Después de cuatro años, MLB y la isla caribeña vuelven a unir esfuerzos para llevar una serie de exhibición de dos partidos, entre Rays y Red Sox, al Estadio Quisqueya Juan Marichal de Santo Domingo.
Con los juegos de exhibición del sábado 9 y el domingo 10 de marzo entre los Tampa Bay Rays y los Boston Red Sox en el Estadio Quisqueya Juan Marichal de Santo Domingo, las Grandes Ligas de Estados Unidos (MLB) y la República Dominicana estarán reforzando una relación que aunque ha sido muy intermitente, tiene cerca de un siglo.
Los Rays fungirán como locales frente a los Red Sox en el partido del sábado. Para el domingo intercambiarán cortesías: Boston local y Rays visitador.
El último antecedente de un juego de este tipo sucedió en el año 2020, puntualmente el 7 de marzo, cuando los Detroit Tigers enfrentaron a los Minnesota Twins en el mismo escenario. Los Mellizos se llevaron la victoria 7-6.
Antes, en la primavera del 2000, los Houston Astros y los Red Sox celebraron un par de encuentros de pretemporada en el mismo escenario.
El estadio Quisqueya Juan Marichal, también conocido como "El Coloso del Ensanche La Fe" por el sector en que se encuentra, es la casa de los Tigres del Licey y los Leones del Escogido de la liga invernal local. Cuando fue inaugurado hace 65 años era uno de los parques de pelota más modernos de América Latina.
El inicio de la relación entre MLB y República Dominicana se remonta a más de ocho décadas atrás. Veinte años antes de que Osvaldo Virgil se convirtiera en el primer dominicano en las ligas mayores, en 1956, y casi tres generaciones antes de que fuera común y corriente que todos los clubes estadounidenses tuvieran quisqueyanos en sus rosters, como ocurre actualmente.
"Dicen que nada es más americano que agarrar un hot dog, dirigirse al estadio y ver a nueve muchachos de la República Dominicana hacer magia en el campo", dijo el actor norteamericano Will Ferrell en "Ferrell Takes the Field", un documental de HBO del 2015 en el que el protagonista jugó todas las posiciones con 10 equipos diferentes un día de marzo durante los entrenamientos primaverales.
El primer equipo de Grandes Ligas que visitó el país fueron los Cincinnati Reds en marzo de 1936, por iniciativa del gerente general Larry McPhail, quien había negociado que su equipo entrenara por un mes en Puerto Rico esa primavera.
Gene Karst (1906-2004), quien era el secretario de viajes del club, narró la experiencia en un artículo publicado en 1987 en el sitio de la Sociedad para la Preservación de la Historia del Béisbol (SABR).
Media comitiva de los Rojos viajó a República Dominicana para jugar dos partidos de exhibición con "Escojido" (así llamaban entonces al "Escogido"), el martes 3, y Licey, el miércoles 4, en el Campo Deportivo de Ciudad Trujillo, que era el nombre que tenía en ese tiempo la ciudad primada de América.
El presidente dominicano, el dictador Rafael L. Trujillo, decretó que ambos días fueran festivos después del mediodía y los encuentros comenzaron a las tres de la tarde. La boleta más cara costó dos pesos y ochenta centavos y la más barata 25 centavos. Para la época, el peso dominicano tenía el mismo valor que el dólar estadounidense.
Cincinnati ganó ambos encuentros, pero no sin pasar un tremendo susto en el duelo contra Licey (fundado en 1907), el equipo de pelota más antiguo y ganador del país antillano.
El Licey estaba ganando 2-1 con dos outs en la parte alta de la novena entrada, cuando un mal fildeo del jardinero derecho José Saint-Claire, quien jugaba con el seudónimo de "Pepe Lucas", convirtió un batazo de Kiki Cuyler en un doblete que produjo las dos carreras del triunfo para Cincinnati.
En su obra "Nacimiento y Desarrollo del Béisbol Dominicano", el historiador y comentarista deportivo dominicano Tony Piña Cámpora aclaró que "Pepe Lucas", quien era un gran defensor de la tercera base y la primera base, fue colocado fuera de posición en ese encuentro contra Cincinnati y que la jugada perseguiría el resto de su carrera al legendario pelotero dominicano.
"Él solo tenía que levantar las manos y atrapar la pelota, y Santo Domingo habría derrotado al primer equipo de Grandes Ligas en invadir la isla", escribió Robert Cantwell en un largo artículo sobre la calidad del béisbol dominicano titulado "Invasion from Santo Domingo", publicado en febrero de 1963 en Sport Illustrated.
Una década después, el dictador Trujillo invitó a los Dodgers de Brooklyn y su filial de Triple A, los Reales de Montreal, a entrenar en República Dominicana. Los Dodgers estaban mudando su campamento de preparación de Daytona a Vero Beach en Florida y necesitaban un lugar alterno, mientras ubicaban y ordenaban el nuevo lugar.
Cuba, donde los Dodgers habían estado en 1941, 1942 y 1947, era otra opción extranjera, pero la invitación de Trujillo incluyó $50 mil dólares garantizados que hicieron inclinar la balanza para Quisqueya.
Más que el amor que sentía por el juego, Trujillo usaba esos eventos para intentar vender al resto del mundo un rostro positivo de una terrible y sangrienta dictadura (1930-1961) de 31 años que muchos historiadores consideran entre las más nefastas y trágicas en la historia del continente.
El presidente de los Dodgers, Branch Rickey, hizo un anuncio oficial del acuerdo en octubre de 1947 en Nueva York. Los Dodgers y los Reales llegaron a Ciudad Trujillo el 1 de marzo de 1948 y el mánager del equipo principal, Leo Durocher, recibió la llave de la capital en una ceremonia oficial.
Los Dodgers, que tenían en su nómina a Jackie Robinson, el Novato del Año de la temporada pasada, cuando se convirtió en el primer negro que jugaba en las ligas mayores, así como a Gil Hodges, Duke Snider, Ralph Branca, Pee Wee Reese, entre otros, entrenaron en el estadio de la escuela Normal Presidente Trujillo de Ciudad Trujillo.
El equipo de Montreal, que tenía en su roster a los afroamericanos Roy Campanella (1921-1993) y Don Newcombe (1926-2019), entrenó en San Cristóbal, que está a media hora de la capital y era la ciudad natal de Trujillo.
Campanella, un futuro tres veces Jugador Más Valioso y miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, fue promovido al equipo grande para el día inaugural, mientras que Newcombe, el primer pitcher que durante una carrera ganó el Novato del Año, Cy Young y Jugador Más Valioso, fue subido al año siguiente.
"Los encuentros entre Dodgers y Reales fueron todo un éxito en el país caribeño, especialmente por la presencia de Robinson, quien al quebrar la barrera racial, inspiró a los peloteros locales para soñar con algún día poder alcanzar las ligas mayores, algo que finalmente ocurrió el 23 de septiembre de 1956, cuando Virgil debutó con los Gigantes", escribió en una de sus obras el historiador deportivo dominicano Emilio "Cuqui" Córdova.
En su columna "Béisbol de Ayer", que por décadas publicó en el periódico Listín Diario, Córdova narró sobre la visita a República Dominicana, en octubre de 1957, de una selección de jugadores de Grandes Ligas bautizada como "Estrellas de Willie Mays" que jugó tres partidos contra Estrellas Orientales, Licey y un combinado de dominicanos y extranjeros que se preparaban para la temporada invernal local.
Los partidos se realizaron en el Estadio Trujillo (el nombre original del Estadio Quisqueya desde su construcción en 1955). Además de Mays, uno de los mejores peloteros de todos los tiempos, el seleccionado de ligamayoristas incluyó a Elston Howard, George Crow, Al Smith, Gene Baker, Jim Pendleton, Wes Covington, el mexicano Beto Ávila y los lanzadores Connie Johnson, Brooks Lawrence y el panameño Humberto Robinson.
En octubre de 1967, los Pittsburgh Pirates jugaron dos partidos, uno en Santo Domingo y otro en Santiago, contra una selección de grandes peloteros locales llamada "Estrellas Dominicanas", reseñó Córdova en una de sus crónicas.
Los Piratas ganaron el primer encuentro, pero en el segundo, el jueves 19, el abridor zurdo Danilo Rivas (6.2 IL) y el relevista derecho Pedro Borbón (2.1 IL) blanquearon a la novena de las ligas mayores y Ricardo Carty empujó la única carrera con doble en la tercera entrada para un triunfo 1-0 de las "Estrellas Dominicanas".
Rodney Linares habló con ESPN sobre el significado de jugar en la tierra que lo vio nacer.
En 1977, los Dodgers (que ya tenían dos décadas establecidos en Los Angeles, California), enfrentaron a los New York Mets en dos choques, uno en Santiago (el 19 de marzo) y otro en Santo Domingo (el 20 de marzo), quebrando una sequía de una década sin presencia de la "gran carpa" en territorio quisqueyano.
En el segundo juego de la serie, en el Estadio Quisqueya, Manny Mota, quien era un héroe local con Licey, conectó un jonrón de dos carreras bateando de emergente contra el gran Tom Seaver para liderar el triunfo 4-0 de los Dodgers.
"Nunca lo olvidaré porque fue uno de los mejores sentimientos que tuve como bateador emergente, venir frente a mi gente y en mi casa", dijo Mota. "Los fanáticos se volvieron locos y no puedo describir cómo me sentí de hacer eso frente a los fanáticos en toda Latinoamerica, República Dominicana y en Los Ángeles, que estaban viendo el juego por televisión", agregó.
Un año después tocó el turno a los St. Louis Cardinals y Philadelphia Phillies de jugar en Santiago y Santo Domingo. En el partido celebrado en Santiago, el antesalista de Filadelfia, Mike Schmidt, bateó un jonrón, que aún hoy se considera entre los batazos más largos en la historia del Estadio Cibao.
Houston y los New York Yankees se enfrentaron en dos cotejos, en Santo Domingo y La Romana, el 29 y 30 de marzo de 1984. El miembro de Cooperstown, Nolan Ryan, engalanó el roster de los Astros y abrió el segundo partido.
Otra vez, los dominicanos tuvieron que esperar un largo tiempo para volver a disfrutar de partidos de exhibición de MLB en vivo. El viernes 12 y el sábado 13 de marzo de 1999, los Mets de Bobby Valentine y los Expos de Montreal, que eran dirigidos por Felipe Alou, una leyenda local, se midieron en Santo Domingo.
La última vez que se jugó pelota del más alto nivel en la isla del béisbol, en marzo del 2000, fue algo muy especial.
El derecho José Lima (1972-2010), quien había ganado 21 partidos y lanzado 246.1 innings la temporada anterior, en el mejor de sus 13 años en Grandes Ligas, abrió por Houston en uno de los encuentros.
En el otro juego, comenzó lanzando por Boston el gran Pedro Martínez, quien era el mejor lanzador del planeta en ese momento. Martínez había ganado el segundo de sus tres premios Cy Young en 1999, cuando tuvo una de las actuaciones más extraordinarias de un lanzador en la historia de las ligas mayores.
El derecho de los Medias Rojas tuvo marca de 23-4, efectividad de 2.07, con 313 ponches en 213.1 entradas. Además de ganar el Cy Young, Martínez quedó segundo del receptor puertorriqueño Iván Rodríguez en una de las carreras más cerradas por el premio Jugador Más Valioso. En el 2015, Martínez fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown.
En resumen, la presencia de de las ligas mayores en República Dominicana cubre 84 años, una docena de organizaciones y decenas de historias maravillosas.
Nota del editor: Este artículo de Enrique Rojas fue publicado originalmente el 6 de marzo del 2020 y actualizado en la previa de la serie de dos partidos entre los Tampa Bay Ray y los Boston Red Sox.