Sin mirar hacia atrás, Dominic Thiem (111º del ranking ATP) llegó a Monte-Carlo con una nueva cara, y esto se debe a su reciente separación profesional, de quien era hasta hace pocos su entrenador, el chileno Nicolás Massú. En el primer Masters 1000 de la temporada sobre polvo, el austríaco demostró un gran nivel para hacerse con la victoria ante Richard Gasquet (42º) por 6-1 y 6-4.
Un tenis como el de los viejos tiempos: tiros potentes, precisos y subidas a la red por parte del campeón del US Open 2020 que consiguió su primer triunfo en un torneo de esta categoría desde mayo del 2021 (1R de Roma vs Marton Fucsovics).
La lesión en su muñeca le impidió ser aquel joven que conquistó el tenis mundial llegando a ser 3º del mundo, con un título de Grand Slam bajo sus brazos, otras tres finales de torneos Majors y una consagración en Indian Wells. Todo esto, bajo el mando del ex tenista chileno.
Ya habiendo pasado página y enfocándose en las tierras monegascas, su duelo de segunda instancia no será nada sencillo. Holger Rune (8º) será a quien deba enfrentarse con el fin de poder seguir soñando en recuperar a ese poderoso e intimidante Thiem previo a las lesiones. Si bien nunca se enfrentaron entre si hasta el momento, el presente de ambos es muy diferente.
Mientras que el austríaco se encuentra sin entrenador y con un récord de 4-9, apenas logrando dos victorias consecutivas en el ATP 250 de Estoril, el danés vive su mejor presente: 12-7 en lo que va del 2023, ubicado entre los mejores 10 del mundo y con un tenis potente y de alto vuelo.