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Lorenzo Musetti, con ESPN, en su último paso por Buenos Aires

Lorenzo Musetti, mano a mano con ESPNTenis.com en Buenos Aires. EPA

Gracias a su revés a una mano, en vías de extinción, Lorenzo Musetti es uno de los preferidos por la gente a la hora de abonar una entrada en cualquier parte del mundo. Ahora incluso es medallista olímpico. Y eso lo vuelve una atracción en sí misma.

Y, más allá de los típicos altibajos de cualquier jugador de 21 años, su evolución es constante: a los 18 ya había ganado partidos a nivel Masters 1000, con 19 era Top 100 y hasta tuvo en jaque a Novak Djokovic en Roland Garros 2021, y ya en 2022 llegaron los dos primeros títulos ATP (el 500 de Hamburgo sobre arcilla, con triunfo sobre Carlos Alcaraz en la final, y el 250 de Nápoles, en duras).

En la presente temporada alcanzó dos definiciones sin suerte: Umag (cayó en el último partido vs. Francisco Cerúndolo) y Queen´s. Además, en el Grand Slam parisino volvió a caer con el serbio más famoso en un inolvidable partido de tercera ronda: 7-5, 6-7 (6), 2-6, 6-3 y 6-0.

En su paso por el Argentina Open, el ATP 250 de Buenos Aires de febrero 2023, que lo tuvo por primera vez en Sudamérica habló con ESPNTenis.com sobre el Big 3, el fenómeno Carlos Alcaraz y los ataques de pánico que tuvo que superar.

¿Por qué elegiste jugar en Buenos Aires, en Río y en Santiago cuando ya "dudabas" de que sea tu superficie favorita?

Tenía que hacer algo diferente y probar. El año pasado decidí elegir la cancha rápida y fue una buena inversión para el final de la temporada. Ahora creo que es el momento justo para jugar en clay. Es la superficie en la que obtuve mis mejores resultados y creo que puedo hacerlo bien. No tengo puntos para defender y me siento muy bien aquí en Sudamérica. Me siento muy cerca de casa mentalmente porque existe la conexión italiana-argentina. Es un ambiente muy similar.

¿Cómo es crecer tenísticamente en Carrara partiendo de la base que nadie tiene resultados asegurados?

Con mi padre jugaba solo por diversión, pero tenía la oportunidad de viajar a La Spezia, a 40 minutos en coche, y viajaba todos los días para entrenar. Ahí conocí a mi entrenador actual, mi segundo padre, Simone (Tartarini). Tuve la posibilidad de conocer a él y a otros jugadores juniors. También iba a Tirreno, en el Centro de Entrenamiento de la Federación Italiana. Pero uno nunca sabe cómo dar esos pasos. No hay garantía y nadie te puede decir si serás buen jugador o no. Tienes que invertir en tu futuro.

¿Cómo definís tu relación con Simone?

Simone siempre me ayudó de manera económica y afectiva. Fue la llave para llegar a donde he llegado. Es muy importante, porque lo conocí a los nueve años y ya son más de 12 de altos y bajos desde que llegué a La Spenza. Por eso estoy muy contento. Creo que nunca lo voy a cambiar porque es una relación muy importante y afectiva por sobre el tenis.

Tenés un tenis exquisito desde lo innato, muy vistoso. ¿hoy trabajás más en lo físico, en la consistencia?

Estoy trabajando en lo físico, en ser más sólido para ser más regular durante tres, cuatro horas. Con calma voy a llegar a donde tenga que llegar. Y voy a tener mejores resultados, especialmente en torneos de Grand Slam donde no tuve el mejor resultado en Australia pero confío en poder hacerlo bien en el clay de París.

Además tuviste ataques de pánico el año pasado, episodios que ya tuviste como junior. ¿Se puede trabajar sobre eso?

Es parte de la experiencia porque es un deporte con muchísima presión. Uno está solo en la cancha y no es fácil afrontar todos los problemas solo. A veces la presión es tan fuerte que nada se puede hacer, pero lo estoy mejorando, lo estoy trabajando con un especialista que me ayuda. Y estoy listo para que no vuelva a pasar.

¿Hoy elegís Wimbledon, Roma o Roland Garros?

Son todos torneos increíbles. Me gustaría ganar alguno de ellos, cualquiera. Si tengo que elegir me quedo con Wimbledon porque es mi slam favorito por su elegancia, pero Roma en casa sería algo inolvidable.

De más joven preferías la entrega de Rafael Nadal, pero luego te identificaste con el tenis de Roger Federer.

Federer es especial, es mi jugador favorito. Una fuente de inspiración para mí y no solo adentro de la cancha. También lo es afuera con su elegancia y su personalidad. La imagen que da es muy buena y es algo que un tenista tiene que ver.

Y en estos tiempos, ¿de Carlos Alcaraz y Novak Djokovic sacás algo positivo?

Copiarlos no sería bueno para mí. Todos somos jugadores diferentes, con distinta personalidad, lo que hizo Carlos el año pasado fue increíble. merece todo lo que ha hecho y Chapeau. Pero creo que tengo que enfocarme en mi carrera, no mirar más por fuera de lo que soy como jugador. Creo que Carlos va a ganar más torneos de Grand Slam, Nole también. Y trabajando duro daré un paso más para acercarme a ellos.