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Ivis Aburto, ESPN Digital 2y

La NFL debe apoyar más a sus oficiales y la afición y prensa, conocer mejor las reglas: Repetición Instantánea

A nadie debe sorprender que los árbitros fueran uno de los principales temas de conversación luego de la primera ronda de Playoffs. Esto se veía venir desde la temporada regular. Lo grave es que la NFL no parece interesada en arreglar el problema, al grado de defender lo indefendible.

Otro punto es que, los aficionados y varios analistas deben estar mejor informados de las reglas que rigen al futbol americano de la NFL para saber por qué se critica a los oficiales y cuándo hacerlo.

Para quedar claros: ni los Cincinnati Bengals, Tampa Bay Buccaneers, Buffalo Bills, San Francisco 49ers, Kansas City Chiefs ni Los Angeles Rams avanzaron gracias a los errores de los oficiales o por su ayuda. Todos fueron superiores a sus rivales.

El problema es que, por años, la NFL ha hecho a un lado temas importantes relacionados con el desempeño de los árbitros, como el de convertirlos en profesionales de tiempo completo, y en el proceso, ha complicado aún más su trabajo al pedirles lanzar pañuelos que quedan a merced de la interpretación.

De acuerdo. Si NFL se resiste a tener oficiales de tiempo completo, entonces, que los apoye desde New York con la repetición instantánea cuando cometan errores en el campo o cuando su interpretación de una regla no sea la adecuada.

Si así como se revisan automáticamente jugadas de touchdown o cambio de posesión por balón suelto o intercepción, la liga revisara acciones como la sucedida en el primer duelo de la Ronda de Comodines entre Bengals y Las Vegas Raiders, se ahorrarían muchas críticas.

La jugada en cuestión es en la que se escucha un silbatazo antes de que Tyler Boyd atrapara en la zona final el pase de touchdown con el que Cincinnati se fue arriba 20-6 en los minutos finales de la primera mitad ante los Raiders.

El silbatazo que se escuchó en la transmisión no fue inadvertido, se dio por alguna razón y escucharlo que varios jugadores detuvieran su accionar y ésta razón quizá fue que el oficial que lo hizo sonar pensó que Joe Burrow había pisado fuera del campo antes de lanzar el pase a Boyd.

Si esa fue la razón, la jugada debió declararse muerta en la yarda 10, donde se consideró que Burrow pisó fuera, pero nunca lo sabremos a ciencia cierta, porque el referi principal, Jerome Booger no comunicó qué sucedió en la acción y lo peor, la NFL hizo más grande el problema al emitir horas más tarde un comunicado en el que dijo que la plantilla de oficiales de Booger decidió por sí sola mantener el resultado de la jugada, el touchdown de Boyd, y que ellos habían indicado que escucharon el silbatazo después de la recepción.

Responsabilizar a Booger y a su plantilla del silbatazo fue la peor forma que la NFL pudo encontrar para proteger a Booger y compañía. Si la liga revisara este tipo de acciones en automático desde su centro de control en New York, se hubiera ahorrado muchas y fuertes y críticas.

Nadie acusa a los Bengals de superar a los Raiders con ayuda de los oficiales, pero, para mala suerte de Cincinnati, el marcador final tuvo una diferencia de siete puntos, es decir, un touchdown y el punto extra.

Además, no olvidemos que el equipo perjudicado en esta acción es el mismo que tuvo que quedarse sin entrenador en jefe a media temporada como resultado de una filtración de información por una investigación que la NFL conduce al otro lado de Estados Unidos.

Sentido común, ignorado, pero útil

Así como se señala que jugadores y coaches deben estar concentrados para saber manejar cómo manejar el ritmo de un juego, lo mismo se debe decir de los oficiales, quienes deben estar conscientes de los momentos que se viven en un juego para, literalmente, ser invisibles.

Hay acciones que, por repetirse prácticamente en cada jugada, se hacen tan rutinarias, que les dejamos de prestar atención, hasta que sucede algo como en la última jugada del duelo en el que los Dallas Cowboys quedaron eliminados ante los San Francisco 49ers.

Ahora todos recordamos, y otros apenas se enteraron, que el umpire, o cualquier oficial, debe tocar el balón antes del inicio de otra jugada. Es algo que vemos semana a semana, juego tras juego, que luego de una recepción o una carrera, el jugador le da el balón al oficial más cercano.

Ya que tendremos esta regla presente por varios años, vale la pena preguntar, ¿por qué el umpire encargado de esa tarea luego de la carrera de Dak Prescott, además de tocar el ovoide, lo mueve una yarda hacia atrás? Esa acción era irrelevante en el marco de la situación y evidencia que el umpire no estaba consciente del momento que se vivía en el juego.

De cualquier forma, el primer error es de los Cowboys por arriesgarse de manera absurda a agotar el tiempo que tenían al decidir correr con 14 segundos en el reloj y luego de Prescott, por no darle el balón al oficial más cercano o al umpire, que llegaba al punto en el que se barrió el pasador de Dallas.

Rudezas que no son rudezas

En otro punto polémico, el cuidado a los quarterbacks ya llegó a niveles absurdos y el duelo entre Bengals y Raiders también nos ofreció una prueba en este sentido, cuando en la última serie ofensiva de Las Vegas, los árbitros lanzaron el pañuelo por una rudeza al pasador que no fue más que un choque del hombro de un defensivo de Cincinnati con la barra del casco de Derek Carr.

El castigo de 15 yardas le permitió a los de negro y plata llegar más tarde hasta la yarda 9 de Cincinnati. Al no aplicar el sentido común y marcar ese contacto incidental, los Raiders pudieron ponerse en posición de forzar al tiempo extra.

En el duelo entre Philadelphia Eagles y Tampa Bay Buccaneers sucedió algo similar, cuando en la primera serie ofensiva de los Bucs, Derek Barnett choca con Tom Brady y lo manda al suelo, luego de que el pasador lanzó su pase. Barnett sólo lo chocó al llegar tarde en su intento por presionarlo y hasta intenta detener al quarterback.

Cuando termina la jugada, Barnett le ofrece la mano a Brady para ayudarlo a levantarse, pero ya era demasiado tarde. El pañuelo ya había sido lanzado y con él, los Buccaneers avanzaron 15 yardas hasta la yarda 43 de los Eagles en una serie que terminó con el touchdown con el que Tampa Bay abrió el marcador.

La NFL debe apoyar a sus oficiales a corregir este tipo de decisiones, sobre todo, cuando se trata de castigos por 15 yardas. Tiene la tecnología para hacerlo. Si la repetición muestra que la acción no amerita sanción, se le puede llamar al oficial para informarle que debe levantar el pañuelo.

De alguna forma, apoyar a las plantillas con la tecnología ayudaría a corregir errores y, probablemente, como en el caso de las acciones en las que se considere que hay rudeza al pasador, ayudaría a unificar criterios.

El problema no es menor y la NFL ya ha dejado pasar demasiado tiempo para trabajar en él.

Los jugadores y los aficionados se lo agradecerán y así, la liga se sacudirá críticas y sospechas innecesarias.

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