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¿Cómo un futbolista mexicano llegó a Alaska y ahora es rival de Pumas y lo puede ser del Tri?

Obed Vargas, el futbolista de Seattle Sounders, nació el 5 de agosto del 2005 en Anchorage, Alaska y desde sus primeros días de vida tuvo un balón pegado a los pies por la pasión que había en su familia por el balompié.

Obed Vargas, futbolista mexicoamericano de Seattle Sounders, esta noche será rival de Pumas en la Liga de Campeones de la Concacaf, pero en un futuro también podría ser la selección mexicana, pues hasta el momento solo ha jugado para Estados Unidos, pero el Tri no le pierde la pista al chico de 16 años que nació en Alaska que se convirtió en el tercer jugador más joven en debutar en la MLS.

Las raíces de la familia Vargas están en Morelia, donde nació Obed, el padre del futbolista. Sin embargo, a finales de los 90, el papá, que jugaba como delantero en la Tercera División del equipo michoacano, decidió emigrar a Estados Unidos ante la falta de oportunidades en el balompié azteca. Su primer trabajo fue procesar salmón, sin olvidar su país de origen, al que regresaba para ver a su familia y a Marisol, con la que se casó en 1999 y actualmente tienen a cuatro hijos: Marisol (19), Frida (18), Obed (16) y Abad (14), a los que han sacado adelante por los diversos que han tenido en Alaska, donde se asentaron, hasta que formaron una empresa de limpieza, su actual negocio.

Obed Vargas, el futbolista de Seattle Sounders, nació el 5 de agosto del 2005 en Anchorage, Alaska y desde sus primeros días de vida tuvo u balón pegado a los pies por la pasión que había en su familia por el balompié, donde su mamá sigue al América y su papá al Morelia, equipos que Obed siguió a través de la televisión en su infancia, en la que tenía a Antoine Griezmann como uno de sus referentes.

“Como soy de Morelia, siempre he visto los partidos del Morelia, siempre veíamos los partidos de Monarcas cada fin de semana, entonces mis hijos se ponían a ver los partidos conmigo y de primero fuer Monarcas, el equipo a seguir, pero con mi esposa siempre bromeábamos, discutíamos, porque ellos son del América, son de la Ciudad de México”, cuenta Obed, el padre del futbolista.

A pesar de que Obed tuvo la oportunidad de practicar otros deportes, no dudó en inclinarse por el futbol para seguir los pasos de su padre, quien, entre los 6 y 14 años, antes de llegar al Seattle Sounders, fue su entrenador.

“De acuerdo a mi experiencia, mi conocimiento, poco o mucho que tenga en este deporte, a Obed le vi desde chico unas cualidades que no se las veía a otros niños. Lo platicaba con mi esposa, mi esposa también sabe de futbol, porque sus hermanos y sus papás fueron de futbol. Veíamos cosas que no se veían en otros niños, desde chico traía cualidades diferentes, entonces pensamos apoyarlo en lo que nosotros sabíamos, en lo que podíamos. Nos dimos cuenta que teníamos que sacarlo de Alaska, teníamos que exponerlo a otras latitudes para ver cómo reaccionaba, cómo se sentía, cómo lo veían y afortunadamente así fue”.

Obed salió de Alaska para tener mayor exposición a nivel nacional e internacional, incluso con Intercups, un equipo de México, fue dos veces a participar en torneos de España, en el primero fue incluido en el once ideal, mientras que en Estados Unidos fue parte de Olympic Development Program, donde fue visto por Seattle Sounders, Minnesota United, Colorado Rapids y Portland Timbers, pero la familia Vargas se inclinó por la primera opción por lo que ofrecí y por la cercanía que había con Alaska.

A los 14 años, Obed salió de Alaska para buscar su sueño de ser futbolista profesional con Seattle Sounders, mismo que logró el 22 de julio del 2021 a los 15 años y 351 días, con lo que se convirtió en el tercer futbolista más joven en debutar en la MLS, detrás de Freddy Adu y Alphonso Davies.

“Fue una emoción que no se puede explicar, fueron sentimientos encontrados, fueron lágrimas de gusto. Para mí, para mi esposa y para la familia fue un momento muy emocionante, un sueño hecho realidad. Nos enteramos hasta el mero día del partido. Nadie se había dado cuenta, yo estaba trabajando. Llegué de trabajar y vi unas flores en la puerta de la casa, mi esposa no se había dado cuenta, vi que era un ramo de flores con una tarjeta, felicitándonos por el debut de Obed. El día del partido, antes del partido, supimos que iba a debutar y ya cuando lo vimos por televisión y lo vimos en la alineación, fue una emoción muy grande para toda la familia. Las flores venían directamente del club”, recuerda el padre del joven jugador de aquel 22 de julio del 2021.

Hasta el momento, Obed solo ha sido considerado para las selecciones inferiores de Estados Unidos. Sin embargo, ESPN Digital, tiene el conocimiento que Vargas es uno de los jugadores que la selección mexicana sigue de cerca y podría recibir su primer llamado al Tri, al que no le ha cerrado la puerta.

“Lo que él ha comentado es que de chico le hubiera gustado jugar por México, porque creció viendo México, cada que jugaba México nosotros lo veíamos por tele, y él también lo ha expresado en sus entrevistas, pero quien le da oportunidad es la MLS y está agradecido. Él ahorita no piensa en eso, piensa en hacer bien las cosas y si en un futuro se da, él decidirá, pero ahorita tiene el corazón en los dos lados, México y Estados Unidos, no hay una decisión”.

ANÉCDOTA QUE MARCÓ A LA FAMILIA VARGAS Y FORJÓ A OBED

Estas semanas previas a la final de la Liga de Campeones de la Liga de Campeones de la Concacaf han sido de muchas emociones en la familia Vargas. El padre del jugador revela que se le enchina la piel con el hecho de pensar que su hijo podría conseguir un título internacional a los 16 años, mismo sentimiento que le despierta recordar la vez que, por ser entrenador de su hijo, no pudo premiar el desempeño de su vástago con una medalla.

“Cuando jugábamos los torneos en Alaska, siempre te daban una medalla de reconocimiento al mejor jugador, y yo como entrenador se la tenía que dar al que creía que era el mejor jugador o el que había hecho el mejor torneo. Sabía que mi hijo había sido el mejor jugador de mi equipo, pero se la tenía que dar a otro niño, porque se iba a ver mal que yo como entrenador se la diera a mi hijo. Le dije en dos o tres ocasiones, ‘sé que tú eres el mejor jugador, pero no te puedo dar la medalla a ti porque se va a ver mal, se la tengo que dar a un compañero tuyo’, pero siempre le decía que sus reconocimientos iban a venir después e iban a ser mucho más grandes y afortunadamente no me equivoqué, eso me marcó mucho porque yo quería dársela a él, pero no podía por la situación de padre-hijo, que los otros papás iban a decir que era el hijo del entrenador, entonces nunca lo hice, preferí dársela a un compañero de él. Ese detalle lo voy a recordar toda mi vida”, recuerda el padre de Obed con la voz cortada por la emoción que le genera la historia.

“Afortunadamente lo entendió bien, vi su cara de que se puso un poco triste, pero ‘papá, lo entiendo’, me dijo y se lo agradezco mucho” declaró con melancolía.

Ahora, esa anécdota es parte de la historia de la familia Vargas, incluso en los días previos a la final fue parte de la conversación entre padre e hijo, quien ahora lo ve como un aprendizaje importante que le ayudó a superar los obstáculos para llegar al futbol profesional.

“Hace unos días lo hablamos, se lo recordé y hasta se me enchina la piel cada vez que me acuerdo porque lo veo ahora donde está. Me da un poco de sentimiento, a la vez, pero qué bueno que no lo hice porque a lo mejor le ayudó a madurar, le ayudó a crecer. Me mira y me dice ‘papá, tenías razón’”.