esperar un poco para saber cómo se ajusta Bitonio a su nueva posición, además de que el novato Austin Corbett tomará el lugar como guardia izquierdo que deja vacante Bitonio, creando otra potencial interrogante en la línea. En caso de que estos movimientos no resulten, Bitonio podría volver al interior con Shon Coleman tomando el puesto de tackle.
¿Cuánta paciencia habrá para Hue Jackson en la temporada?
No demasiada. La llegada de Jackson a las riendas de Cleveland para la temporada del 2016 se consideró ampliamente como un buen movimiento por parte de la franquicia, gracias en buena medida a su trabajo previo como entrenador en jefe de los Oakland Raiders --compiló marca de 8-8 en el 2011, su única campaña al frente del equipo-- y como coordinador ofensivo de los Cincinnati Bengals en los dos años, recientemente. Pero con un triunfo en dos temporadas, no hay muchos argumentos que pueda esgrimir Jackson para pedir paciencia.
La directiva ya lanzó un par de mensajes importantes hacia Jackson. En primer lugar, tomó el borrador y acabó con todo el trabajo que había realizado por el coach --considerado por algunos como gurú de quarterbacks-- en el último par de años, prefiriendo comenzar desde cero con un grupo de mariscales totalmente nuevo. No existe en la plantilla de los Browns un quarterback que haya ejecutado una jugada de temporada regular para este club previamente, lo que supone un rompimiento importante en la apuesta por la continuidad. Particularmente sorpresivas fueron las salidas de DeShone Kizer, recluta de segunda ronda del año pasado que inició 15 partidos como novato, y de Cody Kessler, recluta de tercera ronda del 2016 de quien Jackson personalmente había dicho "Confíen en mí con este"..
El segundo mensaje fue la salida reciente vía canje a los Bills del receptor abierto Corey Coleman, primer recluta de draft --N° 15 global en el 2015-- en el mandato de Jackson. Estas determinaciones podrían indicar que la directiva prepara a la plantilla para un eventual cambio de head coach, si es que Jackson no muestra una mejoría significativa en su tercer intento.
Pronóstico
La defensiva en Cleveland va en camino a convertirse en una unidad sólida con piezas como Jamie Collins, Myles Garrett y Emmanuel Ogbah, y la ofensiva sumó suficiente talento en posiciones de habilidad durante el pasado receso de temporada como para suponer que serán capaces de sostener avances y culminar con puntos con mayor frecuencia que en los últimos dos años. Con eso en mente, no sería descabellado pensar en un mínimo de cinco triunfos para Cleveland, con la posibilidad de aspirar, incluso, a un 7-9, aunque la lucha por los playoffs parece todavía lejos de las aspiraciones de los Browns.