MIENTRAS EL EQUIPO DE ESTADOS UNIDOS alzaba el trofeo del Clásico Mundial de Béisbol en 2017, la superestrella de Los Angeles Angels, Mike Trout sentía cómo sus temores de perderse algo importante se apoderaban de él.
“Parecían divertirse tanto, haciendo las jugadas y ganando”, expresó Trout, quien veía el evento en un televisor en el campamento de entrenamientos primaverales de su organización en Tempe, Arizona. “Eso fue lo que lamenté. Debí haber estado allí”.
La cuarta edición del Clásico Mundial de Béisbol marcó un hito para Estados Unidos, siendo la primera ocasión en la que el país anfitrión del evento ganaba el torneo internacional. Los estadounidenses tuvieron algunas actuaciones icónicas, desde la atrapada de Adam Jones que se robó un jonrón para clasificar a Estados Unidos a la semifinal, hasta los seis innings sin permitir hit de Marcus Stroman contra Puerto Rico en el juego por el campeonato que le hizo merecedor de los honores al Jugador Más Valioso.
La victoria estadounidense también marcó un cambio de rumbo en la forma como los peloteros oriundos de ese país perciben al evento. Trout anunció en el Juego de Estrellas de 2022 que competiría en el torneo como capitán y su inclusión causó un efecto dominó.
“No compartimos el terreno muy a menudo”, expresó el jardinero de Los Angeles Dodgers, Mookie Betts, que tomó la decisión de jugar influido por el anuncio de Trout. “Así que, estar del mismo lado jugando con él y el resto de los chicos, realmente será muy divertido”.
Para muchos otros beisbolistas estadounidenses, como el campocorto de los Philadelphia Phillies, Trea Turner, la expectativa y entusiasmo que despertó la Copa del Mundo de Futbol del año pasado a nivel internacional (la final atrajo a 25.78 millones de televidentes a las cadenas Fox y Telemundo, siendo el partido de un mundial masculino más visto en la historia de Estados Unidos) alimentaron el deseo de vestir la playera de la selección de su país.
“Todos quieren probarlo”, dijo Turner. “Es bastante genial si puedes hacerlo en tu propio deporte”.
Por largo tiempo, ese nivel de entusiasmo ha sido la norma dentro de otros equipos internacionales, incluyendo entre los peloteros de Grandes Ligas. Por el contrario, los jugadores estadounidenses a veces solían mostrar menos emoción por el evento.
En 2017, el entonces as de los New York Mets, Noah Syndergaard no tuvo reservas en mostrar activamente su desdén.
“Nadie llegará al Salón de la Fama ni ganará la Serie Mundial jugando al Clásico Mundial”, expresó Syndergaard en su momento.
Esa actitud cayó mal entre los beisbolistas de nacionalidades distintas a la estadounidense. Doce peloteros (tres estadounidenses y nueve internacionales) comentaron a ESPN bajo condición de anonimato que la falta de voluntad de algunas estrellas estadounidenses para participar en ediciones previas del Clásico Mundial frenó el crecimiento del evento.
“Los peloteros japoneses, peloteros puertorriqueños, peloteros de tantos países vinieron y dieron lo mejor de sí, porque el Clásico Mundial de Béisbol es importante para ellos”, expresó un jugador del equipo de Israel. “Muchos de los mejores peloteros estadounidenses se consideraban más importantes que el Clásico Mundial”.
Sin embargo, existe la sensación de un cambio de paradigma. Como es costumbre, las estrellas internacionales más rutilantes asistirán al Clásico de 2023; por ejemplo, Shohei Ohtani (Japón), Juan Soto (República Dominicana) y Francisco Lindor (Puerto Rico), aparte de que el torneo estará conformado por 20 equipos, un aumento con respecto a los 16 de la edición anterior.
Estados Unidos ha construido sobre las bases de su equipo campeón de 2017 y este año tendrá a Trout, ícono de una generación, como capitán de un roster con tres peloteros ganadores del Jugador Más Valioso (Trout, Betts y Paul Goldschmidt) y 20 invitados al Juego de Estrellas.
Su alineación titular podría ser la mejor jamás ensamblada en la historia del deporte, con un total de 57 invitaciones al Juego de Estrellas y cinco trofeos al Más Valioso en su roster, la mejor cifra para un equipo estadounidense en el Clásico Mundial de Béisbol desde el evento inaugural celebrado en 2016.
A pocos momentos del inicio de la quinta edición del Clásico Mundial (aplazada dos años por la pandemia del COVID-19), los clubhouses de todo el béisbol no pueden contener su emoción. El entusiasmo de los aficionados también llega a su máximo nivel: un grupo de Facebook dedicado al evento cuenta con cerca de 145,000 miembros de todas partes del mundo, que analizan constantemente el torneo.
El entusiasmo que rodea a este Clásico Mundial es de interés especial para Major League Baseball, que ha hecho del evento una parte central de sus ambiciones internacionales en constante crecimiento.
La oficina del Comisionado imagina al torneo convirtiéndose en un fenómeno global, similar al Mundial de Futbol. Y con un grupo de peloteros con el potencial para hacer historia (particularmente en el equipo de Estados Unidos), la liga considera que el Clásico Mundial 2023 ayudará a impulsar el interés en el béisbol de Grandes Ligas en todo el mundo como nunca.
A PESAR DEL INTERÉS que despiertan las nuevas reglas implementadas esta primavera para atraer audiencias más jóvenes a nivel nacional, la mayor zona de crecimiento para el béisbol de Grandes Ligas no está en Estados Unidos. Se encuentra en el resto del mundo.
“El crecimiento internacional es un gran motor importante de nuestro negocio y para nuestros objetivos estratégicos y áreas de enfoque. Es lo primero”, afirma Chris Marinak, directivo de operaciones y estrategia de Major League Baseball. “México es un mercado importante y creemos que ha mostrado mucho potencial de crecimiento. Los países asiáticos, Japón, Corea… hay varios países en los que creemos que es muy importante hacer una declaración en dichos mercados. Creemos que podemos explotar muchas oportunidades de crecimiento en esos mercados”.
Para Major League Baseball, dicho reto asumió protagonismo en la década de 1990. El béisbol se convirtió en deporte olímpico oficial en 1992, aunque solo con la presencia de peloteros amateur, desapareciendo progresivamente del escenario hasta su eliminación total en los Juegos de 2008. Eso implicaba que MLB debía encontrar una mejor forma de contactar a los aficionados.
Pero en un caso distinto al del futbol, baloncesto y hockey (disciplinas en las que jugar con el equipo de Estados Unidos representa uno de los máximos hitos de esos deportes), el béisbol internacional nunca tuvo el mismo peso. Equipos tales como el “Dream Team” del baloncesto olímpico en 1992 o la selección de hockey de Estados Unidos que logró el llamado “Milagro sobre Hielo” en los Juegos de Lake Placid de 1980 son icónicos, y no existe equivalente en el béisbol internacional.
Los ejecutivos de MLB sabían que el espectáculo que generan los juegos internacionales podía atraer a los aficionados.
“Y también sabíamos que no había nada similar a una Copa del Mundo de Béisbol”, afirma el vicepresidente senior de Major League Baseball, Jim Small, que supervisa el Clásico Mundial.
Para el Día del Trabajador de septiembre de 1999, los ejecutivos de la oficina del Comisionado habían elaborado un plan de negocios para un Clásico Mundial de Béisbol, aprobado por el entonces comisionado Bud Selig. Los dueños de equipos identificaron el potencial del evento y abordaron la nave.
Durante los próximos seis años, Major League Baseball trabajó para convencer a otras ligas, tales como la Nippon Professional Baseball de Japón, la Serie Nacional de Cuba y la KBO de Corea del Sur, para ajustar sus calendarios al torneo. En 2006, el Clásico Mundial de Béisbol inició su andadura con 16 equipos.
Para Major League Baseball, el Clásico representa una de las mejores oportunidades para los aficionados de todo el mundo de ver a las estrellas de sus países enfrentarse a los mejores de otras naciones.
La aspiración es que una competición de tan alto nivel (sin mencionar el orgullo nacional) consiga que los fanáticos de todo el mundo se interesen más por los jugadores estrella de las Grandes Ligas, y es más probable que se enganchen a los encuentros de la Gran carpa.
“Estados Unidos es el único país del mundo donde el máximo evento deportivo es club contra club, en vez de un enfrentamiento país contra país”, dijo Small. “Nos movemos hacia esa dirección”.
“Con las expectativas de los aficionados, particularmente en TikTok e Instagram, buscamos esos momentos destacados que realmente no vemos con regularidad y eso es el Clásico Mundial de Béisbol”, afirma Marinak. “Queremos ver a las mayores estrellas contra las mayores estrellas, a Ohtani lanzando contra Mike Trout. Esos son los momentos hacia los que el público se siente atraído desde el último Clásico Mundial de 2017. Le da a este deporte más oportunidades de exhibirse globalmente”.
Sin embargo, Estados Unidos tuvo problemas después de una oleada inicial de entusiasmo, sumando récord 10-10 previo al torneo de 2017. En 2013, el evento fue prácticamente invisible en su terreno local, con apenas 843,000 personas sintonizando la final en la cadena MLB Network, un millón menos que el partido promedio de temporada regular de la NBA en el mismo año.
Para algunos peloteros estadounidenses, este evento ofrece pocos incentivos. Si ganan, hicieron lo que se esperaba de ellos. Si pierden, existe el potencial de una vergüenza nacional.
“Debemos recordar [que] esto es muy novedoso”, afirmó Goldschmidt, que jugó por primera vez con el equipo de Estados Unidos en 2017. “Cada vez que lo hacemos, los chicos se sienten más cómodos con él. Ojalá eso haya alentado a los chicos a jugar”.
Los triunfos son un gran motivador. El interés se incrementó dentro del público de Estados Unidos mientras su selección se encaminó en un trayecto emocionante hasta alzar su primer título del Clásico Mundial. El torneo incrementó sus índices de sintonía en ese país un 32% en comparación con 2013, con 2.3 millones de personas sintonizando la final en la cadena Fox.
A pesar de ello, el torneo sigue confrontando obstáculos.
Múltiples organizaciones de Grandes Ligas toleran la existencia del evento, conscientes de que podría ayudar al crecimiento del béisbol, aunque mantienen su preocupación por los tentativos riesgos que conlleva.
Pero muchas gerencias, de acuerdo con fuentes vinculadas a los equipos, no consideran que justifique el riesgo de sufrir graves lesiones que puedan perjudicar sus posibilidades de ganar la Serie Mundial.
Eso contrasta dramáticamente con el Mundial de Futbol, en el que los jugadores se convierten en leyendas internacionales por conducir a sus selecciones a la victoria, desde Pelé hasta Lionel Messi y Kylian Mbappé.
En algunos casos, eso se debe a la falta de cobertura de seguros estandarizada, como la que la FIFA proporciona a los clubes cuyos jugadores participan en la competición. Los seguros protegerían a los equipos de tener que pagar a un pelotero durante el lapso de su ausencia por lesiones sufridas durante el Clásico.
Miguel Cabrera fue considerado no asegurable debido a su extenso historial de lesiones; sin embargo, decidió jugar con Venezuela tras la aprobación de los Detroit Tigers. Por su parte, el lanzador de los Dodgers, Clayton Kershaw, que tenía previsto pitchear con Estados Unidos, debió retirarse porque no pudo asegurarse.
“Fue súper decepcionante”, dijo Kershaw. “Me siento frustrado. La verdad, quería hacerlo”.
Para una organización como los Dodgers, con legítimas aspiraciones de jugar en la Serie Mundial, es difícil justificar poner en riesgo la temporada de una estrella del pitcheo. No obstante, su ausencia ayuda a explicar el por qué la mayor debilidad de los estadounidenses sigue siendo el pitcheo, a pesar de que hay más peloteros de posición estrellas vistiendo el uniforme de su país.
Para muchos lanzadores estadounidenses que están a punto de firmar un contrato importante o ya devengan cuantiosas cantidades de dinero por ser el as de la rotación de un contendiente por un puesto en la Serie Mundial, acelerar su preparación para jugar el Clásico Mundial de Béisbol es pedir demasiado.
“Parece que el riesgo no le importa a Sandy Alcantara o Shohei Ohtani. Tienen tanto que perder como el que más”, indica el relevista de los Mets, Adam Ottavino, que lanzará para Estados Unidos. “Pero la importancia del torneo deberá sentirse súper fuerte antes de que veas a Gerrit Cole, Max Scherzer o Jacob deGrom lanzando en él, dispuestos a arriesgar una lesión”.
MLB ha recolectado los datos de las lesiones sufridas en cuatro ediciones del Clásico Mundial y la Oficina del Comisionado insiste en que “no existe relación entre las lesiones y jugar en el Clásico Mundial”, aunque no comparte los datos que sustentan dicha tesis.
Un estudio efectuado por la Universidad de Washington en 2017, publicado pocos días antes de la edición anterior del Clásico Mundial, determinó que los participantes en el torneo perdieron un promedio de 2.35 días adicionales debido a lesiones sufridas tras el Clásico Mundial. La cifra se incrementó en el caso de los pitchers a 4.07 días dentro del muestreo de tres torneos utilizado por los investigadores.
“Tiene la capacidad de ubicarse a la par del Mundial de Futbol”, expresó el paracorto de los Boston Red Sox, Enrique Hernández, que jugó para Puerto Rico en 2017 y volverá a hacerlo en 2023. “No hay otro torneo similar y claro que tomará tiempo, pero han pasado casi 20 años desde la primera edición. Si eso no es un buen tiempo, ¿qué lo es?”
A finales del mes pasado, en el campamento de los Medias Rojas en Fort Myers, Florida, se anunció el Clásico Mundial de Béisbol 2023 en forma de una trompeta que resonaba en los campos de práctica a las 9 a.m.
Con los primeros juegos del WBC acercándose, el manager Alex Cora había asignado un poco de tarea a los jardineros Alex Verdugo y Jarren Duran, quienes representarán a México. Cora les pidió a Verdugo y Duran que prepararan una presentación, como si estuvieran en la escuela secundaria. Así que Verdugo elaboró un cartel con datos sobre México, desde su historia del chocolate hasta una selección de cervezas locales y homenajes a las leyendas del béisbol mexicano Fernando Valenzuela y Vinny Castilla.
A continuación, Verdugo recurrió a Google y encontró una banda de mariachis de la cercana Cape Coral, llamada Mariachi Villa de Guadalupe, que hizo el viaje temprano en la mañana al Parque JetBlue y brindó su interpretación de "Volver, Volver" de Vicente Fernández --la canción de salir al terreno de Verdugo-- en trompeta, violín y guitarra. Verdugo y Duran luego hicieron su presentación ante una ovación de pie de sus compañeros de equipo.
"Estaba más nervioso allí que en la postemporada o en cualquier otro ambiente de béisbol", dijo Verdugo.
Cora había asignado la tarea para ayudar a su clubhouse a comprender mejor la cultura mexicana, pero también a comprender el significado del torneo para el mundo exterior, donde ya es un éxito.
En 2013, el juego de campeonato alcanzó su punto máximo con el 63% de todos los televidentes disponibles en la República Dominicana y el 64% de los televidentes en Puerto Rico, con grandes reuniones de espectadores en salas de cine y espacios públicos.
En Japón, el 51% de todos los televidentes disponibles vieron la derrota de su equipo en la semifinal ante Puerto Rico, mientras que un tercio de todos los televisores vieron los tres partidos de primera ronda del país en Fukuoka.
Taiwán registró el 15.5% de los espectadores para un partido contra Japón, el programa de cable de mayor audiencia en la historia del país en ese momento.
En Japón, donde el 34.6% de los hogares vieron un partido de la Copa del Mundo con Croacia el año pasado, el WBC puede ser un atractivo aún mayor que el Mundial de Futbol.
¿Qué significa eso? Ya existe una audiencia internacional que espera ver al mejor talento de la MLB. Este WBC es el mejor escaparate de ese talento hasta la fecha y será crucial para las esperanzas de MLB de crecer internacionalmente. Si bien no es inminente, la expansión a México, Londres e incluso Asia son un tema en las reuniones.
"Antes de que podamos hacer crecer la marca MLB, necesitamos que el deporte subyacente del béisbol sea más popular", dijo Small. "Si queremos aumentar la participación de los fanáticos y la popularidad de nuestra marca, todo se reduce a aumentar la participación, tener buen contenido para ofrecer, eventos en vivo, grandes espectáculos. El WBC cumple ese papel para nosotros de una manera única".
Si bien el béisbol inicialmente se extendió internacionalmente a través de la ocupación militar estadounidense, el Clásico Mundial de Béisbol financia programas que intentan que los niños jueguen béisbol en todo el mundo.
Los programas juveniles de todo el mundo reciben fondos gubernamentales para desarrollar jugadores que compitan en el WBC, y el mayor impacto se siente en países que históricamente no han jugado béisbol, como China, la República Checa y Pakistán.
Según una fuente de la liga, los programas internacionales de béisbol han recibido más de $100 millones en fondos gubernamentales debido a la participación en el Clásico.
"Ese es un subproducto realmente importante de esto, está generando más dinero, más recursos ingresando al juego que no necesariamente veremos durante muchos, muchos años", dijo Small. "Pero tendrá un efecto acumulativo. Los países más pequeños tendrán mejores programas de béisbol debido a esto".
Ese financiamiento del gobierno brinda un respaldo crucial para los países en las primeras etapas del desarrollo de la infraestructura del béisbol. Para el Reino Unido, que tenía alrededor de 10,000 niños jugando béisbol de alguna forma en 2022, el deporte recibe fondos de Sport England, parte del Departamento de Digital, Cultura, Medios y Deporte, y UK Sport, una agencia gubernamental que invierte en deportes olímpicos.
El gerente general de Gran Bretaña, Liam Carroll, quien será el gerente de la filial Clase-A de los Red Sox en Salem, Virginia, espera que la creciente infraestructura del béisbol eventualmente desarrolle un equipo que pueda sorprender al mundo como lo hizo Croacia en la Copa del Mundo del año pasado.
Asombrando al mundo al terminar en tercer lugar y vencer a potencias como Brasil. La República Checa ya ha causado sensación con solo clasificarse para su primer WBC, derrotar a un equipo de España lleno de talento caribeño y presentar jugadores con trabajos de tiempo completo como bomberos, bienes raíces y enseñanza. Ahora se enfrentarán a Ohtani y Japón en el Grupo B.
Carroll dijo que sin la financiación del gobierno debido a un evento de béisbol internacional de primera categoría como el WBC, el crecimiento del béisbol sería difícil en el Reino Unido. "Espero que podamos inspirar a los entrenadores y luego, a partir de aquí, podemos desarrollar un jugador que llegue a las ligas mayores", dijo Carroll. "Eso inspiraría a una generación".
La liga ya ha tenido éxito con los Países Bajos. Países como Curazao y Aruba han aumentado sus programas de béisbol gracias a la financiación del CMB y la Serie Mundial de Pequeñas Ligas y han desarrollado jugadores de Grandes Ligas como Xander Bogaerts, Jurickson Profar y Didi Gregorius.
El éxito ha creado un efecto dominó, con jugadores como Gregorius y la fundación de su familia ahora están construyendo campos para desarrollar aún más a los jugadores jóvenes y crear más oportunidades de juego.
"Solía jugar unos 20 partidos durante la temporada a pesar de que hace sol y hace 80 grados todo el año en Curazao", dijo Gregorius. "Financiar y crear campos para más juegos ayudará a que más jugadores jóvenes tengan éxito una vez que firmen".
El objetivo es que más países compitan en el WBC con una base de fanáticos informados sobre el béisbol, listos para brindar todo su apoyo a su equipo nacional.
Para encontrar un ejemplo de cómo un país puede participar en el Clásico Mundial de Béisbol, el equipo de EE. UU. no necesita mirar más allá de sus fronteras. Para Puerto Rico, el WBC representa un pináculo del deporte y, como resultado, los jugadores y fanáticos tratan el evento con reverencia.
Durante el Clásico Mundial de Béisbol 2017, todos los integrantes del Equipo Puerto Rico se tiñeron el cabello de rubio. La tendencia se impuso en la isla, donde la decoloración y la laca dorada se agotaron en casi todas partes. Cuando Puerto Rico llegó al partido de campeonato, el 70% de los televisores de la isla estaban sintonizados.
“Para nosotros los países latinoamericanos, no hay nada mejor que representar a nuestro país”, dijo Hernández. "Es algo aún más importante que estar en una lista de Grandes Ligas".
El cerrador de los Mets, Edwin Díaz, representará a Puerto Rico después de firmar un contrato de cinco años y $102 millones esta temporada baja, el contrato más rico en la historia para un relevista.
Existe preocupación dentro de la organización de los Mets de que Díaz lanzará en días consecutivos en el WBC, algo que el equipo no quiere antes de la temporada 2023. Díaz dice que no planea hacer eso, pero dijo que no duda en representar a su casa en el Clásico, independientemente de las aspiraciones de Serie Mundial de los Mets o su nuevo contrato.
“Este es el evento más esperado en Puerto Rico”, dijo Díaz. "Todo el mundo siempre está esperando el WBC. La gente ya empezó a teñirse el pelo de rubio. Todo el mundo está listo para empezar".
Lindor dijo que el mayor nivel de talento en el WBC lo hace sentir más emocionado que nunca por el torneo. Ver a Estados Unidos sacar lo mejor de sí impulsa a otros equipos en el evento.
"Es el torneo más grande de la historia", dijo el campocorto de los Mets. "Tenemos que ocuparnos de los negocios".
Al otro lado del vestuario de los Mets, el primera base Pete Alonso representará a los Estados Unidos en el WBC, lo que significa que uno de los mejores toleteros de la MLB y Díaz, posiblemente su mejor relevista, podrían enfrentarse en un enfrentamiento que no podría ocurrir en la temporada regular. Para Díaz, la oportunidad de dominar a un compañero de equipo es igual de emocionante.
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"Le dije a Pete, si los enfrento, no tendrán oportunidad conmigo", dijo Díaz. "Estados Unidos, este equipo es mucho mejor que el anterior. Quiero enfrentarlos".
Y aunque Lindor está entusiasmado con la decisión de jugadores como Trout y Betts de jugar en el torneo este año, cree que el potencial del deporte para unir a la gente es lo que más importa.
"Hay dos cosas que unen al mundo. La música y el deporte", dijo Lindor. "No necesitas hablar el idioma. Tenemos una oportunidad en este momento, así que si pudiéramos unir al mundo a través del deporte, vamos, hagámoslo".